Mohamed Abí Hassan-128 aniversario-aniversario del cine venezolano

“A propósito del 128 aniversario del cine venezolano”… Ahora, más que nunca, los cineastas, que tienen todas esas facilidades tecnológicas que nosotros no tuvimos, antes de hacer una película deben tener muy claro lo que quieren decir, no se trata solo de agarrar una cámara y filmar.

Sí, tienes que estar al día, pero tienes que tener una formación muy sólida.

Margot Benacerraf

«Yo no sé dónde termina el cine y dónde la poesía en lo que yo hago (…) no basta con graduarse de cineasta o conocer a fondo la técnica. Es preciso conocer al hombre en su imaginación y en su pensamiento: la pintura, la poesía, la música, la literatura, el teatro, la historia»… Margot Benacerraf (Caracas, 1926-2024).

Con esta nueva entrega nos unimos a la celebración de los 128 años del cine nacional compartiendo la maravillosa experiencia que tuvimos recientemente en los talleres impartidos por calificados instructores en diversos espacios de Maracay, llámense MACMA, Casa de la Cultura o Auditorio del Conservatorio de Música del estado Aragua:

Nelson Escalona con el taller de Producción Cinematográfica, Irama Zerpa y Jorge Zuleta, Manejo de Cámara, Daniel “Hippie” Peña, Fotografía en el Cine, Fernando Martínez, Pensar la Imagen, y la Inteligencia Artificial en el Cine a cargo del CNAC.

 

Grupo de talleristas de cine-Aragua

 

También se proyectó con antelación un ciclo de películas como homenaje póstumo a directores venezolanos de la talla de Margot Benacerraf, Román Chalbaud, Edmundo Aray, Ella Schneider, César Bolívar, Andrés Agusti, Iván Feo y el realizador aragüeño, Luyo Castillo, entre otros. Además de la selección de cortometrajes de estudiantes universitarios de UNEARTE; UBV Y UBA. Culminando esta fiesta del cine con la premier de la película Los Herederos (2024), de Pablo de La Barra, el pasado 28 de enero en el Teatro de la Ópera.

Pablo de la Barra-director chileno-Los herederos

Los Herederos obtuvo varios Premios Municipal de Cine Chacao: En las categorías de Mejor actor principal, Aníbal Grunn; Mejor fotografía, Iván Espejo; Mejor edición, Mauricio Durán; Mejor diseño sonoro, Mario Nazoa y Eleazar Moreno.

Antes, de la premier, el laureado cineasta chileno compartió su experiencia, en compañía de su equipo, en un auditorio colmado de cinéfilos y estudiantes de UNEARTE, ávidos de pasión por conocer más acerca de la realización de un largometraje.

Otra cuestión a destacar es el taller de la Fotografía en el Cine dictado por el “hippie” Peña, donde pudimos apreciar en toda su magnitud las excelentes tomas en blanco y negro que van apareciendo en la película Araya (1959) de Margot Benacerraf, cinta de 90 minutos considerada como uno de los mejores filmes latinoamericanos de todos los tiempos, sobre la vida de los salineros y pescadores de esta árida península, generando una discusión enriquecedora entre los talleristas, en relación con la calidad del buen cine.

Taller de fotografía

Apuntamos que Araya fue premiada en el Festival Internacional de Cine de Cannes y compartió el galardón con Hiroshima mon amour de Alain Resnais. Resulta de interés destacar que Araya no es un documental, sino una narración poética, desarrollada a lo largo de un día como tantos otros desde hace 450 años, cuando fue fundada esta mágica península.

En este Festival participaron 32 largometrajes de 30 países, con la presencia de directores reconocidos mundialmente, como Truffaut, Rosselini, Buñuel, Resnais, lo que marcó un hito. Fue proyectada el penúltimo día de la competencia, recibiendo excelentes comentarios del público y la crítica.

Araya

Posteriormente, le siguieron homenajes y proyecciones especiales en Praga, Londres, Montreal, Madrid, Buenos Aires y otras ciudades.

