“La Onda Nueva está de moda” por Delfín Martell

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Delfín Martell-columna Espacio y Tiempo Sonoro-el jazz

La Onda Nueva está de moda… El ser humano transforma intelectualmente el sonido través del lenguaje musical (línea melodía) y este, a su vez, es definido como arte sonoro. Pero ¿existe un orden perfecto y, a su vez, comunicación, entre el ser humano y lo desconocido? ¿Acaso es magia?

Algunas escuelas de pensamiento definen magia como: conglomerado de conocimientos que estudia los fenómenos y leyes naturales del mundo visible en su relación con el mundo invisible. El sonido está conectado con fenómenos y leyes de la naturaleza, ya que todo, en esta esfera de tiempo,  está relacionado con la organización y planeación de eventos demostrables a través de la física acústica.

El lenguaje musical lo reseña mediante signos o simplemente códigos que el musculo cerebral procesa finalmente transformándolos en respuestas, en acción motora. ¿Dónde se ubica la melodía en relación con elementos geométricos y el discurso horizontal o vertical? El lenguaje musical en esencia es arte y de nuevo se asocia a la palabra magia.

En su amplitud la melodía como elemento estético puro da paso a la armonía en el siguiente escenario. Melodía: dibujo ondulante de sonidos que suben, bajan y saltan, que a su vez, pueden ser interpretados por la voz humana (cuando esta se ciñe al rango sonoro), que la voz como instrumento pueda emitir. Armonía: combinación de dos o más sonidos en forma simultánea que en su unidad más pequeña la llamamos intervalo –distancia entre dos sonidos– y fusionados conforman el acorde de  invención   occidental.

 

 

A propósito del arte sonoro y continuando con los ejercicios de apreciación musical escogí una interesante propuesta Aldemariana aplicada al sabroso joropo central de la autoría de  Alberto Muñoz, titulado la Guachafita, mal llamada “la garapita”, trabajo fantástico e innovador para la época.

El discurso sonoro da comienzo con un planteamiento en bloque de metales, el cual toma como base rítmica la característica síncopa venezolana y con una línea  melódica paralela con base en la original, a manera de introducción.

Inmediatamente el texto cantado entra en escena y las voces femeninas en armonía en bloque: Por el camino del cerro sobre su potro marrón/  va pa´ la fiesta del pueblo el  zambo Juan Canelón/ con su cobija, su cuatro y el cola e’ gallo/ y en la garganta la copla de un galerón.

 

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Al concluir la intervención femenina, se agregan las voces masculinas, que repiten de nuevo el texto anterior  y enriquecen la polifonía, al estilo de Aldemaro Romero y su onda nueva.

Un contrapunto instrumental de metales hace un bordado simplemente genial, utilizando la sonoridad de la big band de jazz. Se repite el tema instrumental de la introducción y entonan de nuevo el texto en las mismas condiciones, pero rumbo a un pasaje orquestal. El piano, junto al bajo y la batería se enfrentan a los metales en contrapunto que prepara un final en trabajo vocal e instrumental con una nueva visión estética y diferente para la década de los ‘70 en la música.

Esto ofrece un cocktail explosivo de bossa nova, jazz y la influencia de los Beatles servidos en la mesa. Arreglo profundo y maduro, uso de las herramientas estéticas, sobre todo la combinación de metales, base y voces en forma acertada.

El ejercicio: visualizar el escenario sonoro…

 

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Delfín Martell González es licenciado en Arte, mención Dirección Orquestal, con Maestría en Antropología Cultural, por el Instituto Politécnico de Arte Manuel de Falla, San Juan de Puerto Rico-Puerto Rico. También es productor y conductor de radio y TV, y actualmente conduce el programa radial “Cápsula Sonora” por la señal de la emisora valenciana Arsenal 88.9 FM.  

 

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