Siempre se habla del Picasso artista, del genio, del hombre que rompió la forma y nos mostró una nueva manera de percibir la realidad y sentir al arte. La gran mayoría reconocemos, admiramos y valoramos su inmenso legado artístico y su extraordinario aporte al arte moderno. Pero la semana pasada quise traer al hombre, al Minotauro, al que no solo se dedicó a romper, descomponer y desfigurar la forma, sino también a cada alma que lo rodeó hasta más allá de su muerte.
Hablé de una tal “maldición picassiana” y como esta apagó la línea del tiempo de las siete personas que más lo adoraron. Pero también dentro de esta historia de amores sufridos, infidelidades añejadas, muertes y enfermedades del alma, algunas lograron convertirse en las sobrevivientes de Picasso.
LEE TAMBIÉN: “¿Maldición picassiana?”
Dora Maar
Henriette theodora Markovitch, conocida como Dora Maar, fue una de las amantes más sufridas de Picasso, ya que fue víctima de violencia física y psicológica en múltiples ocasiones por el artista. Para desgracia de Dora, su amado se dedicó por años a representarla una y otra vez bajo la atmosfera del sufrimiento y el llanto, siendo el mismo Pablo quien le otorgará el título de “La Llorona”, y por el cual será reconocida a nivel mundial.
Y digo desgracia porque muy pocos conocen que Dora Maar fue una de las fotógrafas más influyentes del movimiento surrealista, ya que mucho antes de conocer a Picasso, logró posicionarse y obtener mucho más reconocimiento que el mismo Henry Cartier Bresson, dejando de esta manera un invaluable legado artístico dentro de las artes visuales.
Pero Maar no solo abordó la fotografía como medio de expresión, también se desenvolvió como pintora y escultora. Estas cualidades artísticas la llevaron, al igual que a Francoise Gilot, la otra sobreviviente de Picasso, a establecer una conexión mucho más íntima con el Genio de la Pintura.
Estas dos mujeres no solo se convirtieron en su momento en las musas de Picasso, sino que participaron de manera directa en varias creaciones del artista, algunos dicen que en ocasiones fueron hasta obligadas a realizar estas intervenciones. Un gran ejemplo de ello fue la intervención que tuvo Dora en la elaboración y la creación del Guernica.
En esta anécdota se dice que Dora, por órdenes de Pablo, realizo algunas intervenciones pictóricas en la famosa obra, así como fue la única en dejar el registro fotográfico de todo el proceso creativo del Guernica. Pero lo más relevante para mí es que fue la propia Dora Maar quien empuja a Picasso hacia la creación de la obra más importante y simbólica del siglo XX.
El Guernica sin Dora
Y es que días posteriores al bombardeo, Pablo se encontraba confundido, ausente, casi sin repuesta ante tal hecho histórico, por tal motivo Dora le pregunta: “¿Piensas quedarte sin hacer nada?, tú eres pintor, debes decir algo, tú tienes el poder de cambiar la historia”. Y es así como Pablo Picasso decide hacer la obra más importante de toda su carrera artística: El Guernica”.
Ahora bien, esta extraordinaria pintora, escultora y fotógrafa francesa no soportaba la idea de compartir a su amado, sin embargo, el minotauro seguía embistiendo a cada fémina que aparecía en su camino, por lo que Dora fue apagándose poco a poco, pasó de ser una mujer decidida, visionaria, alegre y segura a deambular por las calles vestida de miedos y fantasmas, que luego la conducirán a la locura.
Ya Picasso, con una nueva amante y obstinado de Dora, decide abandonara y recluirla en una clínica mental. Aquí la fotógrafa surrealista fue víctima de “terapias de electrochoque” y desde su absoluta soledad comenzará el camino hacia su propia liberación y salvación. Para suerte de Maar, su doctor de cabecera le dio dos opciones: Quedarse allí para siempre o buscar a Dios; a lo que ella respondió: “Después de Picasso, Dios”.
Dora logra salir de la clínica gracias a Paul Éluard, amigo de Picasso, para luego refugiarse en Dios y en su nueva producción pictórica de paisajes, la que años más tarde presentará en una exposición donde el mismo Pablo Picasso se presentara con su amante del momento, Francoise Gilot.
Pacto de sangre
Ahora bien, a pesar de que Dora Maar sobrevivió a Pablo Picasso físicamente, este desgarró su alma, bebió su sangre, descuartizó su mente y mutiló su carrera artística. ¿Pero y es que acaso se nos olvidó cómo se conocieron Pablo y Dora en aquel bar? Donde aquella bella mujer de guantes realizaba un ritual para captar la atención del pintor, agarrando un cuchillo con su mano derecha e intentando pasarlo velozmente entre sus dedos sin pestañar, viéndolo fijamente hasta sangrar, para que luego el minotauro, atrapado en el hechizo se levantara a embestir a la dama y pedirle cual amarre aquel guante ensangrentado.
¿Será que esta historia ya estaba escrita? ¿Será que aquel ritual fue el pacto de sangre de estos dos amantes? ¿Dora lo sabía? ¿Dora lo buscó? O como dijo una de las amantes secretas de Picasso, llamada “La Mujer de los miércoles”: “Todo lo que Pablo amaba lo mataba”, Laporte.
Dora Maar muere a sus 90 años sola y a pesar de tener una gran fortuna vivió los últimos días recurriendo a los servicios sociales, solo cinco personas asistieron a su funeral.
“Cuando Picasso me abandono todos pensaron que me suicidaría y no lo hice para no darles la satisfacción”, Dora Maar.
***
Penélope Tovar, artista plástica, egresada de la Escuela de Artes Plásticas “Arturo Michelena”; es también licenciada en Pedagogía Alternativa, mención Desarrollo Artístico, por la Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez” (UNESR). Ha participado en exposiciones colectivas a nivel nacional (Galería de Arte) e internacional (Canadá, EEUU, Reino Unido, Portugal y España). Exposiciones individuales: Museo de Bellas Artes de Caracas y Museo de Arte Valencia (MUVA). Reconocimientos: Artista Joven del mes de Noviembre 2021 por el Museo de Bellas Artes, Caracas, Venezuela.
Actualmente es facilitadora en Arte-terapia en el Centro de Neuro-desarrollo “KOKIGYM”, apoyando en la rehabilitación de niños y niñas con discapacidad.
Ciudad Valencia / Foto de la autora por Penélope Tovar