Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) las principales causas de muerte en personas de la tercera edad en Venezuela son: enfermedad isquémica del corazón, accidente cardiovascular y diabetes mellitus; por otra parte, la esperanza de vida en la región de América Latina, entre 1990-2019, se sitúa en hombres: 74.4 y mujeres: 75-80.
Según este organismo la tendencia a nivel mundial en los últimos años es el incremento de la población adulta mayor. Esto coloca a todos los gobiernos de la región en el desafío de crear políticas públicas para garantizar la calidad de vida de las personas de la tercera edad.
En los últimos diez años, en Venezuela, muchas personas de la tercera edad han sentido el impacto de la migración y la crisis compleja: abuelos que cuidan nietos o que quedaron solos y cuya situación económica se encuentra profundamente afectada.
Sabemos que desde el punto de vista biológico envejecer es un proceso degenerativo de las células, lo que trae como consecuencia una disminución progresiva de las capacidades físicas y mentales. La vejez no es sólo física, sino también el relevo social. Implica la pérdida gradual de la movilidad, es el retiro por motivos de jubilación, mudanza, fallecimiento de familiares y amigos.
Para los adultos mayores asumir los cambios de esta etapa de la vida implica la aceptación de la asistencia de otros, la degeneración física y (en algunos países) enfrentarse a dificultades económicas y estados emocionales.
Como consecuencia de las dificultades económicas por las que atraviesa Venezuela en los últimos años, el presupuesto público para atender los programas sociales dirigidos a la tercera edad ha mermado. Realidad que afecta a muchos abuelos.
Sin embargo, frente a los problemas presupuestarios, existen instituciones públicas en Venezuela que están apostando a revertir esta situación, como es el caso del Instituto para el Adulto Mayor y Personas con Discapacidad del municipio Valencia, un programa de atención social adscrito al despacho del alcalde del municipio Valencia, Julio Fuenmayor.
Nació como parte de un plan de gobierno del Burgomaestre a través de una comisión de su despacho, la cual en el mes de julio irá a una segunda discusión de la Cámara Municipal para formalizar su fundación, tras una larga lucha gremial de más de veinte años, que buscaba la atención a los adultos mayores.
Abraham Díaz, de 71 años, trabador del instituto, nos dice:
He gremializado en el movimiento de los adultos mayores, hemos venido progresando, la sorpresa es que teníamos casi 25 años peleando una institución en el estado en beneficio del adulto mayor, hemos tocado la puerta a alcaldes y nos sorprendió este alcalde que parece que fuera hijo de uno. Me siento feliz porque siento que puedo ayudar y ser útil.
Para conocer de cerca la experiencia de esta institución hemos conversado con la presidenta del Instituto, Cynthya Herman, quien amablemente ha abierto las puertas a nuestra redacción.
Instituto del Adulto Mayor y Personas con Discapacidad
La creación del Instituto del Adulto Mayor nace de una promesa en campaña del alcalde Julio Fuenmayor, se crea en La Michelena, porque es la población más longeva de Valencia, porque había la necesidad de crear una institución que brindara una atención recreativa, social y de salud a los adultos mayores.
Tenemos un programa cultural llamado Mery Schwarzenberg que funciona mensualmente en el Teatro Municipal de Valencia; llevamos aproximadamente, todos los meses, entre 400 y 500 adultos mayores a pasar una tarde divertida con música y teatro, es completamente gratuito, los buscamos en sus casas y los retornamos. Eso lo anima un artista que tiene un monólogo teatral llamado “La abuela Porfiria” y ha sido el ícono del programa, es bastante jocoso, este tipo de actividades geronto-recreativas, ha hecho que ellos se sientan identificados con el programa y todos los meses tenemos solicitudes.
Club de abuelos
En las comunidades tenemos “Los clubs de abuelos” a través las divisiones territoriales geopolíticas; estas se encuentran divididas por ejes y en cada comunidad existe un club de abuelos, en las parroquias: Miguel Peña, Santa Rosa y San Blas.
