Navidades comunes: Malas madres 2 (2017)… Llegando tarde, pero seguro, y aunque ya ha pasado la Navidad, es espíritu y la decoración llega hasta febrero (al menos en Venezuela). Y con “espíritu navideño” no siempre nos referimos a esos momentos contentos en familia, sino más bien a esos pequeños conflictos que, en muchos casos, terminan por unir más o, por el contrario, acorta los miembros de esta. Por eso no me gustan para nada las películas de Navidad, todo es risas y perfección, unión y armonía, árbol y decoración perfectos para recibir a “Santa Claus” (o al “Niño Jesús” en mi tierra). Así que encontrar un film que tuviera un poco del verdadero caos que conlleva la Navidad ha sido un poco difícil para mí hasta que llegó uno de mis tríos favoritos; la llegada (un poco vieja, lo sé) de la secuela de Malas Madres: El Gran Desmadre o La Navidad de las Malas Madres, vino como anillo al dedo en estos días de regocijo familiar. Caos, locuras, comedia y un poco de drama es lo que abunda en esta entrega que me hizo amarlas más.

 

Malas madres 2-El rincón cinéfilo-Isabel Londoño

 

Bastó solo una llamada

Para los gringos se trata prácticamente de un ritual casi vital todo el tema del decorado y crear momentos hermosos en estas fechas, así que Amy planea una Navidad relajada y hermosa con sus hijos, ya que será la primera en que la pasarán sin su padre tras el divorcio. Casi igual pasa para Kiki y Carla, quieren tener ese día como mejor les parezca, en la intimidad de sus hogares. La adrenalina y el desespero llegan al momento repentino de que sus madres deciden aparecer en sus puertas. ¿Guerra entre madres? Es poco.

 

Nervios de puntas

La madre de Amy, Ruth, llega como un tornado. Todo lo crítica, todo lo cuestiona, juzga a su hija, pero viene a darles las mejores navidades de la vida a sus nietos. Todo tiene que ser perfecto para ella y no acepta un no por respuesta. En cuanto a Kiki, su madre Sandy la enloquece con su obsesivo apego; todo lo quiere hacer junto a su hija y no le da ni un respiro, ¡ni siquiera le da intimidad con su esposo! Carla no se queda atrás, tiene su propio Cometa Harley, su madre Isis llega sin avisar luego de muchos años y ni siquiera sabe en qué mes están, pero es la ocasión perfecta para “llevarse bien con el niño que sigue en casa” de Carla, su nieto (que, por cierto, adoro a ese mastodonte; me hubiese gustado que lo involucraran más).

 

Malas madres 2-El rincón cinéfilo-Isabel Londoño

 

Itinerario

Ya sabemos qué es lo que pasa cuando estas tres se reúnen a desahogarse: beben y enloquecen. Esta vez no será la excepción, vuelven a tomar la decisión de hacer su propia Navidad como tanto desean, sin importarles cuán locas la vuelvan sus madres. ¿Falta un árbol de Navidad en casa de Amy? Fácil, lo toman de una tienda de zapatos (amé esa escena). El simple hecho de tener un arbolito de una zapatería, hace enloquecer a Ruth, aunque a los demás en casa les parezca hasta gracioso; así que como Ruth es Ruth, va y toma el toro por los cuernos. En casa no hay nada sencillo, todo es de diseñador y está bajó la ágil supervisión de ella misma para que nada sea menos que perfecto. ¡Hasta auspiciará una fiesta de gala con cientos de personas en Noche Buena! Esto crea un poco (bastante) de preferencia de los niños por las decisiones de abuela, que por las de mamá.

 

 

Madres que enloquecen

Carla no se queda atrás. Sabemos que es la más descarada y loca del trío, y las cosas que le pasan solo le ocurren a ella. En su trabajo en el spa, conoce a Ty, un stripper, para que le depile… sus partes, y enseguida hacen clic al tener una “conversación profunda” al mejor estilo de Carla. Ty la invita a una “cita”, ella encantada acepta y va con sus amigas, solo para encontrarse a Isis bailando sensualmente con Ty; Carla se une al baile y los presenta, todo muy casual… claro, muy normal.

