Santeliz-Museo del BeisbolRefiriéndose a sí misma como una mujer de retos, Raquel Santeliz nos sigue contando, a medida que tomamos café y conversamos, cómo es que ella, no sabiendo nada de béisbol, se convertiría en una de las primeras mujeres en hacer una exposición de artes plásticas, con temática beisbolera, en el Museo del Béisbol ubicado en el CC Sambil de Valencia.

También nos cuenta su llegada a la poesía de manos de sus maestros y de como por casualidad conoce al poeta José Joaquín Burgos, quien le da el espaldarazo y apoyo para dedicarse de lleno a la poesía. Para Raquel Santeliz, la clave de su arte está en la preparación y en la disciplina y en jamás rendirse…

 

Una poeta en el Museo del Béisbol

Raquel: …Y de encontrar gente maravillosa, me encontré, haciendo un curso en el Conac, eso fue por el 2005/2006, (…) me encontré con el museógrafo del Museo del Béisbol del Sambil, entonces hablando hubo mucha empatía, y me dijo que por qué yo no hacía una exposición aquí en el Museo del Béisbol, y cuando yo vi las paredes, eso era como esta escuela de grande. ¿Cómo voy a poder yo exponer en todas esas paredes?, por más que sea, ¡eso es plata!, y esfuerzo y trabajo…

Magaly: y más trabajo…

Raquel: Sí, más trabajo, entonces yo le dije que lo que le podía ofrecer era conseguir a amigas y hacerte una muestra plástica, pero de mujeres, entonces me conseguí a siete amigas e hicimos una muestra espectacular sobre el béisbol llamada “Cinco miradas desde el dugout”, porque estaba el béisbol cumpliendo 60 años, y bueno yo decía que no me gustaba el béisbol, ¿qué hago?, entonces ahí nos vamos a los retos también, o sea, no conocemos algo, pero si investigamos y nos lo proponemos, algo sale. Si yo me propongo escribir poesía, yo escribo poesía… Bueno, a mí el Museógrafo me explicaba y me explicaba y no había ninguna conexión, pero para nada, entonces él me habló de las franquicias, y las franquicias tenían distintos logos, entonces lo que hice fue que agarré todas las franquicias y en el formato o en el soporte, puse todos esos logos y me valí de la bandera nacional, puse varias banderas que ondeaban, y les puse varios colores, no les puse amarillo, azul, y rojo, pero sí el ondeo, esa danza de la bandera, y los logos, pero yo no me sentía satisfecha con eso, porque yo decía que era algo muy práctico, muy elemental, no tiene mi esencia, y bueno caminando por las vidrieras me conseguí una tabla de anotación, donde en el año ‘86 Magallanes y Caracas habían tenido un juego sangriento, y el muchacho se equivocó y por una letrica, desecharon eso y fue a parar al museo cómo una obra ahí, un vestigio de todas esas cosas.

 

Museo del beisbol-Sambil Valencia 2

Y a mí me pareció tan interesante el cuento, que yo dije que debajo de las firmas que estaban ahí yo iba a poner la mía, entonces agarré eso e hice una obra postmodernista, y bueno, ahí sí era yo. Esa noche vendimos todas las obras, todas, todas, todas, y tuvimos una proyección, quedamos como las primeras mujeres que al nivel latinoamericano exponían sobre el béisbol. Y bueno, imagínense, tuvimos cartas avales para restaurantes para ir con nuestras familias, un coctel exquisito, una proyección exquisita, y bueno, obviamente el sueño de todo artista plástico es vender su obra y venirse sin nada, y así lo hicimos todas, entonces esa ha sido una de las exposiciones más satisfactorias, y conocer a esa gente también, porque cada vez que uno hace una muestra se encuentra con esa persona que es o muy culta, o no muy culta o al mismo nivel, entonces uno juega con esas cosas, y siempre vienen más amigos y más conocidos.

 

Planes inmediatos

Magaly: ¿Cuáles son tus planes inmediatos?

Raquel: ahorita estoy trabajando con un grupo donde está Pedro Márquez, Jegglir Gil, Saúl Fernández, en ese mismo grupo hay como cuatro mujeres y entre ellas está mi prima, Iris Santeliz y dos chicas más de Caracas a quienes no conozco. Somos como cuatro hombres y cuatro mujeres y estamos trabajando con el hotel Hesperia, entonces vamos viajando, ahorita están las obras en Tucacas, y después vamos para Maracay. Ahí estoy por la plástica, porque por muchas vicisitudes de la vida, también había dejado de hacer plástica. La universidad la hice a post data, ahí yo paré y después me retan con lo de Unibe, o sea me reto yo y me retan los que decían que no había hecho más nada, ni exposiciones, ni pinturas, eso fue un reto, y yo para los retos, estoy hecha (risas), entonces retomé la plástica, ahorita en la pandemia, yo me encerré y trabajaba desde las 7:00 am hasta las 6:00 pm y pasaba mi día divino y gracias a Dios tenía todo, tenía las pinturas, tenía los lienzos, no los tenía montados, pero los tenía, y yo saqué una producción bien bonita, y últimamente he pintado, pero por encargo, así como cuando me dice Gil: “Mira, nos vamos para Tucacas, nos vamos para Caracas”, ahorita acabo de pintar un cuadro que iba para el Ministerio de Justicia, el tema era la Justicia, y yo hice mi obra, pero se cayó con todos esos problemas que pasaron en estos días, esa exposición se cayó, pero yo hice la obra y me gusta (…) Próximamente estaremos en Morrocoy y Margarita.

