Hace ya casi una década, en 2016, un grupo de geólogos estudiaban una mina canadiense cuando realizaron un descubrimiento increíble: el agua más antigua de la Tierra.

A una profundidad de nada menos que 3 kilómetros encontraron una fuente de agua corriente que de acuerdo con los estudios preliminares tenía entre 1.500 y 2.640 millones de años. Durante todo ese tiempo había estado aislada y los expertos decidieron probarla.

En el planeta Tierra el agua y las rocas están disponibles en abundancia. Durante este siglo se han encontrado rocas venidas del espacio casi tan viejas como el Sistema Solar y no hace mucho se supo que el agua de la superficie terrestre se está filtrando al núcleo, creando así una nueva y desconocida capa.

Por tanto, no es raro que haya agua atrapada en el tiempo desde hace miles de millones de años.

 

El agua más antigua encontrada proviene de un tiempo muy, muy lejano de nuestro planeta

Volviendo a la historia, el equipo de geólogos estuvo encantado de haber encontrado tal cantidad de agua en este estado y de una edad tan lejana. Y eso no es todo, porque como contaba la profesora Barbara Sherwood, miembro del equipo, “al observar el sulfato en el agua, pudimos ver una huella digital que indica la presencia de vida”. Esto fue un hallazgo aún más increíble.

Como contaban los miembros del equipo en un artículo publicado en Nature, a pesar de la profundidad y la falta de luz los microbios habían sobrevivido utilizando sustratos producidos a través de la radiación.

 

En líneas generales, todo los estudios realizados en esta fuente de agua han servido para comparar y demostrar hasta que punto la vida puede abrirse camino en las profundidades del planeta Tierra, y es posible que en otros planetas.

Aunque todo y cada uno de los hallazgos ha sido importante para la comunidad científica, en Iflscience han hecho la pregunta del millón: ¿a qué sabe un agua que ha estado guardada en las profundidades durante miles de millones de años? Pues hay respuesta, pues una geóloga del equipo se atrevió a probarla.

 

De acuerdo con ella sabe muy salada y amarga, mucho más salada que el agua de mar.

En conclusión podemos decir que:

  • En 2016 un grupo de geólogos encontraron agua corriente que tenía una antigüedad de 2.000 millones de años.
  • Los expertos comprobaron que el agua tenía partículas en las que se comprobó que había vida.
  • Un miembro de la expedición probó el agua y la calificó muy salada y amarga.

 

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Ciudad Valencia / Mundo Deportivo