Luis Alberto Angulo - Lenguaje - ojo de águila

El “poli” ojo de águila… Apenas atendí el teléfono móvil cuando un robusto policía me ordenó detener mi carro que apenas se movía en la fila hacia la avenida Principal.

Durante días me pregunté de dónde había salido, hasta que descubrí el sitio donde se resguarda el grupo de cuatro motorizados como caimanes en boca e’ caño, a la caza de gaznápiros.

¿Cómo pudo ver el momento en que tomé la llamada? Es evidente que el tropicalizado Robocop me agarró infraganti y también vió cuánto dinero tenía exactamente en mi cartera para decirme que con este podía renovar mi licencia en ese mismo momento.

Era un poli ojo de águila, ciertamente, más tarde lo vi sobre su moto enviando un mensaje por su teléfono y me pregunté por qué siendo tan ojo de águila no veía las cosas que a diario todos vemos aquí.

Ojo de águila ¿por qué no ves las luces LED encendidas de noche (y también de día) prohibidas en los autos?

¿Los autos sin placas con vidrios ahumados recorriendo calles y avenidas a altas velocidades?

¿Los autobuseros compitiendo?

¿La anarquía para tomar pasajeros fuera de las paradas incluso en la vía rápida?

¿Los pasajeros y recaudadores montados en el estribo del autobús?

¿Los motorizados sin respetar las señales, los semáforos, el sentido común?

¿Las entradas y salidas ilegales a la autopista?

¿El uso escandaloso de cláxones y el alto volumen de los aparatos de sonido de los buses?

 

Agradecimiento y coplas de amanau

La casa cultural Niño Jesús del barrio La Luz en Bárbula me invitó a leer y a conversar de poesía el pasado sábado. Un grato encuentro que se convirtió en homenaje y como tal lo asumo, en la línea de que  “uno no  debe solicitar honores pero tampoco puede rechazarlos.” Además, bien lo expresó con una copla el fraterno camarada Armando Amanau.

“El homenaje del barrio / vale más que muchos otros, / es allí donde se sabe / quién es quién con alborozo.”

 

Fallecieron dos poetas llaneros

En esta semana que concluye, dos poetas llaneros, uno nacido en Apure y otro en Cojedes, dejaron sus predios citadinos y agarraron sabana adentro.

Isaías Medina López falleció en San Carlos de Austria el día martes 29 de enero, la misma ciudad donde había nacido en 1958.

Carlos Reyes, nacido en San Fernando de Apure en 1943, me dicen que murió en El Pao, estado Cojedes, también en esta última semana de enero de 2025.

Carlos Reyes era licenciado en educación egresado en la mención de literatura por la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Carabobo.

Isaías Medina López era licenciado en letras por la Universidad de Los Andes.

Ambos fueron docentes, Reyes en educación media, Medina en la universitaria.

La creación literaria acompañó a los dos con pasión desde muy jóvenes, no obstante, la obra publicada de Isaías Medina López es prolífica  mientras que la de Carlos Reyes es breve.

 

Téllez dice

Pedro Téllez, escritor, culturólogo, poeta y médico comenta: “Carlos Reyes fue un hombre de letras, y un viejo comunista. Con esa intemporalidad de los sabios. Asumió la literatura como militancia. Sus palabras las hacía rodear con pequeños silencios que invitaban al diálogo, y ese rostro que pregunta, herencia de los pueblos originarios. Entiendo que era profesor, pues había rastros de docente en su discurso, y también de apostolado y proselitismo de las sociedades secretas: conversaciones en voz baja, a la manera de un conspirador literario.”

 

Eduardo Mariño:

Por su parte, el escritor y poeta radicado en San Carlos, Eduardo Mariño colocó en su muro de FB una oración de despedida que hago propia y transcribo:

“La tarde se cierra con la atroz noticia y sabemos que ya Isaías no estará entre nosotros.

Medina será siempre un caso único y particular en la cultura y la identidad cojedeña, porque indudablemente y tan solo con su presencia, con su actitud, representaba lo que es ser poeta en San Carlos.

Isaías amaba la llaneridad, lo espontáneo, la belleza simple de nuestra tierra. De él aprendí tantas cosas que se me hace imposible separar esa enseñanza de lo que he aprendido el resto de mi vida.

Tuve la providencial fortuna de trabajar, codo a codo con Isaías, hasta dejar cansado el cansancio.

 

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ojo de águila

En cualquier esquina de este ardiente pueblo disfrutamos largas jornadas de bohemia, de defensa de nuestra cultura y de buena risa. Y aunque nunca recibí alguna de sus clases en el aula, pienso que, si he tenido un maestro en mi rol de escritor, ese fue Isaías Medina López.

Hasta siempre poeta. Esta vez la muerte se llevó el tanto, pero más adelante nos desquitamos.”

 

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Luis Alberto Angulo [Rivas]. Nació en Barinitas, estado Barinas (VEN), en 1950. Coterráneo de los poetas Enriqueta y Alfredo Arvelo Larriva. Autor de las sumas: Antología de la casa sola (Fundarte, 1982), Fusión poética (Universidad de Carabobo, 2000), La sombra de una mano (2005), Antología del decir (2013), y Coplas de la edad ligera (2021), títulos publicadas por Monte Ávila Editores, colección Altazor. Prologa la edición en vida de la Obra poética completa de Ernesto Cardenal (Editorial Patria Grande, Buenos Aires, Arg. 2008).
Premio del IV Concurso Internacional de la revista Poesía (UC), otorgado anteriormente a: Jim Seguel, Arnaldo Acosta Bello y Eli Galindo. En Valencia, ciudad donde reside desde hace más de cincuenta años, ha sido columnista de los diarios Notitarde, El Carabobeño y Ciudad Valencia, jefe de redacción de la revista Poesía (UC) y director de las revistas Zona Tórrida (UC) y Redve (Red Nacional de Escritores de Venezuela). Ha realizado selecciones poéticas de: San Juan de la Cruz, Miguel Hernández, César Vallejo, Ernesto Cardenal, Enriqueta Arvelo Larriva, Teófilo Tortolero, Gelindo Casasola, Rómulo Aranguibel, Lubio Cardozo y Ana Enriqueta Terán.

 

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