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Vielsi Arias, autora de la columna de Ciudad Valencia "Ciudad Escrita"

El próximo jueves 13 de octubre se inaugura en Valencia, y otros estados del país, el 16 Festival Mundial de Poesía de Venezuela. Nuestra ciudad será sub-sede en los espacios del Centro de Artes Vivas Alexis Mujica (CAVAM), Museo de Arte Valencia (MUVA), además de los municipios Puerto Cabello, Diego Ibarra y Carlos Arvelo.

En esta edición estarán presentes poetas de tres generaciones, oriundos y radicados en la ciudad, algunos vinculados a la docencia y la investigación en la Universidad de Carabobo, institución donde hicieron vida y desarrollaron parte de su obra. Afortunadamente, este festival nos permite volver a escucharlos y compartir con ellos. En este sentido, quiero referirme a tres poetas que acompañan esta fiesta de la poesía: Reynaldo Pérez Só, Armando José Sequera y Arnaldo Jiménez.

Sus obras constituyen un alimento que retrata una particularidad y se confronta con autores universales contemporáneos, contribuyendo con  una tradición literaria para los poetas jóvenes de Venezuela.

 

Tres poetas tres:

Reynaldo Pérez Só, Premio Nacional de Cultura, mención Literatura (2019-2020) poeta, editor, traductor y médico, cofundador de la revista Poesía,  ha contribuido a mantener con vida la edición de una revista que representa un instrumento para la crítica sobre la literatura del mundo y la formación en el oficio.

 

Reynaldo Pérez Só

Entre sus publicaciones se encuentran: Para morirnos de otro sueño (1971), Tanmatra (1972), Nuevos poemas (1975), 25 poemas (1982), Matadero (1986), Fragmentos de un taller: ars poética (1990), Reclamo (1992), Px (1996), Solonbra (1998), Antología poética (2003) y Solo (2021).

 

En 1998 se hizo merecedor del premio del concurso de cuentos del diario El Nacional, con Viento sur. Fue el poeta homenajeado en el Noveno Encuentro Internacional POESIA Universidad de Carabobo Venezuela 2011, donde recibió la Orden Alejo Zuloaga en su Única Clase.

 

Armando José Sequera, escritor, periodista, promotor cultural y guionista de radio. Es autor de más cuarenta libros (entre publicados e inéditos), gran parte dedicados a niños y jóvenes. Ha obtenido varios premios literarios nacionales e internacionales, entre ellos el de la Casa de las Américas (La Habana, Cuba, 1979); Diploma de Honor IBBY (Basilea, Suiza, 1996), ambos con la obra Evitarle malos pasos a la gente.

 

Armando-José-Sequera

Asimismo, la Bienal de Literatura Mariano Picón Salas en dos oportunidades: la primera, en la mención narrativa Salvador Garmendia, obtenida con la novela La comedia urbana (2001) y la segunda, en la mención crónica (2005), recibida por el libro Funeral para una mosca, y la Bienal Latinoamericana “Canta Pirulero” (Valencia, Venezuela, 1998), esta última con el libro Teresa, en el año 2019 obtuvo el Premio nacional de literatura Stefania Mosca con el libro Crónicas de la demencia cotidiana.

 

Aunque algunos lo consideran más narrador que poeta es un honor para la ciudad tener de invitado a este autor emblemático que se pasea magistralmente por varios géneros.

 

Arnaldo Jiménez, poeta, narrador y ensayista. Licenciado en Educación, mención Ciencias Sociales por la Universidad de Carabobo (UC). Maestro de aula, es miembro del equipo de redacción de la Revista Internacional de Poesía y Teoría Poética: “Poesía” del Departamento de Literatura de la Dirección de Cultura de la UC.

 

Arnaldo-Jiménez

Entre los reconocimientos recibidos se encuentran: Premio Nacional de Poesía Rafael María Baralt (2012), Premio Nacional de Poesía Stefania Mosca (2013), Premio Nacional de Poesía Bienal Vicente Gerbasi, (2014), Premio Nacional de Poesía Rafael Zárraga (2015).

 

 

En poesía ha publicado: Zumos (2002). Tramos de lluvia (2007). Caballo de escoba (2011). Salitre (2013). Álbum de mar (2014). Resurrecciones (2015). Truenan alcanfores (2016). Ráfagas de espejos (2016). El color del sol dentro del agua (2021). El gato y la madeja (2021). Álbum de mar (2da edición, 2021). Ensayo y aforismo: La raíz en las ramas (2007). La honda superficie de los espejos (2007). Breve tratado sobre las linternas (2016). Cáliz de intemperie (2009) Trazos y Borrones (2012).

Actualmente es columnista para el diario Ciudad Valencia en su página web.

Estamos complacidos de poder contar con la presencia de estas tres grandes voces de la literatura venezolana, que se radicaron en Valencia, de poder escucharlos y compartir la palabra y la amistad.