En 1967 se exhibió en varias salas cinematográficas de París, y la versión en español, en la voz de José Ignacio Cabrujas, se estrenó en Caracas en 1977. Pasados los años, en 2009 la versión subtitulada al inglés se exhibió en varias ciudades de Estados Unidos.

Araya marcó un precedente en la historia del cine de todas las épocas, suerte de ícono para las nuevas generaciones de cineastas, pues, a pesar del paso de los años no pierde vigencia, al extremo de seguir despertando el interés de toda una legión de cinéfilos. Araya es un poema visual enmarcado dentro de la poesía en el cine y el cine en la poesía, entre el documental y la ficción. Es toda una mirada desgarradora transformada en metáfora sobre la explotación del salinero y su inhumana y precaria sobrevivencia.

En este sentido, para saber un poco más sobre el pueblo de Araya y su bella gente contamos con la colaboración de nuestra amiga, Sara Utrera, participante con nosotros en los talleres de cine dictados en Maracay:

 

A Araya puedes llegar por tierra o mar. Por tierra a través de la carretera que da la vuelta al golfo de Cariaco, y por mar, con ferry, lanchas de INEA y botes particulares. A partir de finales de la década de los setenta yo viví en Cumaná por razones de mis estudios en la Universidad de Oriente (UDO) y todos los fines de semana iba a Araya. Mucha gente oriunda de allí trabajaba en Cumaná y se trasladaba en el “Tapaíto”.

La gente de Araya es muy hospitalaria, muy dada, no son desconfiados, son muy cálidos y tienen un alto sentido de pertenencia. Su vida gira en torno a la pesca, pero han surgido zonas agrícolas en las que se cultiva la cebolla y el pimentón en gran cantidad. El pescado se salva, ya no existe la pesca de arrastre, ahora se vende fresco a través del sistema de carros cavas. Antes se vendía salado. (En comparación con lo que vimos en la película), ahorita la salina está más automatizada, aunque ha estado un poco abandonada. La empresa Ensal que funcionaba antes en Araya, ya no está.

 

aniversario del cine venezolano

Una cuestión (detestable) es que en Araya existe la piratería, ejercida por malandros de la zona que hacen las veces de piratas del mar. Les roban todo a los pescadores, los botes, la pesca, los motores. Esto generalmente sucede en las noches cuando están pescando, llegan de repente y asaltan las rancherías.

En contraste, antes los pobladores dormían con las puertas abiertas y los pescadores salían a pescar en botes. Ahora tienen lancha, salen a las 3 de la mañana, pero antes, a eso de las diez de la noche, lanzan las redes con la carnaza. Y por supuesto, también hay los problemas modernos de toda sociedad, como las drogas y la delincuencia común, aunque en menor grado. Estos actos delictivos han disminuido en los últimos años. Ahorita hay electricidad y agua en casi toda la península, menos en Araya, Punta Araya, El Rincón y Punta Colorada. Allí el agua potable es por sistema, porque el acueducto se dañó.

La escuela artesanal está en el cerro frente a la casa de Cruz Salmerón Acosta, la cual fue rescatada. Allí hacían antes artesanías. Desde hace mucho tiempo está funcionando y recibe visitas (mostrando las fotos que compartió con nosotros)”.

Por último, nuestra amiga antes de despedirse nos pide que los créditos por la información se le den a Emira Rodríguez, nieta de Narciso Ducallin, participante en la película de Margot Benacerraf:

Honor a quien lo merece. Imagínate, ella es nieta del participante…

 

aniversario del cine venezolano

 

Recordamos que sobre Cruz María Salmerón Acosta (Manicuare, estado Sucre, 3 de enero de 1892-30 de julio de 1929), también conocido como “el poeta del martirio”, “el poeta milagroso”, “el hijo santo de Manicuare”, “el poeta de la resignación”, se han realizado varios documentales.

En 1983 su trágica vida fue llevada al cine por el director Jacobo Penzo con el filme titulado La casa de agua, con guion del periodista argentino Tomás Eloy Martínez. Drama de 95 minutos protagonizado por el actor Franklin Virgüez, contando con un reparto conformado por Doris Wells, Elba Escobar, Alicia Plaza y Henry Zakka, entre otros.

