Ramón Díaz Sánchez: Desde el corazón de Cumboto

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Carabobo cuenta con escritores emblemáticos en el área de la literatura. Por lo general, se recuerdan siempre a José Rafael Pocaterra y a Enrique Bernardo Núñez; pero, no se nombra tanto a Ramón Díaz Sánchez. Cosa por demás injusta.

Nativo de Puerto Cabello, Díaz Sánchez vio la luz por vez primera el 14 de agosto de 1903, hace 118 años.

Fue muy prolífico en el campo literario, donde abarcó casi todos los géneros, desde el cuento, la novela y el ensayo; además de abrazar la crítica literaria, la historia, el periodismo de opinión y la dramaturgia.

Galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 1952, en la mayoría de su obra este autor retrata el tránsito que han experimentado los venezolanos ante la transformación y el crecimiento del país durante la primera mitad del siglo pasado.

Entre sus novelas más destacadas se  pueden mencionar “Mene” (1936), “Cumboto” (1947), “Casandra” (1957) y “Borburata” (1960); mientras que “La Virgen no tiene cara” (1951) es quizá su cuento más notable.

 

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Ramón Díaz Sánchez

SUS ORÍGENES Y SU VIDA

Se pueden decir muchas cosas de sus orígenes. Entre otras que fue hijo de un hogar humilde y que se vio en la necesidad de trabajar en varios oficios, entre ellos el de obrero, técnico mecánico, buhonero y hasta pintor de carteles, para poder mantenerse mientras aprendía a hacer lo que le hizo trascender: la escritura.

Se cuenta que siendo muy joven, a los 17 años, comenzó a ejercer el periodismo, oficio del cual fue autodidacta, pues no pudo concluir estudios, por la situación económica de su familia.

Como muchos intelectuales de la época, alternó la literatura con la política, área que le llevó a ejercer varios cargos  ministeriales, para coronar como diputado por el estado de Carabobo.

 

Ramón Díaz Sánchez

MENE Y LA DESGRACIA DEL PETRÓLEO

Su novela más importante fue “Mene” (1936). A pesar de ser una obra de denuncia y de índole social, la estructuración de la misma no conduce al lector al camino deprimente desde un comienzo; sino que, por el contrario, ofrece un panorama atractivo, ya que Díaz Sánchez tituló sus capítulos con nombres de colores: Blanco, Rojo, Negro y Azul, con los cuales el autor simboliza cada uno de los instantes de cambio en el devenir de la historia del país, a raíz de la aparición del petróleo.

Utilizando episodios bastante cortos en extensión, más no en contenido, la novela pasea al lector por lo que fue la explotación petrolera y sus orígenes, así como la especulación y los trastornos que ocasionó en el país la llamada “locura del petróleo”, que se reflejaba en las migraciones desde los campos hacia las zonas petroleras, conllevando el auge de la prostitución y el sufrimiento de la gente de color que llegaba a Venezuela desde las Antillas.

  • “Mene” fue publicada en 1936 y retrata el mundo de los campos petroleros, lo que le valió ser galardonada en 1935 por el Ateneo de Caracas, un año antes de su edición.

 

DESDE EL CORAZÓN DE CUMBOTO

Su otra novela cumbre es Cumboto (escrita en 1947) la cual encierra en su nombre dos cosas; por un lado el sufrimiento de la negritud; y el sentido cacofónico del mismo, pues no es más que la palabra que atinan a decir los negros cuando son atrapados por los españoles: “cum – boto”.

En realidad, es una novela narrada por un criado de color. En una narración que va de lo mágico a lo crudo, Díaz Sánchez relata la vida de dos familias, una blanca y otra negra, a la vez que hace un esbozo de la cotidianidad venezolana de la época de la colonia.

Ramón Díaz Sánchez

El escritor presenta una gran variedad de personajes que van desde la mulata Pascua, la institutriz pelirroja, el amo don Guillermo, el blanco Federico, Cerveión el negro y la abuela Anita, cada uno de ellos poseedores de un rico andamiaje de personalidades que bastan y sobran para entretejer la trama del libro.

En un ambiente hipnótico y exuberante, todos estos elementos se entrecruzan con objetos simbólicos que tienen significados ocultos, como por ejemplo una calavera, un piano, una pala de plata, una botella y hasta la música de Beethoven, que vienen a ser una manera de amuletos magnéticos que atrapan al lector.

En realidad, el nombre de Cumboto existe. Es el de una hacienda perteneciente a los Brandt Jove y actualmente es una zona ubicada a la entrada de Puerto Cabello, donde incluso se han levantado urbanizaciones en las que viven los más adinerados de esa ciudad portuaria.

Por “Cumboto”, el autor  fue galardonado con el premio “Arístides Rojas”. La obra fue impresa en varios idiomas, entre ellos el francés y el italiano.

 

ÚLTIMOS AÑOS Y MUERTE

Para 1952 fue designado miembro de la Academia Venezolana de la Lengua; mientras que, en 1958, fue elevado a la Academia Nacional de la Historia. Falleció en Caracas, el ocho de noviembre de 1968.

 

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Vicente Gramcko