No se puede negar que la palabra de hoy, para muchos sinónimo de “feliz”, está asociada a la libertad, pero también puede estarlo al libertinaje. Esa palabra es soltero, que de acuerdo con esta idea significa algo más que “no casado”.
Soltero, primitivamente sinónimo de suelto, participio pasado irregular de soltar, viene del verbo latino solvere, desatar, librar, dejar libre, que tiene también la forma exsolvere. De este verbo desciende una gran familia de palabras importantes entre las cuales podemos mencionar, en primer término, absolver, con sus derivados absolución, absoluto y absolutismo.
De igual procedencia son el adjetivo solvente, “desempeñado de deudas”, y el nombre de cierto documento y de la situación que el mismo acredita, indispensable para todo tipo de negocios y pesadilla de los deudores del Impuesto sobre la Renta: solvencia.
Según el Diccionario de la Real Academia, soltero deriva del latín solitarius. Esta definición académica puede ser calificada, por lo menos, de ingenua, porque bien se sabe que los solteros no son necesariamente solitarios; por el contrario, las más de las veces están bien acompañados, mientras que muchos casados llevan una vida solitaria, aunque tengan una supuesta compañía.
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Por lo demás, solitarius en latín significa simplemente eso: solitario, aislado. El Homo Solitarius es “aquel que vive alejado de los demás”, el soltero propiamente dicho es el celebs, celibis, de donde proviene el cultismo celibato.
Los aficionados a la soledad y a la pachanga rara vez responden simplemente “soltero” cuando se les pregunta por su estado civil: ellos más bien suelen responder “soltero (o solterito) y sin compromiso”.
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Tomado del libro “La palabra de hoy / Programa radial” (Cenal, 2014)
Autor: Aníbal Nazoa González (Caracas, 12 de septiembre de 1928 – Ibíd., 18 de agosto de 2001) poeta, periodista y humorista, considerado «uno de los escritores venezolanos que mejor retrató el siglo XX».
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