La periodista argentina Griselda Blanco fue encontrada muerta en su domicilio ubicado en Curuzú Cuatiá, provincia de Corrientes, mientras medios locales destacaron que la comunicadora había denunciado abusos policiales.

Si bien fue detenida su expareja de nombre Armando Jara, la familia de la víctima declaró que no se trata de un feminicidio, sino que “la mataron” por denunciar situaciones “que nadie se animaba a decir”.

«No creo que femicidio sea el calificativo que haya que darle a esto. (…) En mi opinión, no creo que Jara haya tenido algo que ver con esto, aunque aclaro que estamos esperando las pericias y los resultados», expresó Lautaro Cesano, uno de los hijos de la periodista.

 

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La periodista argentina fue encontrada muerta en la tarde del pasado sábado en su residencia con signos de haber sido estrangulada con una soga, golpes en su cara mientras en el piso se registraron rastros de sangre.

De acuerdo con las fuentes policiales, “se hallaron también pelos en sus manos, que podrían ser señales de que se defendió del ataque”, entretanto, trascendió que las entradas a la casa no fueron violentadas.

 

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La Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren) manifestó a través de un comunicado su profunda preocupación al respecto y destacó que la comunicadora denunciaba mala praxis del hospital local, así como el poder político y policial.

El caso quedó finalmente a cargo de la Unidad Fiscal de Recepción y Análisis de Casos (Ufrac) y la Policía Federal Argentina (PFA) mientras que la fiscal responsable de la investigación, María José Barrero, ordenó apartar a la policía local del proceso en aras de mayor transparencia.

 

Ciudad Valencia / Telesur