Imperdibles del periodismo (20): BORGES POR SÍ MISMO
Imperdibles del Periodismo (20): Borges por sí mismo se refiere a las opiniones de Borges que desquiciaron a la prensa. JCDN.
Jorge Luis Borges ha sido desde siempre un provocador insigne. Desde su posición anarquista de juventud, pasando por la burla al izquierdismo latinoamericano, hasta declaraciones infaustas en favor de los autócratas Pinochet y Videla (de las cuales abjuró y se disculpó).
Sin embargo, su obra narrativa, ensayística y poética perdura en la memoria placentera del lector. No somos duros con él, pues es uno de los nuestros sin mediar controversias estériles que no afectan la calidad de la escritura borgiana, única e irrepetible.
En un remate de libros en Naguanagua, nos conseguimos un número monográfico de la “Revista de Occidente” (sí, la fundada por Ortega y Gasset), junio de 1999, n° 217, la cual es un dossier estupendo sobre el Centenario del escritor argentino.
Tenemos trabajos que abordan la crítica y la traducción a Borges, su explosivo periplo político e incluso una pertinente y muy completa Cronología esencial. Pero nos llamó la atención el Diccionario de borgerías, el cual compendia los polémicos pareceres de este renegado de la Academia Sueca. La selección y edición estuvo a cargo de Pilar Bravo.
Independientemente de sus odios políticos, como el de índole repulsiva que le tributó a Perón sin soltar la mordida, coincidimos con Horacio Salas en su ensayo incluido en la revista, Borges político:
“Pero no trasladar sus odios a los libros era su manera de ser coherente, tratando de no mezclar sus textos literarios, que intuía permanentes, con la actividad del hombre público insoslayable, que sabía precaria y pasajera” (p. 71).
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Incluso Julio Cortázar, militante de la izquierda y la literatura fantástica, bromeó con José Pulido, en una entrevista concedida al diario El Nacional, en el sentido de aclarar que le había dedicado un cuento a Borges: Se trata de Jacobo, pintor venezolano, y no de Jorge Luis. Cortázar no se comportaba visceralmente ni se sentía aludido por las travesuras borgianas en los medios.
VE ESTA ENTREVISTA QUE BORGES CONCEDIÓ A JOAQUÍN SOLER SERRANO (1976)
Diccionario de borgerías
Para disfrute cómplice y lector, esta muestra que empero nos reconcilia con el simpático hacedor. Si no le simpatiza, allá usted.
Arte: Que cada hombre construya su propia catedral. ¿Para qué vivir de obras de arte ajenas y antiguas?
Artificios: Yo creo que de todos los géneros quizás el policial sea el más artificial, porque en verdad los crímenes no se descubren por razonamientos sino por delaciones.
Best Sellers: En mi época no habían best sellers y no podíamos prostituirnos. No había quien comprara nuestra prostitución.
Buenos Aires: Siempre he sentido que hay algo en Buenos Aires que me gusta. Me gusta tanto que no me gusta que les gusten a otras personas. Es un amor así, celoso.
Cristo: Siempre le he tenido una admiración muy especial. Sin embargo, siento que hay algo que le sobra a Cristo, o que le falta, y que no lo hace todo lo simpático que fuera de desear. Hay algo como de político, que no acaba de convencer. Inclusive, por momentos hasta me parece demagógico (…). Nota de De Nóbrega: Si bien simpatizo mucho con la Teología de la Liberación, no me molesta esta impresión suya a contracorriente.
Gardel: Gardel y yo tenemos algo en común: a ninguno de los dos nos gusta el tango. Nota de De Nóbrega: Igualmente pasaría con Maradona, ambos aborrecerían el fútbol.
Grato: El acto de escribir tiene que ser grato (…) La escritura tendría que ser tan espontánea como la lectura: dos felicidades.
Juventud: Una vez me preguntaron: “¿Qué piensa usted de los poetas contemporáneos?” Yo les dije: “Hay un joven poeta, Virgilio, que promete mucho”.
Nobel: Yo siempre seré el futuro Premio Nobel. Debe ser una tradición escandinava.
Universidad: La universidad debiera insistirnos en lo antiguo y en lo ajeno. Si insiste en lo propio y lo contemporáneo, la Universidad es inútil, porque está ampliando una función que ya cumple la prensa. Nota de De Nóbrega: Si Borges supiera de los Doctorados Horroris Causa conferidos por la Universidad de Carabobo a periodistas y curas complacientes, ratificaría el aserto con un toque de terrorismo (exceptuamos de esta categoría infame a Ana Enriqueta Terán, Eugenio Montejo y Nelson Mandela, por ejemplo).
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José Carlos De Nóbrega / Ciudad VLC
