De entrada, queremos compartir la apreciación que hace Julio Cortázar, en una cita tomada de su libro “Cortázar de la A a la Z”, en la que compara al cineasta con un cazador de crepúsculos, bella metáfora, producto tal vez de su desmesurada afición al cine:
Si yo fuera cineasta me dedicaría a cazar crepúsculos. Todo lo tengo estudiado menos el capital necesario para la safari, porque un crepúsculo no se deja cazar así nomás… creo que si fuera cineasta me las arreglaría para cazar crepúsculos, en realidad un solo crepúsculo, pero para llegar al crepúsculo definitivo tendría que filmar cuarenta o cincuenta, porque si fuera cineasta tendría las mismas exigencias que con la palabra, las mujeres o la geopolítica. No es así y me consuelo imaginando el crepúsculo ya cazado, durmiendo en su larguísima espiral enlatada… Mi película tendría una leyenda impresa “Lo que va a verse es el crepúsculo del 7 de junio de 1976, filmado en X con una película M y con una cámara fija sin interrupción durante Z minutos…”. El público queda informado de que fuera del crepúsculo no sucede absolutamente nada… La gente va al cine para olvidarse de sí misma, y un crepúsculo tiende a lo contrario, es la hora en que acaso nos vemos un poco más al desnudo…
Julio Cortázar / Cazador de crepúsculos,
en Un tal Lucas (1979).
Y es que muchos de los cuentos y novelas de Cortázar han sido llevados a la gran pantalla por directores de cine en América y Europa, como la adaptación del cuento “Cartas de mamá”, hecha por Manuel Antín, director argentino realizador de “La cifra impar”, incluido en “Las armas secretas”, publicado en 1959. Gran parte de esta película fue rodada en el barrio latino de París, donde vivió Cortázar.
Otra película basada en la cuentística cortazariana es “El perseguidor”, versión del cuento inspirado en el saxofonista Charlie Parker, el cual forma parte de “Las armas secretas” (1959)…
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En esta segunda entrega damos continuidad a la celebración de los 127 años del cine venezolano a través de una mirada transversal donde nos planteamos hacer un breve recorrido por sus protagonistas, locaciones y producciones, pero deteniéndonos sobre todo en lo realizado en Carabobo y Aragua, estados donde el invento de los hermanos Lumiére ha mantenido una presencia en el tiempo.
Debido a la cercanía de la efeméride del 4 de Febrero, con motivo de haberse cumplido 32 años de esta gesta heroica, en esta crónica cinéfila queremos detenernos brevemente en algunas películas que retratan a grandes rasgos los hechos acaecidos en dicha fecha.
En 2012, en quince salas de cine, se presentó el largometraje “La Trinchera del Honor”, dirigida por René Fortunato, documental dominicano relacionado con la rebelión militar encabezada por el entonces coronel Hugo Chávez Frías, presentada dentro de la muestra ”Revoluciones” organizada por el MPPPC, a través de la Cinemateca Nacional.
También, pudimos apreciar “La quinta frontera” (1974) de Pastor Vega; “Capitanes de Abril” (1997) de María de Medeiros; “1992 el descubrimiento” (juzgar o ser juzgados) de Liliana Blazer; “Amaneció de golpe” (1998) y “4 de febrero de 1992” (2012), ambas de Carlos Azpúrua.
En sus dos documentales, Carlos Azpúrua describe las razones históricas que llevaron a la rebelión militar en la madrugada del 4 de febrero de 1992, cuestión que marcó un antes y un después en nuestra historia política. Al respecto, el Comandante Eterno Hugo Chávez dibuja con sus propias palabras una síntesis de lo ocurrido:
Hay fechas en las que todo el caudal de la historia se revela y marca el rumbo nuevo de los pueblos; hay fechas que signan y despejan, que se convierten en compromiso y señalamiento de un destino que tiene que acontecer para calibrar el pasado y ver con más claridad el horizonte libertario, así fue el glorioso 4 de febrero de 1992.
