La consulta popular realizada por el  antichavismo, concluida el 12 de diciembre, tuvo un final idéntico al alcanzado con las últimas 20 convocatorias de marchas y concentraciones de la oposición política: poco pueblo y el olvido.

Más que olvido es un nuevo fracaso opositor. Fracaso que ocurre en medio de una seria pandemia y de una polémica elección presidencial que saca de circulación al principal aliado protector.

El ala del antichavismo, vinculada al interinato, no podía aceptar la realización de las elecciones parlamentarias del 6D, de mandato constitucional. No la debería aceptar porque elegir un nuevo parlamento era aniquilar  al  “Gobierno” ficticio. Entonces la salida, a diferencia de otros comicios, era cantar fraude adelantado, y por tanto, llamar a la abstención.

 

El antichavismo reincide en la abstención

Los detractores internos de la postura abstencionista del antichavismo recordaron cuales fueron las cosechas logradas en otros momentos que convocaron a no votar.  Por ello se echó mano a un vocablo muy usado años atrás: “vamos a una abstención activa”. Se dijo que el pueblo en la calle expresaría su rechazo al fraude electoral del régimen.

Más que una abstención activa el objeto era “medir” el rechazo del pueblo a la dictadura. Que los números que arrojase el 12D del antichavismo tuvieran mayor significación que los de las elecciones parlamentarias.

“Consulta” del antichavismo: poco pueblo y el olvido
Las parlamentarias del 6D produjeron 277 diputados de carne y hueso. La consulta del 12 D, sin registro y olvido.

 

Precisamente, a la convocatoria del CNE acuden un poco más de 6 millones de venezolanos y venezolanas de carne y hueso, con nombres y números de cédula. En cambio, el antichavismo que “acudió” el 12D es informático, virtual, perdido en una dimensión Matrix.

El 6D generó 277 nuevos parlamentarios que constituyen la quinta legislatura a partir del 5 de enero. En tanto que la  cuarta legislatura, la electa el 2015, cesa en todas sus funciones en  la víspera de Reyes. Mientras que la consulta del 12D sólo dejó una declaración de Juan Guaidó: “el pueblo venezolano dio una demostración de fuerza”.

 

Igualmente precisa que iniciarán una ofensiva diplomática para que la Asamblea Nacional, producto de las elecciones legislativas, sea considerada una farsa, y la AN que se instale el 5 de enero, sea desconocida.

Tras la llamada consulta popular, al igual como ocurrió con las convocatorias a marchas y concentraciones, vino el silencio. Luego el olvido. No sólo olvido, sino que no dejó ninguna actividad práctica.

El antichavismo guaidosiano tiene en expectativa sólo dos fechas que no son de su cosecha: el 5E, con el que se extingue la cuarta legislatura y el 20 E cuando Trump recibe la sentencia ¡estás despedido!.

 

El oposicionismo espera que Biden «prolongue» el interinato

En soledad el antichavismo fracasó en su intento por boicotear los parlamentarias. Ahora en una acción de desespero «llama» a protestar para impedir la instalación de la quinta legislatura este 5 de enero.

 

Silencio que desaparece, volumen a volumen, como en una película de suspenso, en espera que el nuevo inquilino de la Casa Blanca termine de hablar.

El guaidosismo espera que Biden declare su desconocimiento a la nueva Asamblea Nacional. Que asuma una “competencia” colonial inexistente de “prolongar” el interinato, cerrar toda posibilidad de diálogo con la Revolución Bolivariana  y retomar aquello que todas las opciones están sobre la mesa.

 

Ciudad VLC / William Hernández