Magaly: Cuando la retomen ya está lista…

Raquel: Ya está lista, exacto. Entonces, así vamos, pero donde he tenido más disciplina, que no he caído, es en la poesía. Desde que yo me descubrí como poeta, cosa que se lo debo a mis profesores, primero a mis profesores de la escuela de arte, que ellos me incentivaban y sí es posible, me ponían a escribir y me dejaban quieta escribiendo y los demás pintando, o si no yo llegaba con un papelito y me leían y me aupaban. Ya eso es bastante, pero cuando me lo tomo en serio, fue también por casualidad, porque me correspondía, porque era para mí.

 

Yo empecé a ir a unas tertulias que se daban en la Librería del Sur, cuando quedaba en el Camoruco, era una belleza, era una cuestión así con una escalera redonda, era una cosa muy bonita, ahí encontré a un muchacho llamado Richard Montenegro, él es camarógrafo y le gusta mucho el cine, es muy intelectual, y nos hicimos amigos, y en una de esas que fuimos a comer cerca, mientras hacíamos un break, yo le confieso que a mí me gusta escribir, ese era el año creo que 2005. Le digo que me gusta escribir, pero no sé qué hago y me da pena mostrar lo que escribo, entonces cuando volvemos a la librería, él me dice: “Aquí está el hombre que te va a decir sí tú realmente tienes madera como poeta”, y estaba llegando, nada más y nada menos, que el poeta José Joaquín Burgos.

   

Influencia del Poeta José Joaquín Burgos

…Y me lo presenta, entonces Burgos me dice: “Caramba, entonces ¿a usted le gusta escribir y quiere que yo la lea? Bueno, no tengo ningún problema, váyase el viernes a una tasquita que queda al frente del Don Pelayo, que ahí yo la espero”, y bueno, yo decidí ir. Cuando yo fui, ese señor me dio una clase magistral desde las 4 de la tarde hasta las 8 de la noche, y todos los poemas que le llevé, él me los fue corrigiendo y me fue dando esa clase magistral sobre qué se hacía y qué no se hacía, y yo lo tomé así, como una clase.

 

Luego me dijo que todo eso que habíamos hecho y corregido se lo mandara a un correo electrónico, «Mándamelo esta semana»… “Ah, muy bien», le dije yo (…). Le hice caso y le mandé el correo, y como a los quince días me llama y me dice: “Poeta, la espero en el mismo sitio y a la misma hora” (…), cuando voy, él está en la barrita y me saludó, y me da un periódico y me dice: “Tome, mire ahí en la página tal”, entonces abro el periódico y eran los poemas publicados en Tiempo Universitario con un prólogo de él, entonces él puso en lo que escribía: “Aquí está una poeta que dará de qué hablar y es una poeta netamente erótica”.

 

Fama de poeta erótica

…Oye, vale, yo no sé si con eso me hizo un favor (risas), si me hizo un bien o un mal (risas), porque entonces ahí agarré una fama de poeta erótica, ¡DE POETA ERÓTICA!… y hoy día yo me reto a hacer cosas que no tengan nada que ver con el amor o el desamor, pero nada, escribo sobre los locos y sale el erotismo (risas). Después me puse a leer que Sor Juana Inés de la Cruz era monja y muy erótica, y Juan de la Cruz era muy erótico, entonces el erotismo ya no me molesta, pero al principio me daba pena, me daba vergüenza (risas), y bueno de ahí seguido experiencias y anécdotas.

 

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Magaly: Es que la mayoría de las veces relacionamos al erotismo con la negatividad o con algo oculto, con algo que tiene que esconderse, y entonces por eso, a muchos en algún momento nos va a dar pena, pero es un muy buen tema y muy poco explotado.

Erick: Hace poco bautizaste un libro, cuéntanos.

 

magaly Zavala-Erick Conde-Raquel Santeliz
Magaly Zavala, Erick Conde y Raquel Santeliz.

 

Raquel: bueno, sí, ese poemario que yo acabo de bautizar, yo lo escribí antes de conocer a Burgos, y de hecho, cuando conozco a Burgos, inmediatamente ese día yo le digo qué estoy escribiendo sobre los mensajes de texto, “¿En serio? Qué interesante”, me dice él, yo le dije que era sobre los mensajes que uno se manda en el texto, que como a veces no tengo lápiz y papel, yo los escribo en el teléfono, y entonces me parece que son mensajes de texto, y yo estoy trabajando sobre eso, y los estoy trabajando en dos voces, una voz masculina y una voz femenina, bueno, eso se engavetó y ahorita recién, en la Filven 2023, te estoy hablando de 2005/2006 al 2023, fue que lo vine a publicar, y se salvó, se castigó todos estos años y funcionó, claro, porque también esa es otra, la inmadurez no me daba para saber si ese material estaba óptimo para salir, pero se salvó, como decía Eugenio Montejo, hay que darle la espalda para que después ellos vuelvan a uno y uno se enfrente con ellos, porque el poeta también, cuando ya tiene cierto conocimiento, ya él mismo puede hacer su autocrítica, una autocrítica dura, y bueno, ahí está que fue uno de los primeros, y ahorita es el último que he publicado.

(Continuará…)

 

Magaly Zavala y Erick Conde (Equipo de Formación de Ciudad Valencia)