Por Alejandro Urbina: ¿El porqué de Maduro y el divisionismo?

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Saludos, mis apreciados y respetados lectores, he aquí nuestro primer encuentro literario por este medio, gracias a la oportunidad brindada por su director Luis Salvador Feo La Cruz, espero poder cubrir las expectativas de la línea editorial, así como también poder retribuir la confianza depositada en mí  y para ello invoco al Arcángel Jofiel, quien es el responsable ante el Altísimo para dotar al hombre de sabiduría y claridad.

Quisiera entrar en materia con un tema bastante escabroso y de aguas profundas, como lo es el DIVISIONISMO dentro de la revolución, un tema de vieja data pero que en estos días está de boga ya que fue uno de los principales mencionados por el presidente Maduro en la última plenaria del PSUV a nivel nacional, realizada esta semana.

Decía el Presidente que en los próximos días se convocarían a los partidos aliados de la revolución para reglamentar el tema y también anunció que se iba a configurar una lista de personeros divisionista o desleales a la revolución para que los conociera Venezuela y el mundo entero, con la finalidad de aislarlos y así lograr que no sigan confundiendo a la militancia ni a la opinión pública.

Si revisamos la historia contemporánea de los partidos de izquierda venezolana nos encontraremos cómo, después de la Junta de Patriótica de 1957, conformada entre otros, por Silvestre Ortiz Bucarán, Enrique Aristeguieta, Guillermo  García Ponce, Jovito Villalba y Fabricio Ojeda, se venía la ofensiva de la derecha venezolana contra los partidos de izquierda y fue a través de Rómulo Betancourt  y Rafael Caldera que se implementó una política de represión, persecución y desapariciones físicas forzadas, para desarticular a dichas organizaciones.

A lo interno, muchas fueron infiltradas para corromper y dividir la izquierda como tal, pudiéndose mencionar a los emblemáticos Américo Martí y Teodoro Petkoff, por tan solo nombrar dos personajes.

Desde  entonces las fuerzas del cambio han sido víctimas de divisiones, contradicciones, críticas destructivas y desencuentros entre ellas, durante los 40 años de bipartidismo.

No  fue sino hasta un 27 de febrero de 1989 cuando el pueblo venezolano arranca sus primeras apariciones físicas de descontento y protestas populares.

Fue allí, de manera invisible para muchos, pero muy visibles para otros, que el líder Hugo Rafael Chávez Frías, de manera solapada, pero igualmente organizada, comienza con su organización MBR 200, a darle matices de UNIDAD a los restos de la  dispersa y atomizada izquierda que aun sobrevivía en el país, ya que el pueblo venezolano había gritado de manera desesperada la necesidad de un bloque unitario de hombres y mujeres, así como de sectores de la sociedad, que defendieran en unidad sus derechos sociales y económicos y sobre todo en la dignificación del ciudadano de a pie, del estudiante, del obrero, de las mujeres, de los campesinos, de poblaciones indígenas,  de los más vulnerables.

Fue justo allí que el comandante Chávez pudo interpretar y comprender la necesidad de la palabra UNIDAD, basado en el pensamiento Bolivariano y perfeccionándolo con la teoría de la unidad cívico-militar.

Chávez, durante toda su gestión enarboló como punto de honor la unidad de los revolucionarios, inclusive, hasta en la hora de su muerte fue su gran preocupación. Él decía que sin una unidad real era imposible enfrentar las conspiraciones exógenas y endógenas, y que solo un pueblo realmente preparado ideológicamente era capaz de garantizar la UNIDAD, LA LUCHA, BATALLA Y VICTORIA ante el enemigo.

Esto no debe confundirse con la necesaria crítica y autocrítica que debe poseer todo proceso político, son situaciones realmente diferentes; el mismo comandante fue el autor de la TEORÍA DE LAS 3 R, es decir, revisión, rectificación y reimpulso, como un mecanismo de sanación y perfección del proceso revolucionario-

¿Dónde está el detalle? diría Cantinflas. Desde mi humilde punto de vista, el detalle está cuando personas que se hacen llamar revolucionarios generan criticas sin propuestas, haciéndolo por las grandes corporaciones mediáticas contra revolucionarias, se escudan en dichos medios con la excusa de convertirse en supuestos súper héroes de la revolución, cuando realmente están alimentando a la oposición y propiciando divisiones a lo interno y les puedo mencionar dos ejemplos, quienes lo han vivido en carne propia.

Pregúntenle a MADURO y a LACAVA, si no es verdad, que con la figura de critica a la gestión han intentado desestabilizar las metas y planes de gobierno, porque en momentos determinados han pretendido mal ponerlos ante la opinión pública, con el objetivo de obstaculizar sus respectivas gestiones.

Así que mosca mi gente, no te dejes manipular, a veces dormimos con el enemigo y no nos enteramos sino cuando estamos sangrando en la cama a las 3 de la madrugada.

Con esto me despido, no sin antes recordarles que se cuiden del Covid-19 y cuiden a su familia, la enfermedad es mortal y no respeta condición económica, raza, credo o pensamiento político.

 

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Alejandro Urbina