Ecuador en tres y dos… “Ustedes me enjuician y yo los elimino”… Aunque estas palabras llevan comillas no son textuales, en el sentido gramatical, pero sí en el jurídico y político.
Textualmente eso fue lo que pasó en Ecuador. El presidente Guillermo Lasso, ante la apertura de un juicio político al que se estaba viendo sometido por el Parlamento, optó por la salida más radical y derrumbó toda la estructura política que se le había convertido en una piedra en el zapato en los últimos meses.
Lasso utilizó el recurso constitucional de la “muerte cruzada” para evitar ser juzgado, ni siquiera condenado, porque sus opositores no conseguían aún los votos necesarios para sacarlo del gobierno, simplemente evitó el juicio y seguramente que se conocieran todos los hechos que, ahí sí, hubieran dado al traste con su gobierno, la poca reputación que le quedaba y probablemente su libertad.
Las crisis políticas entre los parlamentos y los ejecutivos latinoamericanos no son cosa nueva, ni exclusiva del Ecuador. En Perú, hace apenas un año o menos, en una situación similar, el Congreso de esa nación separó del cargo a Pedro Castillo e instaló a Dina Boluarte, su vicepresidenta, luego de una crisis de proporciones mayores a las de su vecino del norte. No obstante los resultados diferentes, las similitudes abundan.
Guillermo Lasso ha sufrido un derrumbe abrumador en su popularidad. Apenas hace unos meses su movimiento político perdió en casi todas las Alcaldías del país. Y en el propio Parlamento ecuatoriano, el partido del expresidente Rafael Correa domina el escenario. De hecho, Unión por la Esperanza (UNES), el partido del correísmo, domina la escena parlamentaria ecuatoriana, mientras que Lasso solo contaba con menos de una decena de diputados.
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Ahora se vienen seis meses de gobierno por decreto y con Guillermo Lasso sin control parlamentario, apenas supervisado por la Corte Constitucional y sin aspiraciones (hasta el momento) de repetir como candidato este gobierno se avecina a tratar de imponer una agenda neoliberal y fascista como seguramente no se verá en la historia de América.
Lasso hará lo imposible para que una candidatura afín a su proyecto político empresarial se imponga. Igualmente atacará el proyecto correísta y pondrá en marcha todo el poder que podrá usar en los siguientes seis meses para impedir el regreso de la izquierda al Ecuador.
Las cartas están echadas.
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Fernando Guevara Herrera (Valencia, Venezuela, 1967) es abogado egresado de la Universidad de Carabobo en 1995. Tiene especialización en Gerencia Pública, actualmente realizando tesis de especialización en Educación Superior en la Universidad José Antonio Páez (UJAP) y en el doctorado en Educación UPEL, núcleo El Mácaro. Tiene curso de especialización en Marco Jurídico de la Cooperación Cultural Iberoamericana, Universitat de Barcelona, España. Beca del Ministerio de la Cultura de España.
Fue Jefe de Extensión Cultural y Recursos Humanos de la Biblioteca Nacional de Venezuela. Consultor Jurídico del Centro Nacional de Historia, del Archivo General de la Nación y del Complejo Editorial Batalla de Carabobo (Cebac); Registrador Público de los municipios Naguanagua y San Diego de Carabobo. Auditor Interno de FUNDADEPORTE y Sub Director del Museo de Arte Valencia (MUVA). Es también profesor de la UJAP y locutor desde 1990.
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