Sin exagerar podemos presentar la de hoy como una auténtica palabra de moda: subsidio. Dondequiera que vayamos sale a nuestro encuentro el subsidio, definido por el Diccionario como “Socorro, ayuda o auxilio extraordinario de carácter económico”.
Muy llevados y muy traídos en tiempos de crisis como los actuales, los subsidios son uno de los temas que provocan las más encendidas controversias, especialmente entre economistas, políticos y sindicalistas.
Ya que hablamos de controversias ¿qué tal si les decimos que la palabra subsidio perteneció originalmente al léxico militar? Pues por raro que les suene, así es: subsidio viene del latín subsidium, que significa “línea de reserva, tropas de reserva”.
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También quiere decir “socorro, auxilio, refuerzo”, siempre dentro del lenguaje de la milicia, y “refugio, abrigo”. En último término, de donde realmente procede subsidio es del verbo sentar, derivado del latino sedere, “estar sentado”, el cual dio origen a una extensa familia de palabras, entre las cuales se cuentan algunas muy corrientes como silla, asentamiento y cultismos como sede, sedimento, sedentario y disidente.
Podríamos seguir citando derivados, pero éstos son tantos que hacerlo no sería precisamente subsidio sino suicidio; y no estaríamos tan descaminados si confundiéramos ambos vocablos, porque una economía basada en puros subsidios sería realmente suicida.
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Tomado del libro “La palabra de hoy / Programa radial” (Cenal, 2014)
Autor: Aníbal Nazoa González (Caracas, 12 de septiembre de 1928 – Ibíd., 18 de agosto de 2001) poeta, periodista y humorista, considerado «uno de los escritores venezolanos que mejor retrató el siglo XX».
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