 

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Poemas:

 

Reynaldo Pérez Só

 

calle
de hombre solo
tajo
de miedo
no para esto vamos día a día
cruzando una acera
pisando otra.

(25 Poemas, 1982)

 

hemos
venido a morir
en las piedras de este río
perdimos los caballos bajo el cielo
errantes
uno
a
uno
doblándonos

(Solo, 2021)

 

Una ternura me abraza las piernas

 

y me quedo sin saber qué hacer
es el mes de la calor
vuelan loros y pericotes hacia los árboles
un niño corre y grita
y los loros gritan más desde la tierra
viene que sube cuerpo arriba y me quedo
sintiendo que observo
donde los pájaros mezclan
voces en las voces
del niño que no recuerda
su nombre su sitio ni este día.

(Solo, 2021).

 

 

Armando José Sequera

 

Aquel que cae
Para no morir con la muerte, un hombre siembra sus
huellas, arroja el lastre que lo ata a la tierra, parte al encuentro
de secretos resplandores. Frente al océano de los sueños, debe
quemar sus naves, alzar una muralla de llamas entre él y las
debilidades.
No hay que temer al vértigo ni a la caída: sólo aquel que
cae se hace horizonte con el horizonte.

 

Delta                               

Llueve desde los confines de mi infancia. Ríos de tres
continentes me recorren. Soy un delta, la abigarrada confluencia
de infinitos naufragios y puertos. Porto el tórrido rumor del
que migra hacia el mar, sin saber que este existe.

(Passarola, 2018)

 

 

Arnaldo Jiménez

 

Herencias
El cordón umbilical duerme en una urnita blanca
con una breve traza de chamusque de parto
que recuerda el vacío del inicio
cuando mi sangre no conseguía un eco
de nostalgia en las vueltas de su rutina
y hay tantas versiones mías en los retratos
que me siento desterrada de mi nombre
lejana en un halo de casa que entreabre su memoria
y mi alma es una lámpara que arde
sobre la piel de mis muñecas
cuando supe que la soledad
es el desaliento de otras mujeres que también he sido
intenté rescatar el amparo de mi cuerpo
y encontré respuestas en las torceduras de las calles
en amores que habitaban una edad sin juramentos
y convertí mis noches en un brebaje de llamas
y no sentí en mi espalda el látigo de la tristeza
y el quién soy como un organismo ajeno
ascendiendo a mis ojos
con sus rituales de tormentas
el quién soy desobedeciendo al corazón
como si mis senos no fuesen mi encuentro
y mis labios no anhelaran
el testimonio de otra sed

(inédito)

 

En la iglesia
de nosotros algo se extingue que no es el rezo
de nosotros
el desamparo que somos quiere sentir el girasol del inicio
y el perdón surge desgastando sus caricias
y comprendemos que ya hemos comido de la sombra de Dios
¿quién siente en las membranas de las efigies
su propio sufrimiento?
¿quién deja la sangre de su insomnio sobre las túnicas
persignadas?
arrojamos nuestros nombres a un combate de plegarias
para que el alma se despoje las alimañas del prójimo
y el cuerpo de Cristo vuelva a digerir nuestras culpas
esta iglesia es un fragmento del mar
y la fe avanza hasta que aparezca un pez aleteando en las manos
hasta calzar un faro de confianza en las penas que migran del corazón
Señor puedes amarme porque no tengo porvenir
Y mis ojos son inútiles para ubicar mi claridad
Y una separación se ha apoderado de mis respiros
la iglesia recibe nuestras preguntas a la muerte

creemos olvidar los vendajes de su absurdo
porque el padrenuestro multiplica su mejilla
porque el padrenuestro ofrenda sus costados
y la sensación de final seca la leche que nos daba a beber
pero una vez constatada la incapacidad de la iglesia
ante las ordenanzas del destino
una vez derramado su vino en la
compadecencia del dolor
volvemos a ver cómo sigue creciendo la flora de las cicatrices
y los cirios no logran alumbrar las palabras que nos llevamos.
(Inédito)

 

***

 

Vielsi Arias Peraza, Valencia, Venezuela (1982), docente egresada de la Universidad de Carabobo (UC) Mención Artes Plásticas. Ha publicado Transeúnte (2005), colección Cada día un Libro, editorial El Perro y la Rana; Los Difuntos (2010), editorial Fundarte, galardonado con Mención Honorífica Premio Nacional Estefanía Mosca; Los Difuntos (2011), reedición del sistema de imprentas regionales de Carabobo; La Luna es mi pueblo (2012), editorial El Perro y la Rana; Luto de los árboles (2021). Ha publicado también en distintas revistas nacionales literarias y académicas como: Cubile, A plena Voz, Revista Estudios Culturales UC, entre otras. Actualmente coordina la Plataforma del Libro y la Lectura del Ministerio de la Cultura en el estado Carabobo.

 

Ciudad Valencia / Foto de la autora por Luis Felipe Hernández