Vladimir Zabaleta es uno de los mejores artistas plásticos de la Venezuela contemporánea. De los más talentosos, cultos y versátiles creadores de la gran nación bolivariana.
Tuve la dicha de disfrutar su cercanía en la ciudad de Valencia, la capital del estado Carabobo, en donde nació y transcurrió la mayor parte de su vida.
Hijo de un catire alemán y de una muchacha negra valenciana, tomó del imaginario europeo la crítica a la racionalidad de un Emmanuel Kant; de su bella madre, tomó el mundo interior del mestizaje afroamericano, el color de la piel, su ingenio e inteligencia, el humor salvaje, la risotada estentórea y el apellido hispano con el que se le conoce a secas.
Entre las obras plásticas de exhibición pública y permanente —en una de las ciudades del país con mayor vocación de patrimonio artístico—, la escultura metálica “La Menina Plateada”, en la Redoma de Guaparo, que integra simbólicamente a la avenida Bolívar Norte-Sur con Naguanagua, Bárbula y La Entrada en una misma vía que cruza a la ciudad íntegramente, es posible sea hoy, entre las grandes obras de la avenida Bolívar de Valencia, la más icónica de todas.
Zabaleta, quien también tiene obras exhibidas en el campus de la Universidad de Carabobo en Bárbula, así como en el parque Negra Hipólita, confirma el aserto expresado por José Camón Aznar: “El espacio cualitativo es el propio arte moderno.”
En una oportunidad, a propósito de unos lienzos expuestos al aire libre, le pregunté a Zabaleta acerca del deterioro de obras artísticas exhibidas en la calle y él argumentó a favor de esa posibilidad diciendo que ese deterioro es parte de la intervención del tiempo sobre la obra y que lo importante es la impregnación estética en el espíritu del espectador.
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Observando recientemente las obras de Zabaleta en el Parque Negra Hipólita de Valencia, entiendo mejor la propuesta de nuestro fraterno artista. Creo que esas obras han adquirido una existencia humanizada por el espectador quien las ha incorporado de alguna manera a su propio ser. Sin embargo, ese sentido cambia en el patrimonio del campus universitario donde esa y otras obras son afectadas por la desidia de quienes están obligados a cuidarlas.
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Luis Alberto Angulo [Rivas]. Poeta. Nació en Barinitas, estado Barinas (1950). Reside en Valencia desde hace cincuenta años. Es autor de los libros de poesía Coplas de la edad ligera (2021), Antología del decir (2013), y La sombra de una mano (2005), publicados por Monte Ávila Editores Latinoamericana, así como de Fusión poética (2000) en la Universidad de Carabobo, institución en la que obtuvo el Primer Premio del IV Concurso Internacional de la Revista Poesía.
También es premio nacional de poesía Dr. Francisco Lazo Martí. Ha publicado selecciones poéticas de San Juan de la Cruz, Miguel Hernández, Enriqueta Arvelo Larriva, Ana Enriqueta Terán, Lubio Cardozo y Ernesto Cardenal, y la antología Rostro y poesía, Poetas de la Universidad de Carabobo.
Es coautor de las compilaciones: El corazón de Venezuela, patria y poesía, y de Poetas venezolanos en solidaridad con Palestina, Iraq y Líbano.
Fue director de la Revista Zona Tórrida (UC) y de REDVE (Red Nacional de Escritores de Venezuela).
Ciudad Valencia