Iniciamos con el censo y la caracterización, se identifican quiénes son los adultos mayores que están en una situación de abandono o se encuentran solos, y el censo centenario, para identificar dónde están al momento de que se presente alguna necesidad. Allí tienen una cuidadora a la que se pueden dirigir si tienen un problema de salud.
Estamos diseñando una formación para estas cuidadoras, es una figura que está en la Ley Especial para el Adulto Mayor para que ellas puedan atender casos más complicados. Entregamos ayudas técnicas como: sillas de rueda, bastones, andaderas, medicamentos, entre otros insumos.
El año pasado, nada más en la parroquia Miguel Peña, levantamos un registro de 12 mil 982 abuelos, en 200 comunidades, se inauguraron cuatro rutas de transporte para el adulto mayor que se trasladan por todo el municipio Valencia desde: Flor Amarillo-Redoma de Guaparao, Sede de la Alcadía-Centro de Valencia, Lomas de Funval-Av. Branger, San Luis – Candelaria. También atendemos personas con discapacidad: TA, en sillas de rueda, Síndrome de Down, TDH y discapacidad auditiva. Aquí hay intérpretes que se encargan de atenderlos.
Cuando iniciamos era una cantidad de solicitudes a las que a veces uno no podía dar respuesta, la gente preguntaba qué va a hacer el Instituto. Sobre todo con personas en situación de calle, la dinámica le fue dando forma a los programas y definimos hacia dónde podíamos ir. Por ejemplo, las actividades del Teatro son coordinadas con la Alcaldía: logística, transporte, la atención primaria de salud, hay varias instituciones que prestan sus apoyos para que esa actividad se dé. La gestión ha sido muy humana.
Estamos creando un programa que se llama “Abuelo emprendedor”, se trata de un programa de artes y oficios, y finaliza con una feria, tenemos abuelas que hacen cerámica, muñequería, artesanía y queremos hacer que ellos sean más autosustentables. Una de las abuelas más emblemáticas que me ha tocado atender fue Mery Schwarzenberg., uno de los programas lleva su nombre, era sorprendente el amor por Valencia, su manera de expresarse. Ha sido la persona más icónica.
Vejez y soledad
Censamos a todos los abuelos y de allí se caracteriza quiénes están con la familia y quiénes están solos. A los últimos se les brinda más atención y se les integra a las actividades. Hace dos meses tuvimos los Juegos deportivos comunitarios donde participaron unos 200 adultos mayores en las disciplinas: bolas criollas, dominó y ajedrez, fue una experiencia maravillosa. Se realizó un encuentro municipal, en su mayoría había abuelos solos y allí estaban compartiendo.
En Carnaval hicimos el certamen Señora Valencia, tiene muchas anécdotas esa actividad. La hicimos en la Plaza Michelena, participaron las abuelitas de todos los territorios; todas las parroquias tuvieron sus candidatas, de Candelaria participó una señora de 87 años. Ellas decían que a esta edad ser tomadas en cuenta es una experiencia muy bonita. La final fue en el Teatro Municipal de Valencia.
Superamos el aforo del teatro, este recibe 650 y llegamos a más de 1000 personas. Sé que impactamos de una manera positiva, cada vez que alguno de ellos te echa la bendición, digo que algo dejamos. Hemos tratado casos fuertes, que han salido por prensa, como el caso del abuelo del cerro La California, tuvimos que atenderlo durante un mes, hacerle las curas, llevarlo al médico.
Will, un muchacho que recogimos de la calle, cuando lo conseguimos pesaba como 45 kg, no caminaba, no hablaba, pensábamos que era un adulto mayor. Descubrimos con el tiempo que no era de Valencia, se le atendió hasta que se recuperó, tuvimos que pagarle un alquiler, porque no tenía 60 años sino 43 años y ninguna institución podía recibirlo. Arquitecto, diseñador gráfico, hablaba otros idiomas, duró con nosotros aproximadamente 5 meses. Cuando se recuperó lo mandamos a su casa, al día siguiente nos llamó un familiar, tenía 14 años desaparecido, se había ido molesto de su casa por una herencia, no sabían dónde estaba, ellos no sabían quienes éramos nosotros, pero estaban felices.
