«La desviación rosa» por Fernando Guevara

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“Rosa” llaman en España a aquel segmento de las noticias que trata acerca de la vida y obra de personajes de cierta fama, poca o mucha, buena o mala que protagonizan hechos que terminan en escándalo o, mejor dicho, que escandalizan a una supuestamente pacata sociedad hispana y que termina extendiéndose días o semanas, para finalmente desaparecer del mapa mediático sin más trascendencia que un vago recuerdo dudoso en la mente del colectivo. Pero que mientras está en auge es la comidilla del día en toda la península y esta extensión interesada en el chisme que llaman Hispanoamérica.

Vamos, hombre, que la comidilla no es cosa sola de los gallegos y sus vecinillos.

Ahora, lo que sí es cierto es que en España es un show todo lo que tenga que ver con la prensa rosa, pues esta cubre desde la más encumbrada realeza, hasta la más incipiente cantante, bailarina o amante de moda que acaba de aparecer en el firmamento de las noticias que cierran la jornada ibérica. O que también la abre, está en el medio o en cualquier hora.

Esta prensa rosa nace hacia los años ‘40 del siglo pasado, en el auge del franquismo, lo cual es lógico y se asienta en la necesidad de trascender hacia la vida de los famosos y hacerles una “intrusión” a su entorno. Vemos como personajes, entre ellos la supuesta nobleza, toreros, cantantes, bailaores forman parte de la constante fauna que va a aparecer en esta prensa contando sus vidas y sus fantasías en una narración fácil, llena de clichés, estereotipos y valores morales y religiosos que ciertamente hacen las delicias de las masas: eso es lo que necesita el franquismo, que clama por tranquilizar a una sociedad recién salida de una guerra civil incruenta y que sin lugar a dudas necesita y va a ser reeducada para que su vida, sus aspiraciones y, sobre todo, su opinión gire en torno a temas baladíes como las vicisitudes de los famosos y no sobre la miseria y la violencia del franquismo.

La punta de lanza de la “prensa del corazón”, como también se le llama, va a ser la revista Hola.  Este colorido semanario con sus reportajes, pero en especial su llamativa portada sobre personalidades de la farándula, cultura, arte, deporte o, repito, supuesta nobleza y sus muy cuidadas fotos, se ha posicionado como referente universal de la prensa rosa, pues hoy en día tiene publicaciones en inglés y otros idiomas, además de ediciones locales en muchos países, medios digitales y televisión, lo que la convierte en un conglomerado de medios que tiene una poderosa influencia en la formación pública y en la visión que el mundo tiene sobre este tipo de noticias frívolas.

Visto que la prensa rosa favorece un tipo de lectura de fácil digestión, sus personajes representan primordialmente lo que se suele denominar el jet set. Se pinta la vida de estos sujetos desde una perspectiva ideal, alabando sus logros y sus personalidades “exitosas”, no sin dejar de hacer referencia, cuando toca, a sus fracasos como divorcios, problemas legales, económicos o de cualquier tipo, pues no solamente vende el triunfador ideal, sino que también vende la caída en desgracia de estos sujetos cuando la mala fortuna toca a su puerta.

 

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Otra de las características de esta prensa rosa es que es sumamente conservadora, reaccionaria y de ideología muy cristiana, que impone al consumidor sus valores, rechazando aquello que sea progresista, novedoso o radical que rompa con ese discurso rosa con el que baña a la sociedad. Por ello, el diferente, sea homosexual, latino, negro o solamente moreno va a tener cabida en sus tertulias como un colorido folclórico que divierte a la sociedad blanca, culta, europea que ellos representan y que homogenizan a través de sus páginas y de intento por frivolizar la vida.

En resumidas cuentas, este tipo de prensa impone a la sociedad una visión banal de la vida y un producto de consumo de masas de fácil digestión que contribuye a obnubilar al pueblo y a cegarlo de los grandes problemas sociales que los rodean y que es la realidad viva que los afecta.

La prensa rosa no es más que una forma de control mental de masas de la cual es necesario liberarse para comenzar a ser críticos con un sistema que nos reprime.

 

Fernando Guevara / Ciudad Valencia