El movimiento se llama ‘edging‘, y aunque en español la traducción sería algo así como «cenefa«, en realidad lo más apropiado sería hablar de «borde» o «límite» porque se trata justo de eso: parar antes de llegar al precipicio y darse la vuelta, para que la experiencia sea mucho más memorable.

Esta técnica del control del orgasmo implica el mantenimiento de un alto nivel de excitación sexual durante un período prolongado de tiempo sin llegar al éxtasis.

Sirve para, como decíamos, conseguir el culmen cuando finalmente se da el clímax.

 

¿El edging aumenta el semen?

No solo aumentará la cantidad de semen, sino que también lo harán las contracciones que se dan con la liberación y producen un océano de placer.

Para controlarlo tienes que identificar muy bien el momento de antes, por lo que practicar en solitario es buena idea. Debes concentrarte en las sensaciones que experimenta tu cuerpo para poder convertirte en un experto.

 

Aunque baje la erección y te centres más en complacer a tu pareja no te preocupes, casi siempre viene otra justo detrás y el orgasmo será mucho más potente.

«Hay un aumento en el flujo de la sangre hacia el área pélvica cuando se detiene el orgasmo y se continúa la estimulación», afirma la sexologo Uchenna Ossai.

 

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Ciudad Valencia / El Confidencial