poesía-Azul-Leer a la orilla del cielo-Laura Antillano
El horizonte se prepara para esparcirse
en lo humano que nos queda

 

Ingrid Chicote

 

Ausencias de Chemir Colina: bocetos de un paisaje interior… Hay plantas que tardan en florecer. Los expertos dicen que requieren un proceso de maduración, una altura que puede tardar años, yo digo tal vez no son impúdicas. Los poetas son impúdicos. No tienen reparo en mostrarse, en el poema, en la más frágil desnudez. Pero les hablaba de flores: La flor Reina de la noche (Selenicereus grandiflorus) es blanca, proviene de un cactus de zonas húmedas, cuya flor abre solo una noche y, por lo general, en los meses de verano.

La flor Lirio del Himalaya (Cardiocrinum giganteum) tarda hasta siete años en lograr el tamaño adecuado y necesario para su floración. Y en el caso del Ágave, se necesita que brote el tallo florífero y crezca, varios metros de altura, entre ocho y diez años de crecimiento para poder ver la flor. Todo esto llegó a mi mente cuando leí Ausencias, el primer libro de poesía de Chemir Colina.

Recuerdo conocer a Chemir desde hace al menos 20 años, siempre vinculada a la promoción del artística y literaria. Creo que por esos tiempos trabajaba en la Plataforma del Libro y la Lectura y en la Imprenta del estado Carabobo. Por eso recibí la noticia de su poemario con alegría y asombro. Hay definitivamente sueños que se van gestando de a poco dentro de nosotros. Hay también timideces que esconden exóticas flores.

La poesía de Chemir se va desglosando de a poco y a cuenta gotas, como lluvia que empieza leve y luego revienta en estampida de rayo y trueno. Muestra en su abanico, que va abriendo página a página, un paisaje que hace alusión a incontables duelos, antiguos y recientes. La casa es una casa que se lleva a cuestas como el caracol que transita hacia los lugares fríos, más amables, más serenos. Los amores: el que se fue, el que llegó, el eterno: su hijo; entran y salen de los espacios habitados por una soledad amable que nos conforta.

 

Esta noche de primeras lluvias
la piel reclama el roce de otra carne
sin pretensiones de eternidad
Esta noche de luces apagadas
                              hago el ejercicio de escribir
sobre tu piel
como en una hoja en blanco

 

La poeta Ingrid Chicote (2023), prologuista de este libro, apunta: “Los poemas de Chemir Colina son un mundo de particularidades donde lo sencillo nos conecta con las presencias que extrañamos, con los lugares que son estancia en el cuerpo, en el alma, y en la tierra”. La autora reconoce la influencia de Chicote en uno de los dos poemas dedicados del libro, donde la almohada que la conforta es el canto de la poeta:

 

En las sombras de la noche
tu voz escucho
me hablas de espesas brumas
de aves que emigran

 

Y como animal herido, la poeta solo se tiene a sí misma, abandona la ciudad hostil, se retira:

 

Dejando un rastro sin voz
sangro
he cruzado los alambres que bordean la casa

 

Hay una rabia contenida y un alivio en el tránsito del paisaje urbano al paisaje del pequeño y frío poblado. Ciudad-campo: las imágenes asociadas al contraste de éstos hacen alusión a una suerte de estado de sitio y a la sensación de sosiego y libertad, respectivamente. El lugar y la memoria son abordados con insistencia en la poesía venezolana del siglo XX, el esplendor de las verdades simples y esenciales de lo que somos está presente en Vicente Gerbasi, en Ramón Palomares, en Enriqueta Arvelo Larriva, en Ana Enriqueta Terán, por nombrar algunos.

 

En esta ciudad ofuscada
y de letal aliento
me guardo del viento
y retiro presurosa
no hay melancolía
                              solo un tibio regazo
Yo misma

 

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Chemir es además investigadora en Artes y artista plástica. Trabajó por muchos años como parte del Comité Organizador de las Ferias Internacionales del Libro en Venezuela, Capítulo Carabobo. Asimismo, en la organización de la Bienal Nacional de Literatura Vicente Gerbasi, Bienal Nacional de Arte Festivales de Carabobo, entre otros.

Algunos de los poemas de este libro se encuentran en las antologías: PlexoAmérica Poesía y Gráfica Guatemala-Venezuela (2022) y Convocatoria Poética, Ediciones Afrodita, Argentina (2021). Ausencias fue editado el presente año por Zócalo Editores, en Táchira.

Me cuentan que la edición artesanal es también un poema y estuvo a cargo de Eli Caicedo y Adolfo Segundo Medina. Quedo con ganas de miche y leer más de la poesía recién florecida de Chemir Colina.

 

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Simonny Azul Urdaneta Castro (Valencia, 1978): Poeta, investigadora, actriz y promotora de lectura. Licenciada en Educación, mención Lengua y Literatura y Magister en Lectura y Escritura en la Universidad de Carabobo. Profesora Titular de pre y postgrado en la Universidad de Carabobo. Facilitadora de Talleres Literarios. Integró de la Red Nacional de Escritores y pertenece al Word Poetry Movement, Venezuela.

PUBLICACIONES: En literatura: Los cuentos de hadas no hablan de sexo (1997, 2000), Mi calle de una acera (2002), Líbrame (2005), Como una costumbre (2010), Piedra de Rayo (2015), Halo y otros poemas (2022), Boca de Aroa (2023). Sus textos poéticos han sido traducidos al inglés, italiano, portugués y árabe. En investigación: Cómo hacer de un bebé un lector (2022). 

*ENTELEQUIAS
“Situación perfecta o ideal que solo existe en la imaginación. Modo de existencia de un ser que tiene en sí mismo el principio de su acción y su fin”
Espacio para la reseña de libros literarios o de investigación, de aquellos que procuraron en creación ficcional un camino, una búsqueda, una ventana para encontrarnos con lo humano.

 

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