“Memorias de la insurgencia (epílogo 3)” por Mohamed Abí Hassan

0
231
… Los que ampliaron el Canal de Panamá
(y fueron clasificados como “silver roll”  y no como “gold roll”)
                             los que repararon la flota del Pacífico en las bases de California,
                                                  los que se pudrieron en las cárceles de Guatemala,
                                                                                    México, Honduras, Nicaragua,
                                                  por ladrones, por contrabandistas, por estafadores,
                                               por hambrientos, los siempre sospechosos de todo…
                                                                    los que llenaron los bares y los burdeles
                                                          de todos los puertos y las capitales de la zona                                                                        
                                                        (“La gruta azul”, “El Calzoncito”, “Happy Land”),
                                                 los sembradores de maíz en plena selva extranjera,
                                                                   los que nunca sabe nadie de dónde son,
                                               los que fueron cosidos a balazos al cruzar la frontera,
                                                                                  los que murieron de paludismo,
                                                                                  en el infierno de las bananeras,
                                                    los que lloraran borrachos por el himno nacional…
                                                         los arrimados, los mendigos, los marihuaneros,
                                                                            los guanucos hijos de la gran puta,
                                los que nunca pudieron regresar, los eternos indocumentados,
                                                      los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo,
                                                  los tristes más tristes del mundo, mis compatriotas,
                                                                                                            mis hermanos.

                                                                                         

Roque Dalton
                                                                            Poema de amor (De las historias
                                                                                  prohibidas del Pulgarcito)

       

Memorias de la insurgencia… Quisimos continuar nuestro andar por estas memorias trayendo a colación este poema de largo aliento del combatiente y poeta salvadoreño Roque Dalton, el cual encontramos por azar o causalidad en nuestra Babel de libros y papeles. Cabe destacar que pronto se celebrará otro aniversario de su llegada a este mundo (14 de mayo de 1935), donde nos dejó mucha poesía “almada”, de alto vuelo, antes de partir, confesando en una ocasión que su encuentro con el marxismo le hizo descubrir que “tenía real urgencia de decir un montón de cosas acerca de mi país, de los hombres”, y el medio que le pareció “correcto y justo para hacerlo” fue la poesía, además del periodismo, la crítica literaria y el ensayo.

Su corta vida está llena de vivencias fuera de serie. Esquivó la muerte en dos ocasiones durante las dictaduras salvadoreñas. La primera vez cayó el régimen antes de que se cumpliera la sentencia. La segunda, un terremoto derribó una pared del calabozo donde estaba preso y logró huir. El 10 de mayo de 1975, sus “compañeros” del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), con quienes había tenido discrepancias, decidieron asesinarlo. “De al lado tenía que venir esta bala, la única capaz de encontrarlo”, dijo Eduardo Galeano, cuando se supo la infausta noticia, según texto de Raúl Cazal, tomado del Correo del Orinoco del 14 de mayo de 2011.

Es importante recordar que ninguna lucha está aislada del contexto donde se realiza, por tanto a pesar de las fronteras geográficas que nos separan es siempre la misma lucha de los pueblos hermanos de Abya Yala.

Retomando el hilo narrativo del tema que nos ocupa y antes de compartir el material que nos facilitó nuestro valeroso camarada, Elías Daniel, deseamos citar a vuelo de pájaro algunos acontecimientos reseñados por el diario VEA, sucedidos en las décadas de los 60-70, como el protagonizado por la guerrilla urbana de las FALN con la atrevida acción de propaganda política de tomar en rápida operación militar cinco cuadros que se exhibían en el Museo de Bellas Artes (Caracas), en enero del ‘63, en la exposición Cien años de pintura francesa, con obras de Van Gogh, Picasso, Cézzanne, Braque y Gauguin, noticia titulada por la prensa mundial como el “asalto más audaz de la historia”, mientras ocho mil policías estaban desplegados tras la pista de los osados insurgentes.

El mismo día 8 de enero, pero de 1975, 23 presos políticos se fugaron del cuartel San Carlos, siendo posteriormente asesinados por la Disip adeca, entre ellos Jesús Márquez Finol, quien comandó la fuga (citado en anteriores entregas); Marcos Ludeña, Vicente Contreras Duque y Quintín Maya. Uno de los fugados, Diego Salazar (autor del  libro  Después del túnel) llegó a ser miembro del Comando Nacional del Movimiento V República.

