La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica que implica el aumento de la presión arterial. Según datos que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS), unas 1280 millones de personas en todo el mundo de entre 30 y 79 años sufre esta patología, de las que un 46% de ellas lo ignora. En la mayoría de los casos no se conoce la causa exacta de este incremento de la tensión (de ahí que se le denomine hipertensión arterial esencial, primaria o idiopática), aunque en aproximadamente el 5-10 % de los casos sí que se puede identificar mecanismos concretos que pueden provocarla, como la existencia de enfermedades de las arterias que aportan la sangre a los riñones, alteraciones de las glándulas suprarrenales o enfermedades genéticas muy raras.
“La hipertensión repercute prácticamente en todo el organismo, ya que la presión arterial es el motor que aporta oxígeno y nutrientes a todos los órganos, y lo hace a través de las arterias”, explica Enrique Rodilla, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Hipertensión Arterial-Liga Española para la lucha contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha), quien señala que en la HTA, las paredes arteriales se deterioran al estar sometidas constantemente a una presión superior a la normal, de forma que todos los órganos padecen una alteración patológica de su función.
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“Fundamentalmente son cuatro los órganos principales en los que se puede medir el daño causado por la HTA, el corazón, los riñones, las arterias y el cerebro. El corazón aumenta de tamaño y late de forma inadecuada, para dar lugar a la llamada hipertrofia ventricular. Los riñones filtran la sangre con menor eficiencia y dejan pasar unas proteínas que en circunstancias normales son retenidas en la sangre. Las arterias se endurecen y transmiten la presión elevada a los órganos, lo que provoca rigidez arterial. Y en el cerebro se producen alteraciones de la micro y la macrocirculación”, sostuvo Rodilla.
Respecto al resto de alimentos que convendría evitar en la dieta, Rodilla hace hincapié en el exceso de calorías, ya que “independientemente del alimento de que se trate, conlleva un aumento del tejido graso en el cuerpo humano que se suele acumular en la cintura, lo que genera la llamada obesidad abdominal. Por tanto, el primer mensaje para prevenir la HTA es evitar el sobrepeso y la obesidad, y se logra con una ingesta de alimentos a las demandas reales. Además, otros alimentos, como por ejemplo aquellos ricos en purinas o el alcohol, se relacionan con un aumento de la presión arterial”.
Ciudad VLC/VTV