No podemos cortarle los bigotes a un gato es una práctica innecesaria que, además, puede derivar en consecuencias muy negativas.
Cortar los bigotes para nada es igual a encontrarnos, de vez en cuando, un bigote que se ha caído por sí solo.
Los bigotes son importantes para el gato, tanto para su comunicación como para su percepción del entorno. Las posiciones que adopta con sus bigotes transmiten información sobre su estado de ánimo.
Pero, más grave todavía que un problema de comunicación, que el gato puede suplir con maullidos, posición de la cola, las orejas, del cuerpo, del pelaje, etc., están los trastornos que puede experimentar para manejarse por su entorno sin los bigotes.
Cuando se le cortan los bigotes al felino bien sea a propósito o por accidente pueden producirse alteraciones importantes que comprometen su bienestar, como problemas para moverse con normalidad e incluso la imposibilidad de mantenerse de pie.
Esta situación se prolongará hasta que los bigotes vuelvan a crecer. Recordemos que es una situación extrema en la que se han cortado todos los bigotes, no es lo mismo que si se cae un bigote de manera natural.
Una de las razones importante por la que no podemos cortar los bigotes a un gato es porque pierde información sensorial de máxima importancia para su percepción y relación con el entorno y los elementos, seres vivos incluidos, que en él se encuentran.
Es como si se viese obligado a navegar sin brújula o que nosotros tuviésemos que movernos con los ojos vendados. Estaríamos confusos y mucho más vulnerables.
Un dato importante es que el gato no va a perder el equilibrio, ya que este no depende solo de los bigotes, pero sí es factible que se mueva con muchas más precauciones, evite saltos que antes no le suponían ningún problema o tenga algún tropiezo, pues le falta información fundamental sobre el entorno. Lo normal es que lo vaya supliendo con sus otros sentidos, pero le puede llevar un tiempo.
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Ciudad Valencia / Soy un gato
