“Las revoluciones” por Luis Alberto Angulo

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Luis Alberto Angulo-revoluciones- Agradecido

Las revoluciones no crean las contradicciones, los antagonismos y problemas sociales; son estos en su conjunto los que propician las revoluciones.

Las injusticias, la corrupción política, económica y social, el intervencionismo descarado de los sectores hegemónicos mundiales, el neocolonialismo, no son la consecuencia de esos “partos sangrientos de la historia”, como las llamó un presidente gringo; al contrario, esos factores opresivos son las llamadas “condiciones objetivas” que generan un proceso de esa magnitud.

Venezuela entró hace décadas en la espiral revolucionaria y eso ya es indetenible, incluso, para los propios actores circunstánciales del poder fáctico. La revolución venezolana, con mucho tino histórico y político, se declaró desde sus comienzos como bolivariana, es decir, se anotó a un proceso liberador que se inició con las luchas independentistas contra Europa y logró su autonomía política ganando una descomunal guerra, en el siglo XIX, a la corona española, al imperio español, y que arrastró al derrumbe de las fuerzas imperiales de su tiempo.

La Batalla de Carabobo es un signo triunfal en la concreción de la dinámica independentista que resurgió a finales del siglo XX con el ascenso de nuevas fuerzas, cuya cabeza visible fue el Comandante Hugo Chávez Frías.

Hay quienes plantean un retorno al modelo de la democracia representativa que llevó al colapso total al país; eso es imposible. La realidad sólo ofrece dos posibilidades: la de seguir avanzando en el modelo autonómico de la revolución bolivariana o la de entregar el país al liberalismo neocolonial.

Otto De Sola, un poeta y antólogo nacido en Valencia en 1908 y fallecido en España en 1975; quien fue miembro del grupo “Viernes”y autor de:  Acento (1935), Presencia (1938), De la soledad y las visiones (1940), El viajero mortal (1943), En este nuevo mundo (1945), El desterrado en el océano (1952), Al pie de la vida (1954), En los cuatro siglos de Valencia (1957), El árbol del paraíso (1961), Un libro para el viento (1968), Mientras llega el futuro (1970), Civilización (1973), Palmas (1980), Antología de la moderna poesía venezolana (1940), ofrece al respecto, en su libro La Civilización, publicado por Monte Ávila Editores, un poema ineludible.

 

Las revoluciones

Necesarias
Necesaria
Necesarias

 

Cuando el Pueblo las quiere. Cuando el Pueblo las quiere.

 

Necesarias

 

Para los buenos Artistas
Para todos los Relojes
Para todos los Obreros
Para todos los Científicos

 

Para el Cielo y el Papa
Para el Árbol y la Luna
Para las grandes Sombras
Para el Sol y el Mar.

 

Necesarias
Necesarias
Necesarias

 

Mientras la Tierra gire en el espacio
Y no resbale en fuego

 

Y no se CAIGA
por los siglos
de los siglos

 

AMÉN…!

 

Animalamor de Ramón Miranda

Ramón Miranda-Animalamor

La tercera edición del poemario de Ramón Miranda (1947-2022) ha sido mi primer obsequio navideño. Llegó de manos del profesor Gustavo Miranda, hermano del poeta falconiano, a quien conocí y con quien mantuve cordial relación. Acuso recibo con agradecimiento.

Leer ahora a Ramón Miranda es sentir que permanece entre nosotros. Él era una persona sencilla, directa y sincera, pero no blandengue. Su poesía está impregnada de esos mismos rasgos. Su gente de Avaria, donde nació y de Coro, donde vivió casi siempre, le querían y respetaban; a mí me gustaba su sentido de la realidad, conocía su propia valía, pero no se adornaba y tampoco permitía un trato que sintiera exagerado. Le gustaba la altura de su voz y se sentía cómodo allí. A veces imagino que su poesía tiene influencias orientales. En todo caso pertenece a lo que hemos llamado algunos “poesía del decir”.  La suya en general es breve, densa, musical, con ritmo interno.