Otro libro imprescindible para la investigación y el debate es el del periodista Raúl Zurita Daza, Víctimas de la democracia representativa en Venezuela (2006), Ediciones Haciendo Justicia, citado en anteriores entregas. Allí nos encontramos con la reseña de la masacre de Cantaura, acaecida durante los días 4 al 6 de octubre de 1982, en el gobierno de Luis Herrera Campins (1979-1982). Masacre sangrienta y criminal donde murieron 23 personas, cuando aviones de la Fuerza Aérea Venezolana, cuarto republicana, dispararon su artillería pesada contra revolucionarios (del grupo Bandera Roja, comandado por Gabriel Puerta Aponte) allí reunidos.

Otras masacres que aparecen reseñadas en este libro son las de Yumare y El Amparo, las cuales se produjeron durante el mandato de Jaime Lusinchi (1984-1989). La masacre de Yumare, sector La Vaca, Barlovento del distrito Bolívar, en el estado Yaracuy, hecho  ocurrido el día 8 de mayo de 1986, donde murieron acribillados nueve personas falsamente acusadas de delincuentes y guerrilleros, a pesar de haber transcurrido casi dos décadas sin haberse producido enfrentamientos armados en el país.

Otro hecho sangriento fue el ocurrido el día 30 de octubre de 1988, conocido como la masacre de El Amparo, en el caño Los Colorados, población fronteriza con Colombia, dejando un saldo de catorce personas muertas, visiblemente desfiguradas, a orillas del río Arauca. Es necesario dejar por sentado que en casi todos los casos citados ha prevalecido la impunidad. ¡Ojalá la recién creada Comisión por la  Verdad, al final, haga prevalecer la justicia!

Siguiendo con el discurso narrativo de nuestro amigo Elías Daniel, escuchamos con atención la lectura de uno de sus numerosos escritos titulado Los Caminos: “He Transitado las diferentes etapas y espacios que me ha deparado la dinámica de mi existencia, teniendo como esencia ‘mi espiritualidad’. He Vivido la irracional compostura de seres supremacistas en su afán de destruir la humanidad para controlar las riquezas del mundo, teniendo como utilidad ‘mi conciencia’.  Y me quedo impávido al ver que como pueblo no reaccionamos ante esta oligarquía gringa que se cree omnipotente e invade y bombardea al país que le da la gana en nombre de la libertad. Siento angustia por el vuelco que ha dado la naturaleza para resolver las contradicciones Hombre-Naturaleza; Naturaleza-Hombre. Entonces, ante la venida de un final apocalíptico debido a que el capitalismo depreda la vida, digo que YO ESTOY ENAMORADO DE LA VIDA, la maravilla más bella  que posee el ser humano!”.

 

LEE TAMBIÉN: “MEMORIAS DE LA INSURGENCIA (EPÍLOGO 2)”

 

Luego de leerme esta reflexión, el camarada sigue ahondando en sus meandros: “Recuerdo que la ULA me asignó un Jeep para el trabajo de investigación en la Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales. Así pude conocer a varios personajes, inventores o tecnólogos populares en los diferentes pueblos que visité, pues nosotros creamos varias extensiones de la ULA en Barinas, Portuguesa, Táchira y Trujillo. Entre las muchas anécdotas te podría contar que presencié un enfrentamiento de la Guardia Nacional con la guerrilla colombiana en un pueblito llamado La Aguadita, limítrofe de Táchira con Colombia, también tuve la oportunidad de conocer al Premio Nacional de Arquitectura Juan Félix Sánchez, a finales de la década de los años setenta. Igualmente, muchos inventores populares. Hubo uno que logró colocarle luz eléctrica a Bailadores, Tovar y pueblos aledaños; otro inventó una navaja que tenía 14 funciones distintas. Ah, y a Juan quien inventó un helicóptero. Todos ellos sumamente creativos, sin estudios universitarios…”.

Al despedirse me promete volver a encontrarnos pronto para continuar confiándome estas memorias contra el olvido, fruto de su largo trajinar por la lucha armada venezolana, mientras extrae de su carpeta un manuscrito de su autoría titulado “He Caminado”, que nos lee afectuosamente, con ahínco: “Desde lo más alto de la montaña/ paso a paso/ abriendo la trocha/ o el camino entre ramales y bejucales/ voy al compás del canto de las aves./ Soy apenas un joven con ideales en formación/ luchando por el presente y el futuro de mi país/ buscando el camino me encuentro con una naciente/ un hilo de agua que va desprendiéndose/ indicando la formación de una quebrada/…En fin el agua continúa en su recorrido transformador/es la vida de la naturaleza… ¡He Nacido!”.

 

Mohamed Abí Hassan / Ciudad Valencia