“Resuciten las esquinas” por Douglas Morales Pulido

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Douglas Morales Pulido-Luis Beltrán Prieto Figueroa
Douglas Morales Pulido

En la Casa Pocaterra, los viernes, ocurren situaciones curiosas. En una reflexión sobre el proyecto de la Alcaldía de Valencia de reedificar el Palacio Municipal, uno de los poetas, ¿o fueron los dos? (De Nóbrega o Téllez) propusieron rebautizar o más bien confirmar las antañonas esquinas valencianas.

¿Cuáles podrán ser las favorecidas de recorrer el tiempo y mostrarse hoy por hoy? Puede ser la de «Dodge», calle Flores c/c Av. Bolívar Norte, brumosa en junio y clara en diciembre; congestionada de fantasmas familiares, de ida y vuelta y hasta chocando.

Puede ser la de «Gato Negro», Vargas c/c Constitución, donde ahora un bulevar invita a caminar y antes reunió a los cinéfilos del “Cine Camoruco».

La de «Cruz Verde», calle Rondón por los lados de La Pastora, idéntica a la que fue y que el fugaz triunfo de «Mi Juguito» poco faltó para suplantar su nombre.

También podría ser la de «Los Tres Vientos», Montes de Oca con Salom, y su cercana placita, jardín y paraíso para muchos.

Puede ser la de aquella biblioteca «Feo la Cruz» en su vieja sede de la calle Díaz Moreno y donde se revelaron Andrés Eloy Blanco, Rufino Blanco Fombona y José Gil Fourtoul a tantos estudiantes de los liceos valencianos, mientras «desiertas quedaban las calles pues llovía y llovía».

 

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Puede ser una de las tantas que vio por última vez Braulio Salazar para ubicar estratégicamente sus heroicos murales, tan resistentes al olvido y la desidia.

Pueden ser cada una de las esquinas que forman la cuadrícula perfecta del centro de la ciudad. Pueden ser casi todas menos la del «Cigarrón», Salom c/c Urdaneta, donde unos serenateros huyeron espantados por desafinados.

 

Ciudad Valencia / Douglas Morales Pulido