Luis Alberto Angulo-columna Sábado nueva-María Luisa Escobar-Alfonso Rivas Quintero
Luis Alberto Angulo, autor de la Columna de Ciudad Valencia "Sábado"

Oswaldo Vigas: del Lido a Trincheras… Yo estaba en El Lido de Barinitas, conversando con Giuseppe, el fundador y dueño de ese agradable lugar, cuando de un Volkswagen Brasilia se bajó una pareja, un señor y una bella catira.

Los reconocí de inmediato, pues los había visto de lejos en Mérida un par de veces. Oswaldo Vigas era ya una figura legendaria de la plástica latinoamericana, un médico pediatra que había dejado su carrera por la pintura y tenía una gran propuesta artística; eso lo sabía por mis paisanos Gavidia, Fernando, Nana y Francisco, que estaban en la Universidad de los Andes; también por Mario Guacarán y Emiro Lobo, amigos pintores vinculados al Centro Experimental de Arte en Mérida.

 

Oswaldo Vigas-Luis Alberto Angulo-casa

Saludé a Vigas y él, sin protocolo alguno, vital y espontáneo como era, me presentó a Jeannine, su mujer, una joven francesa que se convertiría en su otra mano derecha. Harían escala unas horas antes de continuar la ruta hasta su casa. Me invitaron a unos tragos esa noche, y los volví a ver cincuenta años después en su apartamento de Bello Monte, en Caracas, cuando acompañé a Rosa Beotegui, que necesitaba que Vigas le registrara un cuadro que vendería su padre a un museo.

Les recordé entonces a Oswaldo y Jeannine nuestro encuentro en el piedemonte andino. Ese día, el pintor, haciendo gala de generosidad, me regaló uno de sus dibujos que, por fortuna, aparece registrado, porque lamentablemente lo perdí en mi propia casa. Siempre agradeceré ese gesto.

Volví a ver al maestro un par de veces en Valencia, en Casa de hablas, el hogar poético de Ana Enriqueta Terán, fraterna amiga de Oswaldo desde la época en que ambos vivieron en Paris. También lo vi en los baños termales de Trincheras, que le eran tan gratos.

 

LEE TAMBIÉN: “El poder de la imagen del mundo”

 

La última vez que me topé con él en ese balneario no fue agradable. Vigas había sufrido entonces un accidente cerebro-vascular y no podía hablar, aunque entendía todo. Era una tortura esa situación para un hombre de personalidad tan avasasallante, a quien le gustaba tanto expresarse sin cortapisas.

Sentí su desesperación y le hablé, pero ya su alma no estaba allí. Debería buscarla en su estupendo trabajo plástico, me dije, y pienso en el proyecto de realizar un museo con sus obras. He oído decir que él acariciaba esa idea en una casa de La Pastora, por la avenida Anzoátegui, que sus familiares han ofrecido.

La donación o comodato, sin embargo, no ha sido posible realizarla; me imagino que ello habrá sido por la dura presión que, en estos tiempos, factores internos y externos han ejercido sobre el país. Ojalá se pudiera concretar esa aspiración de un espacio permanente de exhibición y divulgación de su obra en Valencia, la ciudad donde nació.

 

***

 

Luis Alberto Angulo [Rivas]. Poeta, promotor, animador cultural, editor literario y articulista nacido el 13 de enero de 1950 en Barinitas, estado Barinas, residenciado en Valencia. Autor de los libros Coplas de la edad ligera (2021), Antología del decir (2013), y La sombra de una mano (2005), publicaciones de Monte Ávila Editores  (Colección Altazor), así como de Fusión poética (2000) en la Universidad de Carabobo; tomos que compilan su obra poética integrada por una veintena de poemarios. Obtuvo el Primer Premio del IV Concurso Internacional de la Revista Poesía (UC). También es premio nacional de poesía Dr. Francisco Lazo Martí del Ateneo Popular de Calabozo y Primer premio de poesía de la Universidad Rómulo Gallegos en San Juan de los Morros. Ha publicado selecciones poéticas de San Juan de la Cruz, Miguel Hernández, Enriqueta Arvelo Larriva, Ana Enriqueta Terán, Lubio Cardozo y de Ernesto Cardenal (de quién es prologuista de la única edición en vida de su Obra poética completa), así como la antología Rostro y poesía, Poetas de la Universidad de Carabobo.

 

Ciudad Valencia