Ya fue inaugurada la edición 65º del Salón Michelena en el Museo de la Cultura. Y nos parece fundamental resaltar estos aspectos:
Desde que el gobernador Rafael Lacava anunciara la apertura del Salón 65, varios han sido los temas polémicos. Algunos opinan que ese no es el número correcto, otros dicen que este salón fue usurpado al Ateneo de Valencia, y los detractores más viscerales comentan que el nivel artístico no se corresponde con el prestigioso salón octogenario.
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Aquí entre nos, creemos que su convocatoria ha sido una de las decisiones más acertadas que hayan podido adoptarse en el ámbito cultural. Miles de artistas se entusiasmaron y se prepararon para crear sus obras, por ende, miles de familias y de talleres. En definitiva, más de ochocientas obras fueron inscritas.
Paralelamente, varios eventos para la confrontación creativa han resurgido en todo el país, y en parte se debe al impulso y promoción que se le ha dado al Salón Michelena.
La indiscutible capacidad promocional del gobernador Lacava garantiza que toda la población, sin distingo, acceda a la información y, dentro de poco, veremos filas interminables de personas visitando las salas del Museo de la Cultura.
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Cuando se discute sobre la propiedad del Premio Michelena y de la colección de arte conformada a partir de éste, debemos reiterar que nos pertenecen a todos, porque el Salón fue creado el 29 de julio de 1943 “mediante decreto dictado por el entonces Presidente del Estado Carabobo, Tomás Pacanins, agente del Ejecutivo Nacional presidido por el General Isaías Medina Angarita”, y correspondió a la Gobernación carabobeña, con recursos públicos, el pago de aquel primer premio.
Luis Salvador Feo La Cruz (Editorial-edición especial Ciudad Valencia)
