Pachá… Hace ya más de treinta años que Caracas asistió a la resurrección de los “cañoneros” con su música jacarandosa, sabrosa para bailar y abundante en sal gruesa.
En gran parte, la responsabilidad por este fenómeno corresponde al conjunto llamado precisamente “Los Cañoneros”, que basó su rotundo éxito en la guasa “El Norte es una quimera”, del maestro Fragachán, aquella donde cuenta sus cuitas un caraqueño que se fue para Nueva York “en busca de unos centavos y regresó como fuete de arrear pavos”, o sea en el último extremo de la flacura, “más flaco que mostrador de botica”, como se decía en la Ciudad de los Techos Rojos y por supuesto “limpio de perinola”. El pobre hombre resumió sus quejas en estos versos adoloridos:
El Norte es una quimera, ¡qué atrocidad!
¡Y dicen que allá se vive como un pachá!
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Vivir como un pachá –todo el mundo lo sabe– es darse la gran vida, entre el ocio, el lujo y la opulencia. Pachá es el título que antiguamente se daba en Turquía a los altos jefes militares y gobernadores de provincia, que lo usaban a continuación de sus nombres.
Hoy día no es sino un título nobiliario. La palabra, en turco pasha, es de origen persa y seguramente derivada del turco bash, cabeza. En España, en vez de pachá se prefiere la forma equivalente bajá. Por algo fueron los españoles quienes inventaron la célebre y muy graciosa frase seudo-árabe o seudo-turca “Bájame la jaula, Jaime”.
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Tomado del libro “La palabra de hoy / Programa radial” (Cenal, 2014)
Autor: Aníbal Nazoa González (Caracas, 12 de septiembre de 1928 – Ibíd., 18 de agosto de 2001) poeta, periodista y humorista, considerado «uno de los escritores venezolanos que mejor retrató el siglo XX».
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