Muchos conocen uno de los embalses de agua más famosos de la ciudad de Valencia, el Dique de Guataparo, del cual hablaremos en otro momento. En esta oportunidad, contaremos la historia de un lugar antiguo del que aun quedan vestigios.

A 30 kilómetros al oeste de Valencia se encuentra el Dique de Carabobo, una obra que desafió la ingeniería en su momento con la construcción de larguísimas tuberías de hierro y que atravesó la histórica quebrada Carabobo, hoy perteneciente a la denominada Poligonal Histórica del Campo de Carabobo, lugar donde realmente se libró la Batalla de la Independencia aquel 24 de junio de 1821.

El equipo de producción de Vestigios del Pasado se trasladó al histórico lugar para seguir el rastro del antiguo dique. Recorrido que estuvo a cargo de la Guía Patrimonial Glenda Ygarza, de Centinelas de la Ruta Libertadora, quien narró parte de su historia mientras se hacia el recorrido que empezó desde el Puente Chaparral (Batallón 24 de Junio) y culminó en el mismo, con una duración de 4 horas aproximadamente, subiendo y bajando, río arriba, atravesando la quebrada.

Este embalse de agua, originalmente fue construido con la intensión de llevar el agua para la construcción del Altar de la Patria. Importante mencionar que es un monumento conmemorativo que está dentro del Paseo Campo de Carabobo, que se ubica en el municipio Libertador al suroeste del Estado Carabobo. Este altar fue construido por disposición del gobierno del General Juan Vicente Gómez en el año 1930 para conmemorar el centenario de la muerte del Libertador y Padre de la Patria Simón Bolívar, quien murió el 17 de diciembre 1830.

Glenda Ygarza comentó que, gracias a una anterior investigación detallada realizada por ella y su compañero Iván Umbría, de Centinelas de la Ruta Libertadora, se sabe que el antiguo dique se encuentra ubicado en la cabecera de la quebrada Carabobo,  fue construido en el año de 1929. Hace ya 95 años de aquella obra maestra de la ingeniería del momento, aún se evidencian potentes tuberías de hierro de 250 milímetros de grosor (10 pulgadas). El agua represada, era conducida por tuberías, 2.800 metros río abajo hasta donde se dispondría el monumento del Altar de la Patria.

Este dique no solo favoreció la construcción de este importante monumento, sino que también sirvió para alimentar los hermosos jardines con los que contaba el monumento del Arco del Triunfo, que fueron diseñados por el biólogo Henri Pittier. Siendo éste, el supervisor de la creación de estos jardines y la cuidadosa selección de las plantas que lo integraban.

Esta mega obra realizada en medio de la espesa vegetación cuidó el nivel de agua que va en descenso, y se pueden observar  decenas y decenas de bases de puro concreto con cabilla estriada, 10 puentes colgantes, siendo el más largo de 50 metros de longitud, y otros con diferentes alturas que sostenían la tubería hasta su destino final. A pesar de ya ser casi una obra centenaria, se mantienen en pie las bases de concreto, y en ciertos tramos se pueden apreciar las tuberías de hierro, que hoy esta mimetizado con el ambiente entre los arboles a las orillas de la quebrada.

Cuando se comenzó a construir el dique,  no había casas en sus alrededores, excepto la casa del Guardabosque, la cual era solo usado para el resguardo de los enseres de trabajo del mismo. Gran parte de los trabajadores de la obra era empleados reclutados de los pueblos Aguas Azules, Palma Bonita, El Cambur de Morichal, Gualembe y el Naipe. Posteriormente, muchos de ellos hicieron sus viviendas al lado de la quebrada, buscando tener el agua cerca, lo que les garantizaba conucos con siembras fértiles todo el año y, aparte de eso, estaban más cerca de lugares poblados.

 

LEE TAMBIÉN:  KIOSCO EVERY MORNING, 37 AŃOS DESPUES

 

Glenda Ygarza recordó que entre los primeros en establecerse estuvieron Pablo Zárate y Antonia Ramírez, quienes eran provenientes del Cambur de Morichal. Ellos tuvieron cinco hijos, Miguel, Felipa, Pablito, Martina y Gil, al que apodaban “El Diablo”. Construyeron su casita a las orillas del río, muy cerca del camino real, que después se convierte en lo que es hoy la Carretera Vieja de Tocuyito.

Veintinueve años más tarde, llega a estas tierras  un campesino agricultor oriundo del Rincón, de nombre Sabas Vitriago, con sus hermanos, Juan Irene y Custodio. En 1958, la señora Carmen Bravo, le ayuda a conseguir empleo, y este fue como “Guardabosque del Dique”, habitando aquella vieja casa cercana al dique que estaba abandonada. Aún es recordado por muchos, porque él estuvo allí hasta mediados de la década de 1960.

Anécdotas que pasan a ser parte de la historia de este hermoso lugar es la de Raimundo Mujica, que recuerda aquellas travesuras lejos de casa y escondidos de los padres obviamente, donde se la pasaban colgándose de aquellos puentes que sostenían los tubos. La diversión y el peligro formaba parte del día, pero no tomaban agua de la tubería porque tenía un sabor salobre lógicamente.

Noventa y cinco años después muchos de estos vestigios se han olvidado, y han caído a la quebrada, sin embargo allí permanecen como mudos testigos de aquella gran obra. Gracias a iniciativas como la de Glenda Ygarza, coordinadora de Centinelas de la Ruta Libertadora, guía patrimonial autorizada por el Instituto del Patrimonio Cultural; ellos se han dedicado por más de tres años a la constante reforestación en las riveras de la quebrada, como en su cabecera, para aumentar gradualmente el caudal de agua, ya que ha estado en peligro de cercarse por completo.

Durante esta visita de Vestigios del Pasado, se conoció a grandes hombres que integran la Organización  Los Conuqueros del Dique, que tiene ocho años de fundada, y que agrupa a alrededor de 82 agricultores que se dedican a la siembra artesanal, reforestación y supervisión de la zona de la tala indiscriminada. También se unen a esta misión de reforestación el Batallón de Honor 24 de Junio, que tienen la tarea del mantenimiento de los espacios recuperados y desmalezamiento de los senderos, entre otras funciones.

Todos estos aportes que en perfecta coordinación y perseverancia, favorecerán en un futuro no muy lejano,  el incremento del caudal de la histórica Quebrada Carabobo, caudal que seguramente lavó la sangre de nuestros patriotas que cayeron en batalla aquel 24 de Junio de 1821, la cual nosotros tuvimos el gran honor de atravesarla río arriba para conocer este dique, llenándonos de toda aquella energía patria, transitando aquellos senderos y colinas, y pisando el suelo sagrado del Inmortal Campo de Carabobo, donde nació Venezuela.

 

A continuación se anexan algunas referencias fotográficas adicionales:

dique de Carabobo

Diego A. Trejo / Ciudad Valencia

Fotos: Glenda Ygarza (Centinelas de la Ruta Libertadora)

dique de Carabobo