La técnica del masaje infantil consiste en una secuencia de movimientos abarcando, desde la cara hasta los dedos de los pies, explica Marta Veguillas, pedagoga especialista en atención temprana.

El bebé no se nutre solo de comida, también necesita amor y cariño, que le proporcionen una seguridad y acogida emocional para poder crecer de forma armónica.

De allí que uno de los principales “nutrientes” del recién nacido es el tacto, un poderoso medio para su desarrollo fisiológico, psicológico y emocional que beneficia, tanto al niño, como a los padres, madres y las personas más cercanas a él, estimulando y fortaleciendo los vínculos afectivos y la escucha mutua.

Muchas investigaciones revelan la necesidad del contacto afectivo como parte fundamental de los primeros años de vida, y el masaje es uno de los métodos más agradables y fáciles para establecer este primer contacto.

Veguillas quien ideó una secuencia de movimientos dentro de los cuales se incluyen algunos de orígenes hindú y sueco, y también otros provenientes de la reflexología podal, así como ejercicios de yoga adaptados al bebé.

 

“En los bebés, los masajes pueden aliviar los dolores ocasionados por los temidos cólicos, el estreñimiento y las molestias de la dentición, y además fomentan el vínculo madre/padre-hijo, así como la comunicación verbal y no verbal, y el sentimiento de respeto”, señala Veguillas.

 

Beneficios del masaje infantil para hijos y padres

El masaje estimula los sistemas respiratorio, digestivo, circulatorio y endocrino del niño, y tiene efectos de relajación, al mejorar los patrones de sueño, normalizar el tono muscular y aumentar los niveles de hormonas relajantes, en los pequeños que son masajeados.

“El masaje al bebé también es bueno para quienes desarrollan la mayoría de las veces esta práctica, los propios padres, ya que hace que entiendan mejor a su hijo y, sobre todo, que aprendan a escuchar y a respetar sus señales, lo cual repercute positivamente en la autoestima de los adultos”, añade Marta Veguillas.

 

– Por otra parte, y dado que a veces el masaje requiere la participación de todos los miembros de la unidad familiar, esta técnica disminuye la rivalidad entre hermanos -apunta la especialista. Consultada sobre cómo responden los bebés a los masajes, Veguillas explica que se comunican muchísimo con sus padres durante las sesiones, por medios no verbales.

“Las muecas de sonrisa, las miradas o algún que otro balbuceo son formas infantiles de decir ‘me está gustando’ y, si el niño se duerme, puede afirmarse que el masajista ha triunfado -señala la experta-. Los adultos expresamos lo que sentimos con palabras y, a veces, no encontramos las adecuadas para transmitir lo que nos aporta el masaje, en cambio los bebés son mucho más expresivos y naturales”.

 

DE INTERES: AMIGOS IMAGINARIOS EN NIÑOS: ¿SON NORMALES ESTAS FANTASÍAS?

 

El Masaje infantil es con suavidad

Respecto de la edad a la que es recomendable que el bebé reciba sus primeros masajes, Veguillas destaca que se puede iniciar al poco tiempo de nacer y cuando la mamá se encuentre en condiciones de poder realizarlos.

La edad límite puede irse adaptando a medida que el niño va creciendo. Según esta experta, es frecuente que aquellos niños que han recibido masajes diarios desde pequeñitos, suelen pedirlos más adelante en las siguientes etapas de su infancia.

 

Para que un bebé sano disfrute y aproveche el masaje que le damos “no hay que tener ningún tipo de cuidado especial; solo vigilar que la iluminación y temperatura sean agradables, e iniciar los movimientos poco a poco, ya que un comienzo brusco puede hacer que el niño llore”, destaca.

 

Ciudad Valencia / Últimas Noticias