Un domingo crucial, por: Gustavo Corma

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Un domingo crucial, por: Gustavo Corma

Este domingo 6 de diciembre tal como lo ordena nuestra constitución del 99, que fue discutida en una amplia asamblea constituyente con participación de todos los sectores y aprobada por el pueblo en un referendo libre y democrático, algo nunca visto en la historia de nuestro continente, los venezolanos elegiremos una nueva asamblea legislativa que ejercerá por 5 años, sin prorrogas, sin transiciones, sin ninguna de las farsas con los que la derecha reaccionaria trata de aferrarse a sus curules cual niños mal criados.

Personalmente he vivido en diferentes países, y me ha tocado presenciar muchas elecciones. En Venezuela participé, desde mi nacionalización, en al menos ocho, siempre, excepto en la nueva república, de la cual estuve ausente durante más de quince años, la elección era entre dos grandes partidos, que al final resultaban la misma vaina.

Estos comicios venideros se perfilan como los más democráticos y amplios que haya yo podido presenciar nunca en ninguna parte. Miles de candidatos, decenas de partidos y movimientos sociales, las más amplias garantías en todos los sentidos, algo en verdad nunca visto y de lo que los venezolanos debemos sentirnos sumamente orgullosos.

 

Tenemos la participación de partidos políticos de todos los colores, tamaños y sabores.

Un partido como el PSUV, que al menos en el discurso, promete seguir con el legado del comandante Chávez, continuar con el plan de la patria y el difícil y accidentado intento de construir el socialismo bolivariano. Difícil sobre todo por el ataque constante de las élites eurocéntricas, sus administradores en el gobierno gringo y sus lacayos en Venezuela y difícil también por los gatopardistas y arribistas disfrazados que desde el interior mismo del gobierno tratan de cambiar todo para que nada cambie.

Tenemos partidos dentro del gran polo patriótico que proponen una especie de capitalismo nacionalista que nos saque de la crisis produciendo más y repartiendo más equitativamente las riquezas. Partidos radicales tanto de izquierda como de derecha, sobretodo de derecha, y algunos de izquierda tan radicales que van agarraditos de la mano con la derecha.

 

Hay también partidos recién creados por momias políticas resucitadas y partidos «evangélicos» de todo tipo

Podremos entonces votar por un MAS, que se parece más al PSOE español que al MAS boliviano, o por una pálida Acción Democrática que trae de entre los muertos al inefable ladrón y asesino Carlos Andrés Pérez, por un Copei reencauchado con un discurso confuso y ambiguo que no llega a calar entre las masas o por un partido comunista que decidió, para bien o para mal, hacer la revolución por su lado.

Participan, a pesar de sus actuaciones violentas y entreguistas del pasado, partidos como Primero JustiCIA con un ligero maquillaje y un leve y pseudo nacionalista cambio de nombre y podremos también votar por un empresario pastor que seguramente pronto tratará de convencernos que la teología de la prosperidad es el camino al señor y a la felicidad porque «el evangelio cambia» todo incluso gobiernos.

 

Y no nos olvidemos de los candidatos del partido de Claudio, que con su hablar bonito y pausado siempre fue el único mulato aceptado y bien querido por banqueros y oligarcas.

Todo un festival de opciones, en total libertad y en la democracia más viva de la historia venezolana.

Los debates televisivos, que a veces se vuelven demasiado televisivos y más parecen un circo desorganizado y las diversas y variadas entrevistas, nos muestran muchas veces a candidatxs poco preparadxs, con discursos gastados y falsas promesas que todos sabemos nunca cumplirán pues muchos de ellos se olvidarán de sus votantes apenas tengan una oficinita y un curul en el parlamento.

Me gustaría que todo ese gran esfuerzo y el empeño que están utilizando todos, tanto en el gobierno como en la oposición, componiendo canciones y produciendo cuñas espectaculares para convencernos por quien debemos votar, lo utilicen los diputados electos en solucionar problemas y mejorar la vida de todos las ciudadanas y ciudadanos venezolanos.

 

Pero entre esa variopinta maraña de aspirantes hay algunos que queremos creer son sinceros y que no van a representar a nadie, sino que realmente van a llevar al parlamento la voz de todos nosotros y a legislar para el beneficio del pueblo, sin agendas escondidas ni intereses personales y para ellos sin duda ira mi voto este domingo 6 de diciembre.

Porque a pesar del ataque incesante, de la traición, la burocracia y de tantos errores en todos los bandos, este domingo tenemos que salir en masa a votar por una patria soberana e independiente, por una Venezuela en paz y unida en un solo propósito: el de salir adelante todos juntos, de pie y victoriosos, nunca jamás de rodillas y vencidos.

Un domingo crucial, por: Gustavo Corma

 

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Ciudad VLC / Aporrea