«La Legión Británica» por Ángel Omar García González

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Ángel Omar García González: autor de la columna de Ciudad Valencia "Historia y Memoria"

Amigas y amigos constructores de sueños forjadores de esperanzas: Durante nuestro proceso de Independencia fueron muchos los actores de otras naciones que vinieron a prestar su apoyo para alcanzar nuestra liberación: Atanasio Giraldot, Luis Brión, Daniel Florencio O`Leary, José Rafael de las Heras y la famosa Legión Británica, entre muchos otros; esta última llegó a Venezuela a mediados de 1818 y tuvo una destacada participación el 24 de junio de 1821, durante la segunda batalla de Carabobo.

 

La gestión de Luis López Méndez

Los historiadores han utilizado el nombre de Legión Británica para denominar al grupo de combatientes originarios de Gran Bretaña, Irlanda y Hanover que vinieron a participar en el proceso de independencia venezolano y suramericano. La posibilidad de contratar combatientes anglosajones ya había sido sugerida por Francisco de Miranda en 1812, seguramente con base en el conocimiento que tenía de aquellos combatientes y en los requerimientos de milicias experimentadas para encarar la defensa del gobierno de la Primera República. Posibilidad que entonces no pudo concretarse, entre otras razones porque la propia Europa estaba sumergida en su propia guerra.

El arribo de legionarios británicos a tierras venezolanas, a mediados de 1818, habría sido el resultado de la misión que el Libertador encomendó a Luis López Méndez, en 1817, a los efectos de gestionar en Londres la contratación de soldados que contribuyeran al logro de nuestra independencia; encomienda que alcanzó adquiriendo deudas en nombre de la República e incluso personales, con las que pudo lograr la compra de buques, armas y municiones, así como contratar jóvenes de espíritu aventurero que estaban apasionados por la revolución en el Nuevo Mundo, y poseían gran experiencia militar, pues habían participado en la lucha y derrota de Napoleón Bonaparte. Originalmente tuvieron el nombre de Legión Británica y luego de Cazadores Británicos.

Sin embargo, contrario a lo que pudiera pensarse, no se trató de una sola unidad de combate, sino de diversos cuerpos de combatientes que conformaron grupos con distintos nombres en la medida en que fueron arribando al territorio venezolano. Los nombres originales de los primeros grupos fueron: Primero de Húsares, Húsares Rojos, Primero Venezolano de Rifles, Primero de Lanceros, Artillería y Segundo de Rifles.

Los irlandeses se denominaron: Lanceros, Primero de Fusileros, Primero de Rifles, Segundo de Rifles, Infantería Ligera de Cundinamarca, Primero de Infantería Ligera, Húsares de la Guardia. El grupo comandado por el general Gregor MacGregor se denominó Lanceros de Maceroni, Húsares, Artillería, Primero de Lanceros, Rifles, Infantería Ligera de Salabrietta y Regimiento de Hibernia.

 

Un personaje difícil

Uno de los primeros en enrolarse fue Gustavus Hisppisley, un polémico personaje que era soldado retirado del ejército británico con el grado de teniente de caballería, y que a su llegada aspiró el grado de general, pero solo obtuvo el de coronel; con él Bolívar tendría duros enfrentamientos. Muy disgustado al no obtener lo que aspiraba, al poco tiempo solicitó autorización para retirarse del ejército y se marchó a Inglaterra donde entabló demanda contra López Méndez por incumplimiento de contrato.

También escribió unas memorias en las que daba cuenta de su participación en el proceso independentista, llenas de un profundo resentimiento por no haber alcanzado lo que esperaba y de una profunda visceralidad hacia el Libertador. Tiempo después, en 1826, cuando la grandeza y fama de Bolívar eran conocidas en América y Europa, intentó reconciliarse escribiéndole una carta, en tono laudatorio, que el Libertador nunca respondió.

Fueron las memorias escritas por Hippisley una de las fuentes utilizadas por Carlos Marx para escribir, en 1857, una polémica biografía sobre Simón Bolívar, que ha servido para alimentar debates apasionados entre la derecha y la izquierda en Venezuela y el continente, pero que sólo demuestra el gran desconocimiento que tuvo Marx sobre el complejo proceso de independencia hispanoamericano y, venezolano en particular, así como el evidente prejuicio hacia su biografiado.

En realidad, más que una biografía sobre un personaje histórico, se trató de un verdadero juicio político contra la figura del Libertador, en la que el pensador alemán no escatimó adjetivos como “cobarde”, “canalla”, “miserable”, “dictador”, entre otros; los cuales merecieron el cuestionamiento del editor de la New American Cyclopedia, Charles Dana, por su evidente falta de imparcialidad, ya que el escrito estaba muy distante del contenido, fundamentalmente informativo, que suele caracterizar este tipo de publicaciones.

Otra fuente utilizada por Marx fue el trabajo de Ducoudray Holstein, un militar de origen alemán que prestó servicio en el Caribe, Nueva Granada y Venezuela. La tercera fuente de importancia fueron los escritos de John Miller, militar de origen británico que tuvo actuación en Perú. Con todos Bolívar tuvo grandes diferencias y todos realizaron escritos en su contra. En estas fuentes se fundamentó Marx para escribir su polémica y prejuiciada biografía sobre Bolívar.

Sin embargo, a pesar de esto, como muy bien lo ha enfatizado el historiador Vladimir Acosta, lo importante es destacar que Marx escribió obras mucho más importantes y documentadas que ésta, que le han valido el reconocimiento como uno de los pensadores indispensables de la Modernidad, y Bolívar está muy lejos de ser el nefasto personaje que pretendió mostrar el autor de El Capital.

 

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Un heroico sacrificio

La Legión Británica tuvo una destacada y sacrificada participación durante la segunda batalla de Carabobo, siendo la punta de lanza de la Primera División del ejército patriota comandada por el general Páez, y donde muchos de sus integrantes regaron con su sangre el inmortal campo, ofrendando la vida de 19 oficiales y ciento veinte soldados. Bolívar, en reconocimiento a su heroísmo, los rebautizó con el nombre de Batallón Carabobo.

Sus integrantes acompañaron también el proceso de liberación de Ecuador y Perú en la llamada Campaña del Sur; finalmente, fueron disueltos, en 1830, tras la desintegración de la Gran Colombia. Como se sabe, en el Monumento alegórico en el Campo de Carabobo existe la Tumba del Soldado Desconocido, la cual rinde homenaje no sólo a la famosa Legión, sino a todos aquellos que ofrendaron su vida ese día en favor de la libertad.

 

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Ángel Omar García González (1969): Licenciado en Educación, mención Ciencias Sociales, y Magister en Historia de Venezuela, ambos por la Universidad de Carabobo, institución donde se desempeña como profesor en el Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Educación. En 2021 fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo Alternativo por la Columna Historia Insurgente del Semanario Kikirikí. Ganador del Concurso de Ensayo Histórico Bicentenario Batalla de Carabobo, convocado por el Centro de Estudios Simón Bolívar en 2021, con la obra “Cuatro etapas de una batalla”. Es coautor de los libros “Carabobo en Tiempos de la Junta Revolucionaria 1945-1948” y “La Venezuela Perenne. Ensayos sobre aportes de venezolanos en dos siglos”.

 

Ciudad Valencia