Nos enteramos este año que por problemas de su esquizofrenia se suicidó. Fue impactante para todos porque compartimos mucho con él, son casos fuertes te terminas involucrando mucho con las personas. Aquí nos apoyamos con el CESAM.
Personas con discapacidad
Hace 15 días tuvimos la consulta pública de la Asamblea Nacional sobre la discusión de la Ley Especial de Personas Sordas y con Discapacidad Auditiva, vinieron aproximadamente 250 personas sordas de todo el estado, y de aquí salió la consulta. Veían esto como un espacio para el encuentro y hacer actividades que ellos normalmente en otras instituciones no encuentran, por ejemplo, ir al banco y solicitar un estado de cuenta y actualización de datos. Conocí aquí una persona que tenía tres años con su cuenta bloqueada porque la persona del banco no entendía lenguaje de señas y no podía retirar el dinero, desde aquí se le hizo un servicio de interpretación y logró actualizar sus datos.
Desde acá se le ha sacado el RIF, trámites sencillos que hacemos cotidianamente, para nosotros no es complicado, para ellos es casi imposible.
Desde aquí se ha demostrado que podemos ser más amables, que podemos construir un mundo más amable a nivel institucional. Con espacios de gobierno, tú no vas a entender la discapacidad sino sufres una discapacidad, no puedes crear algo para personas con discapacidad sino no estás con ellos, lo entiendes cuando lo vives. No tienen cédulas. De aquí han salido una cantidad de servicios sobre abusos laborales, acá tenemos asesoría legal gratuita, maltrato por discapacidad, mujeres sordas violentadas por los mismos familiares. Detectamos casos de abusos de hermanos, padres. Personas que no pudieron denunciar por la ausencia de un intérprete público en todos los espacios.
Para que Valencia sea más accesible, para que el país sea más accesible, tenemos que tener cultura de comprender a las personas con discapacidad. Qué bueno que ahora las redes sociales también expresan eso. Ofrecemos talleres a las instituciones y particulares, colegios, talleres de lengua de señas que duran un mes. Donde aprenden el lenguaje de señas básicas. Ahorita vamos a graduar dos cohortes.
Es un tema de empatía. Hay que crear políticas públicas que protejan a esas mujeres con esas situaciones.
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El lado más humano
Yo comencé en la Alcaldía por mi profesión, luego me llamaron para trabajar en el área social. Nace la propuesta de crear un Instituto en plena pandemia y me asignaron la Dirección del Adulto Mayor, fueron muy pocas las actividades que pudimos hacer, más que todo preventivas por el covid, y con esta gestión se le da la formalidad a la institución. Esto rescata tu lado más humano. Ha tocado lo más humano de nosotros.
Me siento feliz, siento que tengo una bendición, me he puesto muy sensible, yo no era así, era muy tosca, trabajé, hace unos años, en una planta de gas con un sindicato en plena crisis, donde estaba el paro y llegaba una cisterna semanal a Valencia, eso me endureció.
Hay un cambio, hago lo que me gusta… Ellos han sanado mucho, están envejeciendo felices. Si me toca envejecer, quiero envejecer como ellos…
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Vielsi Arias Peraza, Valencia, Venezuela (1982), docente egresada de la Universidad de Carabobo (UC) Mención Artes Plásticas. Ha publicado Transeúnte (2005), colección Cada día un Libro, editorial El Perro y la Rana; Los Difuntos (2010), editorial Fundarte, galardonado con Mención Honorífica Premio Nacional Estefanía Mosca; Los Difuntos (2011), reedición del sistema de imprentas regionales de Carabobo; La Luna es mi pueblo (2012), editorial El Perro y la Rana; Luto de los árboles (2021). Ha publicado también en distintas revistas nacionales literarias y académicas como: Cubile, A plena Voz, Revista Estudios Culturales UC, entre otras. Actualmente coordina la Plataforma del Libro y la Lectura del Ministerio de la Cultura en el estado Carabobo.
Ciudad Valencia / Foto de la autora por Luis Felipe Hernández