Ramón Miranda-poeta-Animalamor

Este libro de Ramón Miranda es un homenaje suyo no solo al loco amor, sino también a la amistad y a la poesía misma, eso último se siente en las dedicatorias a Laura Antillano, Ramón Palomares, Luís Alberto Crespo, José Barroeta, Enrique Arenas, Blas Perozo Naveda, Hugo Fernández Oviol, Waffi Salih, Tito Núñez Silva, Ernesto Zalez, Benito Mieses, Marisol Prieto, Rafael José Álvarez, y Eugenio Montejo. Pareciera ser su canon poético más íntimo.

Esta edición, impresa por Signos en Valencia del Fondo Editorial Oikos (INCUDEF), está llena de bellos y atinados testimonios de Gabriel Jiménez Emán, Miguel Ángel Paz, Gustavo Miranda, FAYR, Eloy Rutman, Pedro Sierra Graterol, Paul González Palencia y Hugo Fernández Oviol, éste último con dos párrafos imperdibles del que transcribo uno:

 

“El amor hace poetas a los hombres y vuelve loco a los poetas; dígalo si no este Ramón Miranda, escritor y periodista, cronista y fundamentalmente poeta que, en éste, su ‘Animalamor’, abandona todos estos atributos para convertirse solamente en poeta, que enloquecido de amor es mendigo que suplica, estrella que ilumina, náufrago que emerge de la ficción, corazón que reseña perros en una ciudad desierta e inventa hoteles destartalados y felices en la ruta del sueño”.

 

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Dos poemas de Ramón Miranda

 

En vilo te levanto como un salmo

A Laura Antillano

 

En vilo te levanto como un ángel
Tiene tu peso un tono de alegría
Al pie del corazón nos inclinamos
y el día nos recibe como un salmo

 

Muchacha de la Quinta Sinfonía
te conocen el nombre los corderos
En una jaula coleccionas sueños
y los sueños te cantan como pájaros

 

Tiene tu levedad corriente de agua
Pecan tus pensamientos en mi frente
Tus manos son la herencia de la lluvia
y a seda me torturan tus tobillos

 

Tiene tu peso un poco de este día
Al pie del corazón nos alegramos
El día nos despide como un ángel
y en vilo te levanto como un salmo

 

Ni el hotel ni nosotros

He vuelto a la vieja ciudad
en donde compartimos el pan pobre desgastadas monedas
y la cama quejosa que por casa teníamos

 

He vuelto por un día
a la vieja ciudad
de lluvia anual de ráfagas terribles donde fuimos felices a ras de la miseria
muy lejos de la muerte

 

¿Te acuerdas del hotel
en donde celebrábamos
(en rito cruel caníbal)
todo acontecimiento
que valiera la pena:
desencuentros olvidos la lluvia de repente?

 

La ciudad aún conserva nuestras amantes huellas
El hotel ya no existe
y nosotros tampoco

 

***

 

Luis Alberto Angulo [Rivas]. Nació en Barinitas, estado Barinas (VEN), en 1950. Coterráneo de los poetas Enriqueta y Alfredo Arvelo Larriva. Autor de las sumas: Antología de la casa sola (Fundarte, 1982), Fusión poética (Universidad de Carabobo, 2000), La sombra de una mano (2005), Antología del decir (2013), y Coplas de la edad ligera (2021), títulos publicadas por Monte Ávila Editores, colección Altazor. Prologa la edición en vida de la Obra poética completa de Ernesto Cardenal (Editorial Patria Grande, Buenos Aires, Arg. 2008).
Premio del IV Concurso Internacional de la revista Poesía (UC), otorgado anteriormente a: Jim Seguel, Arnaldo Acosta Bello y Eli Galindo. En Valencia, ciudad donde reside desde hace más de cincuenta años, ha sido columnista de los diarios Notitarde, El Carabobeño y Ciudad Valencia, jefe de redacción de la revista Poesía (UC) y director de las revistas Zona Tórrida (UC) y Redve (Red Nacional de Escritores de Venezuela). Ha realizado selecciones poéticas de: San Juan de la Cruz, Miguel Hernández, César Vallejo, Ernesto Cardenal, Enriqueta Arvelo Larriva, Teófilo Tortolero, Gelindo Casasola, Rómulo Aranguibel, Lubio Cardozo y Ana Enriqueta Terán.

 

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