Hola, cinéfilos. El título está algo contradictorio, pero es que es real. Hace unos días estaba charlando con alguien sobre las películas buenas que hemos visto que, a nuestro parecer, han sido muchas. El debate fue largo y tendido, pero cerré con dos que nunca, nunca jamás (bueno, hasta ahora), volvería a ver, no por malas, sino por todo lo contrario, fueron tan buenas (a mi parecer) que no soportaría volver a verlas.

Son muy crudas, fuertes, de casos reales y, bueno… me parecieron muy rudas de digerir y eso me encantó. Sí, es raro y creo y espero que a alguien más le haya sucedido, así no quedo como una loca. No haré una reseña como tal de ellas, más bien una especie de reacción ante estos films.

La que puse de primer lugar es una que ya muchos la conocen: La Tumba de Las Luciérnagas, del Studio Ghibli. Esta productora tienes muchísimas películas que me han encantado y me han acompañado en mi infancia (luego escribo sobre ellas). Esta en especial, la vi hace unos años y mi vivencia es algo graciosa:

 

La tumba de las luciérnagas-El rincón cinéfilo-Isabel Londoño

Trabajaba en un museo y, de vez en cuando, hacían una especie de “mini ciclo de cine” cada semana. Ese día que pasaban esta película, no me había sentido muy bien que digamos (y quizás ese fue el mayor factor para que me afectara tanto) y no salí para nada de la oficina, hasta que me avisaron que ya iba a empezar.

Con todo el malestar del mundo, salí a la sala donde la proyectarían y esperé a que iniciara. Cabe destacar que no sabía de la brutalidad del film, sí había visto videos reseñándola y eso, pero no me parecía tan alarmante o traumatizante. Bueno, si ya me sentía mal, a los pocos minutos de empezada iba sintiéndome peor y esa sensación iba en aumento; la impotencia, la rabia… todo lo que ocurría en esta para nada amigable animación, hizo destrozos mi pobre corazón.

Todo lo que sufrían los personajes lo sentía hasta en los tuétanos y la crudeza de las imágenes me impactó muchísimo. Ya se podrán imaginar que para el final yo estaba hecha bolita en la butaca y era un mar de lágrimas. Recuerdo que casi todos los compañeros de trabajo, entraban en la sala solo para ver el drama que tenía armado y estaban pendientes de que no me diera un ataque o algo así, aunque después me hicieron bullying porque se supone que era la chica ruda.

Lo más cumbre de esto es que fueron tan delicados en ofrecer ESTA película como INFANTIL, que la sala estaba repleta de niños y uno se salió corriendo con su mamá, los demás estaban en plan “Uy, que divertido, ¿cuándo dan las cotufas?” y los representantes tan atentos de sus teléfonos que no se dieron cuenta del acabose en pantalla.

 

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La segunda es Yo Antes de Ti. La verdad no tenía mucha emoción al verla, me parecía el típico cliché romántico y, de paso, ya se sabía que al final el tipo muere y ya. Pero a medida que me adentraba a la historia, iba entendiendo y sintiendo como propias muchas cosas. La lucha contradictoria de Louisa por querer que William viviera y la de él por intentar no enamorarse y entregarse a la muerte, me resultó muy desgarrador.

Me provocaba traspasar la pantalla, golpearlo y no llevarlo a Suiza (como si se tratara de un niño); pero entender las razones tan ciertas de William, ese mensaje tan real. Al principio me resultó súper egoísta que un tipo multimillonario cuadripléjico quisiera morir, o sea, tenía todo para poder seguir llevando una “vida normal”, pero no; ese mensaje directo me resultó una puñalada en el hígado. Si alguien con todas las posibilidades económicas ya tenía su destino decidido, ¿Qué quedaría para alguien que no tuviera nada y/o estuviera en peores condiciones?

 

Yo antes de ti-El rincón cinéfilo-Isabel Londoño

Es un golpe de realidad a la sociedad para entender que la eutanasia también debería ser un derecho para todo el mundo, la persona no sufriría, ni sus familiares, una larga y tediosa enfermedad de la cual no podrán salir victoriosos. Ese es un tema muy polémico, como muchos otros, entran en discordia los valores morales, pero como dice el meme: “¿Quiénes somos nosotros para juzgar?”

Estoy segura de que hay otras películas buenas que no vería otra vez, pero justo ahora no se me vienen a la mente. Por lo pronto, me despido de ustedes, no sin antes decirles como siempre: “Si no las han visto, véanlas, y si ya las vieron, vuélvanlas a ver, no tiene pérdida de nada”… aunque yo no las vea otra vez.

 

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Isabel Londoño-El Rincón Cinéfilo

Isabel Londoño, egresó de la Universidad de Carabobo (UC) en el área psicosocial, tiene también estudios universitarios en turismo y sistemas.

Es una apasionada de la música y del Séptimo Arte desde que tiene memoria, siendo el cine y sus distintos géneros la pasión a la que ha dedicado más horas y análisis. Sus reseñas sobre clásicos o estrenos del cine aparecen ahora, cada viernes, en Ciudad Valencia desde “El Rincón Cinéfilo”.

 

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