El respetable público nos sabrá perdonar por la palabra con la que hoy venimos a darle la lata. De dar la lata se trata precisamente, porque la palabra de hoy es fastidio.
Fastidio, en su segunda acepción que es la que más nos interesa, es lo mismo que enfado, cansancio, hastío, repugnancia. Viene del latín fastidium, que significa en propiedad asco, repugnancia pero también desprecio, menosprecio y por último “melindre, gusto excesivamente difícil de complacer”. Son muchos los derivados de fastidio. Para mencionar uno de los de uso más frecuente, fastidioso, equivale a “enfadoso, importuno, que causa disgusto, desazón, hastío”: del latín fastidiosus, que significa por una parte desdeñoso, soberbio, altanero y por otra delicado, melindroso, descontentadizo.
Como se puede ver ni en castellano ni en latín aparece fastidioso en el sentido que por lo regular le damos los venezolanos, o sea como sinónimo de aburrido, latoso o pesado. Qué fastidio, ¿verdad?
A los venezolanos nos encanta buscar términos de comparación para aquello que nos parece fastidioso. Solemos decir, por ejemplo, “eso es más fastidioso que un paseo en aplanadora”, “más fastidioso que contarle los pelos a un cepillo” o “más fastidioso que un domingo en Antímano”, comparación hoy en desuso posiblemente acuñada por el semanario humorístico “El Morrocoy Azul”. Existe una obra casi legendaria que todavía usan algunos como el último extremo del fastidio: “eso, dicen, es más fastidioso que La historia del tabaco”.
Tomado del libro “La palabra de hoy / Programa radial” (Cenal, 2014)
Autor: Aníbal Nazoa González (Caracas, 12 de septiembre de 1928 – Ibíd., 18 de agosto de 2001) poeta, periodista y humorista, considerado «uno de los escritores venezolanos que mejor retrató el siglo XX».
La palabra de hoy: «TURCO», por Aníbal Nazoa
Ciudad Valencia – LSFLC