«Súper Bigote, crónica de un imposible», por Luis Manuel Colmenares

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«Súper Bigote, crónica de un imposible», por Luis Manuel Colmenares

Si alguien me preguntase ¿Usted por quién votaría en las próximas elecciones presidenciales venezolanas? yo respondería de inmediato: por Nicolás Maduro Moros.

Mi respuesta no cambiaría con el transcurso del tiempo. Mi respuesta no está basada en una férrea lealtad partidista, doctrina o creencia. Ella está basada en hechos concretos que me hacen escogerlo como mi único candidato presidencial. Incluso lo escogería primero que a Diosdado Cabello Rondón, si se llegará a presentar la situación.

 

Nicolás Maduro ganó en el año 2018 sin la necesidad de poner como énfasis principal la responsabilidad que delegase en él Hugo Chávez.

El Presidente Nicolás Maduro tomó posesión de su segundo mandato el 10 de enero de 2019. Apenas cumplidos dos meses mandando se enfrentó a una situación nunca antes vivida en el país: el ciberataque contra la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, ubicada en la Represa del Guri, causando un apagón general en el país.

Este vil acto terrorista trajo todos los daños colaterales que se pueden esperar de un evento tan macabro. Falta de agua, paro laboral y comercial, y pare de contar. Todo esto sumado al constante encarecimiento del costo de la vida por consecuencia directa de las llamadas sanciones por parte de EEUU y Europa.

Pese a los frecuentes llamados a la violencia y a los golpes de Estado por parte de la oposición, ganó la paz impulsada por Súper Bigote. Tomando en cuenta la magnitud del ataque resulta admirable saber que en cuatro meses se empezó a recuperar una relativa normalidad en el suministro eléctrico.

Los opositores venezolanos salieron derrotados, sin embargo pidieron al mundo más sanciones para Venezuela.

Súper Bigote es Maduro, el superhéroe que lucha contra los villanos de la  Casa Blanca | Internacional | EL PAÍS

Los Estados Unidos estaba gobernado por el fascista de Donald Trump, activándose con este gobierno, todas las opciones bélicas en contra de Venezuela.

Poco tiempo pasó, hasta que la oposición venezolana se vio en la necesidad de poner los muertos para llamar la atención internacional iniciando una campaña de inestabilidad  que denominaron: “Venezuela se levantó”. Esta campaña se iniciaría el 16 noviembre de 2019 con el llamado de varios dirigentes opositores a inundar las calles de todo el país.

En esta oportunidad, esta gesta tuvo una respuesta inmediata del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) movilizando activamente a sus militantes dejando ver la alegría, la paz y el rechazo a la violencia, características que son propias de esta tolda política.

El fascismo característico de la oposición fue derrotado por el Gobierno nacional junto al PSUV mediante la desmoralización de las protestas opositoras. Y es que las masas chavistas son exponencialmente superiores que las opositoras cuando se trata de salir a las calles, gracias al excelente trabajo del difunto activista político Darío Vivas, quien fuera Vicepresidente de movilización y eventos de la tolda roja.

El resultado final fue que la paz se impuso gracias a Nicolás Maduro, haciendo que la oposición empezara un proceso de decadencia vertiginoso.

 

El 3 de mayo, mercenarios intentaron ingresar al país por las costas venezolanas para llevar a cabo la Operación Gedeón, un intento militar para tomar el poder por parte de la oposición terrorista.

Lamentablemente para ellos (la oposición) fueron sorprendidos por Súper Bigote, quien los neutralizaría rápidamente usando uno de sus mejores súper poderes: el poder de la unión cívico – militar – policial.

El rotundo fracaso de este ataque terrorista e intervencionista molestó al país en general, rechazando el que una fuerza extranjera viniera a decidir nuestro destino. Revelándose que la oposición terrorista había vendido el país, causando la absoluta muerte política de este factor y consolidando a Súper Bigote tras está abrumadora victoria.

 

Llegamos a la recta final de esta historia, el  viernes 13 de marzo, llego a Venezuela el Covid-19. Pocas horas después de este hecho salieron todos los sesudos analistas a asegurar que Venezuela seria el epicentro de la pandemia, incluso algunos de estos “estudiosos” infirieron que había que invadir a Venezuela por riesgo biológico mundial.

Al tiempo la moribunda oposición terrorista que se resiste a morir definitivamente y para siempre, usó esta situación para nuevas conspiraciones sin ningún éxito.

Venezuela hoy tiene el casi 100% de vacunados contra el Covid-19, con al menos una dosis. Más del 80% de la población que ha sido infectada por el Covid-19 ha sido atendida por el sistema público de salud. Hoy Venezuela está casi libre de este flagelo, en comparación con la situación epidemiológica del continente.

Hoy la oposición en general ya no es la fuerza política de otrora siendo casi erradicada de este territorio.

Pese a las sanciones económicas de Estados Unidos y Europa que al día de hoy suman cerca de quinientas medidas, Súper Bigote ha sabido resistir con dignidad y contraatacar teniendo como resultado un crecimiento económico sostenido desde hace un año.

 

Por todo lo anterior, yo voto por Nicolás Maduro independientemente de los aconteceres futuros.

En tiempos de crisis los votantes se mantienen con el candidato que le ha hecho frente a la crisis en cuestión. La alternabilidad política se reduce drásticamente, pero en tiempos de resurgimiento no hay un escenario político claro, pues los pueblos solemos tener memoria corta y somos presa fácil para las campañas  comunicacionales.

Por ello hoy 6 de junio de 2022 espero, aspiro y deseo que Nicolás Maduro sea reelegido como candidato presidencial del Partido Socialista Unido de Venezuela para las elecciones del 2024.

 

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Luis Manuel Colmenares / Ciudad Valencia