Por su parte, Kiki… pobre Kiki, tampoco la tiene fácil. Tener a su madre en casa ya es una cosa, pero tener que soportar que se haga el mismo corte que ella, que se vista con su rostro en las playeras y suéteres, que la huela constantemente, ya es otro nivel. Se entiende que es un método para sobrellevar el luto por la muerte de su esposo, pero no lo controla, y Kiki al enterarse de que Sandy se muda a la casa de al lado para estar más juntas, la termina por enloquecer. Tratan de ir a terapia (adoro a esta terapeuta, fácilmente podría ser yo), pero esto lo empeora todo; Sandy comienza a inventarse cualquier cantidad de enfermedades con tal de que su hija la entienda, hasta que descubre que todo es una farsa y Sandy sale huyendo del consultorio.

 

Malas madres 2-El rincón cinéfilo-Isabel Londoño

 

Ya de aquí en adelante, ocurren una serie de eventos que, como toda película de navidad, lleva a un final perfecto y feliz, sin dejar la locura que las representa, obvio. Pero, aun así, no deja de ser un film que invita a reflexionar sobre las relaciones de madre-hija. Muchas veces hemos escuchado el famoso “de tal palo tal astilla”, en estos casos suele ser muy radical, porque los patrones de comportamientos suelen ser tan idénticos, pero una forma distinta o contraria. Me explico:

 

  • Amy con su madre perfeccionista: en la primera entrega, vemos a una Amy poco valorada, pero que hace lo imposible por ser perfecta para sus hijos y, se supone que, en esta segunda parte, la vemos más segura de sí misma y por eso planea una navidad sencilla. La presencia de su madre la hace explotar y querer mantener su autoridad. Además de que vemos la otra cara de la moneda con Ruth: ¡Su madre era peor que ella! Era más crítica y rígida con Ruth, por eso trata de hacer que Amy no pase por lo mismo que ella, aunque termina haciendo lo mismo sin querer. Aquí se ve lo importante de saber romper patrones que nos lastimen.

 

  • Kiki con su madre posesiva: igual, en la primera entrega conocemos a una Kiki sumisa, entregada a la vida de madre y esposa abnegada, sin tomarse tiempo para ella misma. Es casi lo mismo que hace Sandy con ella, solo que sin la ropa con cara de sus hijos y no tan obsesiva. El que llegue su madre la hace darse cuenta de tantas cosas (aunque no lo digan directamente en el film) y por eso busca cortar ese cordón con su mamá. A pesar de tener una personalidad algo insegura e ingenua, es el vivo reflejo de mamá Sandy por no querer soltar a su hija, Kiki era su mundo; otra razón por la que vemos a Kiki sin vida social. Otro ejemplo de aprender a soltar y afrontar la soledad.

 

 

  • Carla y su madre ausente: loca, descuidada y de alma libre, todo lo aprendió de su madre, aunque también trata de no ser igual que ella al tener un trabajo estable y cuidar a su hijo (no de la mejor forma, pero ahí está). A pesar de que Isis y Carla compartan muchas actitudes y gustos, Carla sabe muy bien su rol, es mamá y tiene que ser “responsable” por su hijo, no puede permitirse que Isis vaya y venga cada vez que necesite dinero, no quiere repetir cada vez el que su madre la abandone. Nunca es tarde para arreglar una relación, de eso se da cuenta Isis y por eso decide quedarse esta vez con su hija.

 

Malas madres 2-El rincón cinéfilo-Isabel Londoño

 

Detalles como estos los podemos encontrar en otras películas, cierto, pero aquí, a mi parecer, lo muestran más real y natural. Hay más puntos a tomar en cuenta en esta historia, pero eso se lo dejo a ustedes… Como les dije, este film nos invita a reflexionar muchas cosas, sobre todo para estas fechas (aunque poco tarde, pero también es aplicable).

 

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Así que, si quieren pasar un rato de risas y viendo locuras, esto es para ustedes. Ya sabemos que para nadie es fácil recibir y despedir el último mes de cada año, pero sí podemos sacar algo bueno de eso y reírnos en el proceso, entonces mejor hacerlo con esta divertida historia. Y si todavía se lo preguntan, como siempre les digo: Si no la han viso, véanla, y si ya la vieron, vuélvanla a ver, no tiene perdida de nada.

 

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Isabel Londoño-columna El Rincón CinéfiloIsabel Londoño, egresó de la Universidad de Carabobo (UC) en el área psicosocial, tiene también estudios universitarios en turismo y sistemas.

Es una apasionada de la música y del Séptimo Arte desde que tiene memoria, siendo el cine y sus distintos géneros la pasión a la que ha dedicado más horas y análisis. Sus reseñas sobre clásicos o estrenos del cine aparecen ahora, cada viernes, en Ciudad Valencia desde “El Rincón Cinéfilo”.

 

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