No sabríamos qué hacer si se nos pidiera mencionar simplemente algunas de las acepciones más importantes de la palabra de hoy, orden, porque prácticamente todas lo son más o menos en el mismo grado. Por lo tanto nos abstendremos de hacer siquiera el intento y nos conformaremos con decir algo acerca de su etimología.
Orden viene del latín ordo, ordinis, que en primer término significa fila, hilera, tanto en el sentido corriente como en el militar, y también orden o clase social. En castellano, la palabra (…) es de género ambiguo, es decir, que puede ser masculina o femenina según su uso. Se dice, por ejemplo, “las fuerzas del orden”, pero cuando esas fuerzas nos dan una orden lo más conveniente es obedecerla.
Hablando de lo mismo, uno de los derivados más importantes (…) es el verbo ordenar, del latín ordinare, “ordenar, poner en orden, regular, organizar” y, en el lenguaje eclesiástico, ordenar o consagrar a una persona para algún oficio sagrado, como el de sacerdote.
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Cambiando el tema, si a ustedes se les ha ocurrido que el verbo ordeñar tiene algo que ver con el orden, cumplimos con notificarles que, aunque les parezca extraño, están en lo cierto, porque ordeñar viene del latín ordiniare, forma vulgar del clásico ordinare, usada por los pastores como término propio de su lenguaje profesional.
Por último, para complacer al oyente que nos hizo la consulta, recordemos el tonto y viejísimo chiste cubano del sujeto que decía “vamos a hacer el relajo con orden”.
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Tomado del libro “La palabra de hoy / Programa radial” (Cenal, 2014)
Autor: Aníbal Nazoa González (Caracas, 12 de septiembre de 1928 – Ibíd., 18 de agosto de 2001) poeta, periodista y humorista, considerado «uno de los escritores venezolanos que mejor retrató el siglo XX».
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