Me prometí no caer de nuevo en las redes de los films de anime, en los que sé perfectamente que terminaré con los sentimientos revueltos, pero no puedo seguirme engañando, los amo. De mi parte, otra ovación de pie a Makoto Shinkai por crear a Suzume, para mí una obra de arte, tanto por lo visual como por la trama. A pesar de que la crítica estuvo fuertemente dividida entre que fue una historia que se quedó tras las sombras de Your Name y otros films espectaculares de su autoría, o que fue la trama que lo asentó casi a la par del Grupo Ghibli (que ya es decir demasiado). Ahora, si me preguntan, no creo que supere a Your Name, pero sí es una gran historia que se ganó un gran espacio en mi corazón.

Suzume

Quedé enamorada de varios detalles dentro del film, y es que comparten varias referencias de las historias más famosas creadas por Makoto, sobre todo de Your Name, resaltando entre ellos los paisajes, cómo manejan el tema del destino, los accesorios que usaba Suzume y los accidentes naturales. Estos dos últimos, abrió debate entre los fanáticos, ya que se puede presumir que el evento principal de Your Name (que cayera un meteorito en el pueblo), puede ser “secuencia” del inicio de esta nueva historia, ya que Suzume vive en un lugar muy parecido en donde años anteriores pasó una tragedia y, aunque expliquen realmente qué fue lo que sucedió en esta nueva historia, no se puede evitar encontrar esa similitud (y otras) entre ambas animaciones.

Bien, la historia sigue a Suzume, una adolescente que queda cautivada la primera vez que ve a un chico, Souta, quien le pide ayuda para encontrar una puerta. A pesar de lo extraño que le resultó esa pregunta, no evitó que Suzume fuera tras Souta sin saber lo que se encontraría. Hay una “leyenda” en Japón en la que existen especies de portales (alguna puerta que haya quedado luego de alguna catástrofe) que, al estar abiertos, pueden desatar desastres naturales, así que Souta tiene la labor de ir viajando cada tanto por las islas del país en busca de estas puertas para cerrarlas antes de que pase lo peor. Lo espectacular de esto, es que luego de un evento inesperado con Souta y “un Dios guardián” (este bendito Dios, me partió el corazón todas las veces que quiso y como le dio la gana), Suzume termina encargándose de cerrar estas puertas dando la oportunidad de que ella misma vea lo que es capaz de hacer y darse cuenta de algo sumamente importante sobre un recuerdo de su infancia.

Mientras va avanzando esta aventura, se puede ver el gran cambio que significó Suzume para Souta, ya que, al inicio, es frio y distante con ella; pero “gracias a un Dios”, no le queda más opción que abrirse poco a poco con ella. Todo esto, resulta positivo para él tanto en su labor como protector, como en su búsqueda interna por demostrarse que vale más de lo que su familia cree y, en el camino, también encontrar un poco de redención.

22

Por otro lado, Suzume logra entender que, tras su ímpetu y carácter independiente, carga una gran maleta emocional por un evento “en el más allá” y la pérdida de su madre que no la deja desarrollarse como ella realmente quisiera. Desde que perdió a su madre, su tía es su única familia y, obviamente, se convierte en su única figura materna. El alejarse de casa y adentrarse en esta nueva labor, inconscientemente abre heridas del pasado las cuales tendrá que sanar si quiere ayudar al mundo y a Souta.

A lo largo de la historia podemos ver la complejidad de esta relación. Por una parte, ambos encuentran confianza entre ellos, entregándose a su destino y emociones; Suzume aprende muchas cosas de Souta, y él acepta su realidad y entiende que no siempre se puede huir del dolor. Obvio, todo esto es un gran simbolismo sobre el desarrollo personal, crecimiento y búsqueda de redención de ambos.

gusano

Ahora bien, a lo largo de la historia, nos vamos a encontrar con varios detalles o elementos que representan metáforas. La primera, claro: las puertas como elemento de sufrimiento o dolor. De la primera interacción de Suzume y una de las puertas, resulta que se desate el primer “gusano” (el que causa los desastres naturales), lo que podemos entender como “asuntos no resueltos” o vestigios del pasado que resultan traumáticos. Por eso, ella es capaz de ver “el más allá” (la dimensión de los fallecidos), y tampoco es mera casualidad que ella termine por encargarse de cerrar las demás puertas.