Igualmente, en 2021 la producción audiovisual Blue, inspirada en el soneto Azul, fue premiada en Estados Unidos por la Academia de Artes Visuales e Interactivas (AIVA) con el Communicator Award 2021. Audiovisual de dos minutos 42 segundos, bajo la dirección de Antonio D. Espejo, periodista radicado en Nueva York. Toda la obra del poeta fue recopilada y publicada en 1952 con el título Fuente de Amargura.

 

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Según la escritora, María Cristina Solaeche: “En 1912, a los 20 años de edad, estudiando el segundo año de la carrera (Ciencias Políticas, en la UCV), comienza a tener dolencias en los brazos y adormecimiento en las manos, acude a los médicos Felipe Guevara Rojas, para la época rector de la UCV, y a Juan Iturbe, quienes lo examinan detenidamente. El diagnóstico es fatal, crudo, doloroso, el poeta había contraído el que la Biblia llama “inmundo mal”, “el mal de los malditos”, la lepra, y ser leproso era exponerse al asco y al desprecio…

Le aconsejaron los doctores regresar rápidamente a su tierra y que se escondiese, antes de que las autoridades sanitarias lo aislaran forzosamente condenándolo al Degredo, isla del Lago de Valencia donde funcionaba un hospital para enfermos contagiosos…Cruz Salmerón no se rindió inmediatamente, siguió estudiando y así completó dos años de la carrera, hasta 1913 cuando cursando el tercer año, el dictador Juan Vicente Gómez clausura la universidad, y el poeta forzosamente regresa a su pueblo…

Posterior a su regreso, su hermana muere, al igual que su hermano, asesinado por el jefe civil del pueblo. Ante este hecho el poeta se enfrenta a la autoridad y es encarcelado en Cumaná durante un año. Al salir de prisión se refugia nuevamente en Manicuare, en una pequeña casa construida especialmente para él. Allí pasará sus últimos quince años de vida.

Finalizamos esta travesía con Azul, su poema más celebrado. Soneto escrito desde el más profundo y desgarrador dolor a su eterna enamorada, Conchita Bruzual, musa a quien nunca más volvería a ver:

 

aniversario del cine venezolano

 

“Azul de aquella cumbre tan lejana
hacia la cual mi pensamiento vuela
bajo la paz azul de la mañana,
color que tantas cosas me revela!

 

Azul que del azul del cielo emana,
y azul de este gran mar que me consuela,
mientras diviso en él la ilusión vana
de la visión del ala de una vela.

 

Azul de los paisajes abrileños,
triste azul de mis líricos ensueños,
que me calma los íntimos hastíos.

 

Sólo me angustias cuando sufro antojos
de besar el azul de aquellos ojos
que nunca más contemplarán los míos.”

 

(Continuará). ¡Salud, Poetas!

 

***

 

Mohamed Abí Hassan (El Tigre, 1956). Poeta, artista visual y editor independiente. Licenciado en Educación, Mención Artes Plásticas (cum laude), por la Universidad de Carabobo (UC). Ha ejercido la docencia en la UC y en la Universidad Arturo Michelena. Ha sido colaborador en las revistas Poesía y La Tuna de Oro (UC). Primer Premio II Bienal de Literatura Gustavo Pereira, Mención Poesía 2013; Primer Premio IV Bienal de Literatura José Vicente Abreu, Mención Poesía 2016; Primer Premio Concurso Nacional del II Festival 3.0 de Historias Comunales Ramón Tovar (2022).

Formó parte de la Comisión Rectoral del Encuentro Internacional de Poesía de la UC. Coordinó el Taller de Formación de Cronistas Comunales en Mariara, estado Carabobo, auspiciado por el Minci, la Revista Nacional de Cultura y el Centro Nacional de Historia. Actualmente se desempeña como facilitador de talleres de iniciación en la creación literaria, así como talleres sobre patrimonio histórico.

 

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