Hay zonas que son consecuencia directa del sistema que las arropa. En ellas hay garantías de los derechos humanos, más no las mismas oportunidades de vida. Bajo la explotación del ser humano por el otro, esta lógica funciona así sine qua non. Valencia es una realidad de esto, siendo una ciudad atípica en este planeta: el norte en sí es una nación, culta y rica se hace ver, que desprecia al sur como su contraparte y jamás la ha aceptado.

“La Valencianidad” y sus gobernantes se han encargado de que “La Novia del Sol” brille para un solo lado de la urbe. Basta con dar un paseo por el municipio y ver las profundas asimetrías que en el confluyen. De un lado hay infraestructura para el desarrollo cultural, deportivo, social, turístico y espiritual para los valencianos, mientras que para los sureños, los que hay es la ausencia total de espacios dignos para la calidad de sus vidas.

 

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Inclusión cultural y artística es el objetivo para la Base de Misiones Flor Amarillo.

 

Expresión, inevitable, de esta realidad son las hostilidades que sí amalgaman a los extremos, en una misma ciudad: inseguridad para todos en todas partes.

Sin embargo, las derivaciones de la referida exclusión humanística, han encontrado en la Base de Misiones Flor Amarillo un compendio de bondades insospechadas, para hacerle frente a las aberraciones del capitalismo y su forma hegemónica de mantenerse inexorablemente en el dominio.

 

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William Delgado, supervisor de cultura de la Gran Base de Misiones Flor Amarillo del Movimiento por La Paz y la Vida, indicó que en los últimos como meses se han consolidado varios espacios en función de que los habitantes de las Petrocasa del territorio de Flor Amarillo y los lugares aledaños, puedan profundizar en las distintas manifestaciones del arte y la cultura, tan vitales para el crecimiento espiritual y material del ser humano como individuo biopsicosocial.

 

“Somos sur. A ello responde la reivindicación de cada lugar que hemos ido dándole vida artística: Salón de lectura del Sur, inaugurado por Laura Antillano. El cine del sur con 130 butacas que se quedó pequeño para la asistencia. La Escuela de Formación Política Juventud del Sur. El café del sur con todos los equipos que no los hay en ningún otro lado” informó Delgado.

 

 

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La danza es el arte sublime del movimiento del cuerpo. Presente en la Base de Misiones de Flor Amarillo con 250 infantes y jóvenes.

 

El coordinador comentó que esos programas están inmersos en el resto del proyecto de misión. Puso como ejemplo que 250 infantes reciben clase de danza por profesores de alto nivel académico y humano. Relató la manera de cómo han logrado la manera de hacer posible ese plan.

“A cada pequeño se le pide tres kilos de plástico usado. Con lo recaudado se vende y con los recursos obtenidos se hace un fondo para el pago de los profesores de danza y para otras actividades que realizamos. Así financiamos el desarrollo artístico y a la vez, generamos conciencia ecológica en las nuevas generaciones”, expresó el entrevistado.

Igualmente, comentó del impacto social que se pretende con el punto y círculo en el sector. Consideró esta labor como un hecho “profundamente” político que se logra con el arte y la cultura como elementos dinamizadores de la conciencia y señaló que el Estado Comunal es el objetivo a alcanzar en el Territorio Rafael Urdaneta, Sur de valencia.

 

Ciudad VLC/Jesús González

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