¿Qué es un verdadero Estado canalla o rogue state?

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¿Qué es un verdadero estado canalla o rogue state?

Estado canalla (que no debe confundirse con la teoría del Estado fallido o Estado villano) es una controvertida expresión peyorativa aplicada, en las relaciones internacionales, a los Estados acusados de ser una amenaza a la paz mundial (cualquier parecido con los Estados Unidos de Norteamérica es pura casualidad).

 

La inclusión en tal categoría se hace, teóricamente, por la aplicación de criterios de difícil verificación en la práctica (más que todo por la diferencias culturales entre un país y otro) como ser un Estado dominado por un régimen supuestamente autoritario que restrinja severamente los derechos humanos, propiciar el terrorismo o pretender la producción y proliferación de armas de destrucción masiva.

 

El término es usado sobre todo (y muy cínicamente) por los Estados Unidos, aunque también ha sido aplicado por otros países.

 

 

Los Estados canallas se diferencian de los Estados parias, como Birmania o Zimbabue, en que estos últimos, aunque cometan abiertamente, sin ningún tipo de disimulo, abusos contra los Derechos Humanos de su población, no son una amenaza tangible más allá de sus fronteras.

 

Es decir, no importa cuántas mujeres embarazadas mate, viole, o cuántos niños secuestre para entrenarlos como soldados o cuántas masacres se produzcan, en defensa de intereses personales.

 

No obstante, ambos términos se han usado indistintamente.

 

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Tampoco deben confundirse con los Estados fallidos a países como Somalia, que no pueden ni siquiera ejercer su poder dentro de su propio territorio, dado que el Estado quedó reducido a los escasos metros cuadrados de una oficina muy pequeña, que funciona de manera subrepticia y está muy fragmentado geográficamente, al punto de existir algo llamado “Somalilandia”, aunque en este caso sí sean una amenaza grave para la paz.

 

 

 

Ahora bien, considerando el hecho de que los Estados Unidos de Norteamérica poseen bases militares a lo largo y ancho del mundo, armados hasta los dientes, «supuestamente llevando paz y luchando incansablemente contra el terrorismo» (aun cuando es público y notorio que lo financia, como lo hace con el llamado Estado islámico), «impidiendo el narcotráfico» (caso Colombia), secuestrando al gobierno por no querer cumplirles un capricho (el propio Estados Unidos y el caso del muro con México). ¿No son estas acciones lo que hacen calificar a un Estado como «Canalla»?

 

Más aún, un país que abiertamente llama al golpe de Estado (EE.UU.), porque resulta que el presidente que fue electo (Nicolás Maduro), en un acto ejemplar para muchas otras naciones del mundo, resulta no ser de su agrado, amenazando incluso con retener barcos cargados de petroleo, adueñarse «a troche y moche» de bienes venezolanos en territorio norteamericano, como lo es la Citgo, valorada en millones de dolares, ¿no constituye un claro acto que pudiese estar cometiendo un Estado Canalla?

 

 

Estados Unidos está lenta y sistemáticamente dejando atrás todos y cada uno de los convenios y tratados internacionales que en algún momento firmó. Está mandando a todo el mundo al diablo, burlándose y desafiando a Europa, atacando a los rusos y chinos, haciendo del planeta un lugar muy inseguro para vivir en los últimos años, ¿quién en su sano juicio se atreve a dudar algo así?

 

Valdría la pena preguntarse, ¿quién se ha convertido en un total y absoluto Estado canalla, gamberro o villano (en inglés rogue state), como quiere hacer ver Estado Unidos a Venezuela, cuando por su directa culpa la nación venezolana atraviesa la situación económica tan difícil que a todos perjudica?

 

Últimamente está hablando de conquistar el espacio exterior con unidades militares, cuestión que también esta taxativamente prohibida en una cantidad abrumadora de tratados internacionales, sin embargo, siendo una nación donde privan los intereses de las grandes corporaciones, una de ellas la de las armas, y con un desarrollo científico y tecnológico que se lo facilita, la pregunta es ¿cómo evitarlo?

 

El destino del mundo está en manos, sin duda, de los rusos y los chinos (al parecer), que son las naciones que en el ámbito científico y tecnológico pueden salirles al paso a tan macabras intenciones norteamericanas, no obstante, es el concierto de naciones la que tiene que dar la batalla y detener a tiempo ese desquiciado plan, que pondría en serio peligro la existencia humana.

 

Ciertamente,  la realidad del mundo es más compleja de lo que nuestras limitaciones nos dejan ver a simple vista, no obstante, asumir un criterio de análisis ante lo leído, escuchado, incluso lo que se ve en aparente «tiempo real» sin duda nos ayudaría a discernir quién es en realidad un Estado canalla y quién no.

 

 

José Becerra / Ciudad Valencia

 

 

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