¿Qué vamos a hacer? por: Ismael Noé

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¿Qué vamos a hacer? por: Ismael Noé

Seguiremos esparciendo la semilla aun con vientos huracanados
Pedro Casaldáliga

 

Recientemente presentó su renuncia al Senado uruguayo José “Pepe” Mujica, su argumento es más bien una lección para los políticos apoltronados: “Soy senador de la república y un político tiene el deber de salir a las calles a conocer los problemas y necesidades de la gente” apuntó para luego agregar “Y en tiempos de pandemia debido a mi edad avanzada y a que padezco una enfermedad pulmonar es mi deber cuidar mi salud y mi vida”.

De seguidas, el periodista de Telesur increpó: ¿Y a que se dedicará entonces? “Bueno, voy a seguir reflexionando sobre lo que más conviene a mi país, produciendo ideas para las viejas y nuevas generaciones, ellos verán que hacen con ellas, si las ponen en práctica, las engavetan o las tiran al basurero”.

 

A menudo en nuestro contexto de crisis, atribuida con o sin completa razón a las erráticas medidas económicas del gobierno, o peor aún a la falta de políticas en materia económica, agravada sin duda por las medidas coercitivas, sanciones y bloqueos por parte de EEUU no pocos se preguntan ¿Qué vamos a hacer?. Coloco sobre la mesa una modesta e inacabada respuesta o recomendación.

Este año nuevo y ojalá pos pandémico, esforzarnos por conformar un pensamiento amalgamado en torno al espíritu del clérigo Casaldáliga quien “solo contaba con sus manos y su corazón” para seguir sembrando con fuertes vientos contrarios, y la sabiduría del viejo guerrillero uruguayo que renuncia a su curul sin claudicar a sus ideales.

 

Añadiría además, que nos toca leer y releer, aprender y desaprender, reflexionar, escribir, formular y sistematizar nuevos conceptos e ideas, revisar viejos paradigmas y apuntalar los realmente pertinentes, reordenar nuestra concepción sobre narrativas como la democracia, el estado de bienestar, el bien común, la patria, los derechos humanos, la dignidad humana, la izquierda y la derecha, entre otros.

 

Solo partiendo de una revisión y reacomodo de nuestros presupuestos filosóficos podremos dar una adecuada lectura a los fenómenos de nuestro tiempo y nuestro espacio, de lo contrario seguiremos incapacitados para aportar ideas realmente transformadoras y revolucionarias en el sentido más amplio del término, aunque asemejen solo a balbuceos o mensajes sin destino encerrados en una botella de ajustado tapón arrojada al océano a la espera de ser descubierta por esperanzados naufragantes de alta mar.

Valencia, 30 de diciembre de 2020

¿Qué vamos a hacer? por: Ismael Noé

 

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Ismael Noé / Ciudad VLC