Viendo el lado de Souta, todo lo que le sucedió y las complicaciones de poder hacer bien su único trabajo, era simplemente para que aprendiera que cargar con culpas de los demás no es bueno y que está bien encargase solo de los problemas propios. Como segundo elemento tenemos el tema del duelo. Seguimos apreciando las visiones de Suzume, tanto en sueños como cada vez que ve alguna puerta se abre, lo que nos da a entender que, si no se atienen los conflictos no resueltos del pasado, la catástrofe será peor (justo como pasa cada vez que encuentran alguna puerta nueva). El cerrar las puertas y la forma de hacerlo, es para Suzume un mensaje claro de cómo superar la muerte de su madre y cómo lidiar con su dolor. Y, por último, pero no menos importante: el crecimiento. Ya lo comenté, el desarrollo de Souta y Suzume está muy marcado, a pesar de que ambos tenían sus personalidades bien marcadas, el enfrentar esa aventura juntos, les hizo entender sus realidades y lidiar con sus miedo e inseguridades, les abre una nueva manera de seguir enfrentando la vida.

1

Como vemos, los mensajes de Suzume, más allá del amor y la fuerza del destino, son claramente de resiliencia y superación. Podemos ver las dos facetas representadas: enfrentar y sanar el dolor que nos causa algún evento en nuestras vidas, y escapar mientras ocultamos todo el dolor que hemos ido acumulando durante el tiempo. El que Souta necesitara a Suzume para cerrar las puertas y aceptar muchos aspectos de su vida, es fascinante; al igual que Suzume necesitó a Souta para aprender a enfrentar su pasado.

El film, también puede ser ejemplo de que para superar y crecer es necesario afrontar eso que tanto duele. Bien lo decía Souta: “a veces para avanzar, tienes que detenerte” y Suzume tuvo que ponerse cara a cara con ese dolor para poder avanzar. Con esta relación también vemos el claro ejemplo de apoyo y acompañamiento para que ambos pudiesen cumplir sus objetivos, aunque (desde mi punto de vista) con un poco de dependencia emocional.

10

Ahora, si hablamos de la parte visual, en resumen, es maravillosa, la amé. Makoto continuó dándonos paisajes majestuosos de Japón y gran detalle hasta en el más pequeño pixel, con un estilo muy parecido al de Your Name (no puede superar las similitudes, lo siento). Al mismo tiempo, logró transmitir tantas emociones en los paisajes de lugares destruidos, pudiendo separar perfectamente el mundo real de esa otra dimensión llena de nostalgia y dolor por no poder regresar a la vida, realmente me resultó muy hermoso. La combinación de colores para poder diferenciar estos planos fue un gran acierto. Creo que cualquier detalle que intente describirles quedará corto para lo que realmente es este film. El director nos regaló otra obra maestra llena de simbolismo y mensajes para la vida que resultan fascinantes. Al verla, solo recuerden que, quizás, vayan a salir con miles de emociones mezcladas y probablemente terminen hechos un mar de lágrimas; así que como siempre les digo: “Si no la han visto, véanla, y si ya la vieron, vuélvanla a ver, no tiene pérdida de nada”.

 

***

 

Isabel Londoño-columna El Rincón CinéfiloIsabel Londoño, egresó de la Universidad de Carabobo (UC) en el área psicosocial, tiene también estudios universitarios en turismo y sistemas.

Es una apasionada de la música y del Séptimo Arte desde que tiene memoria, siendo el cine y sus distintos géneros la pasión a la que ha dedicado más horas y análisis. Sus reseñas sobre clásicos o estrenos del cine aparecen ahora, cada viernes, en Ciudad Valencia desde “El Rincón Cinéfilo”.

 

Ciudad Valencia