Otro documental enmarcado en esta celebración es “4F Soldados en Rebelión”, del cineasta venezolano Ángel Palacios (presente en el Instituto de Altos Estudios “Arnoldo Gabaldón” en el Foro sobre cine documental latinoamericano, organizado por esta suerte de adalides de vieja data, grupo conformado por Rubén Serrano, Nelson Escalona y Daniel Peña de la Red de Cine Aragua), donde pudimos apreciar los motivos, antecedentes y detalles de la Operación Zamora, nombre de la operación militar ejecutada en dicha fecha.
Allí se exponen más de 50 testimonios de los oficiales que se rebelaron en varias ciudades (Caracas, Maracaibo, Valencia y Maracay) contra la clase política venezolana adeco-copeyana que gobernó el país durante cuatro décadas.
Entre las diferentes actividades enmarcadas en la semana de la celebración nacional del cine podemos mencionar también el excelente Taller de Producción Cinematográfica acreditado por el CNAC y dictado en el MACMA por el cineasta Giovanni Gómez, guionista y director de la película “Mónica. Entre el cielo y la tierra”.
Es importante destacar que estas actividades contaron con la masiva asistencia de estudiantes de UNEARTE y cinéfilos de larga trayectoria de los estados Aragua y Carabobo.
En esta ronda cargada de nostalgia recordamos a personajes que tuvimos el privilegio de conocer y nunca más logramos encontrar en los diferentes festivales y muestras, ni tener noticia de ellos, me refiero a cineastas como Carlos Castillo, precursor del cine Súper 8 y realizador del cortometraje fuera de serie: “Sopa de pollo con mamá”, además de director de la segunda etapa del Festival Internacional del Nuevo Cine Súper 8 de Caracas y galardonado en festivales internacionales en Canadá, Irán, Bélgica, México, España, Colombia y Francia.
Al respecto cabe señalar que este formato de película apareció en 1965 y comenzó siendo de uso doméstico, para posteriormente ser utilizado en el cine de ficción y documental, aunque en la actualidad, injustamente, se han obviado los cortometrajes en Súper 8.
Apuntamos que a finales de la década de los ochenta, en formato Súper 8, realizamos un documental con nuestro amigo Freddy Cortés con motivo de la celebración de San Juan, logrando participar en el Festival Cubano-Venezolano de la Amistad. Igualmente, en 2011, con una cámara Kodak, realizamos “Hombre X”, documental exhibido en la I MUESTRA AUDIOVISUAL DE ARAGUA, como resultado final de un taller de cine dictado por el reconocido cineasta Daniel Siucsa, fundador y organizador del Festival de Cine Comunitario e Independiente de Aragua y Carabobo (ARACA).
A propósito de esta celebración tan especial del Día Nacional del Cine, deseamos transmitir nuestra preocupación por la lenta desaparición o cese de exhibición de algunas de las salas de Cine Arte del país, como la de Corpoindustria en Maracay; la de Guacara, aledaña a la Autopista Regional del Centro; y la de Cine Arte Patio Trigal en Valencia, por tan solo nombrar las más cercanas.
Igualmente, han salido de circulación muchas revistas de cine y fotografía de arte, de las cuales podríamos nombrar a Extra-Cámara, Encuadre, Cine al Día, Comunicación, Encine, Sala de Espera y la revista de la Cinemateca Nacional, entre otras. También, programas emblemáticos dedicados al cine nacional e internacional, transmitidos por radio y televisión, como La Cinemateca del Aire y El Cine, mitología de lo cotidiano, de Rodolfo Izaguirre; y Somos Cine, programa radial del CNAC, por solo citar algunos. A lo anterior se suma la ausencia de una crítica cinematográfica de calidad, como la realizada, hace ya muchos atardeceres, por Alfonso Molina, Juan Nuño, Juan Antonio González, Alí E. Rondón o Ricardo Tirado, entre otros.
Finalmente, nos resulta muy oportuno aclarar que no somos ni pretendemos fungir de críticos de cine. Simplemente nos mueve la pasión para, temerariamente, atrevernos a decir algunas majaderías. Sirvan estas modestas entregas dedicadas a la inmensa minoría de cinéfilos, al menos para incentivar la pasión por este arte de cazar crepúsculos, en los años por venir. Recordemos: “El cine es demasiado importante para dejárselo solo a los cineastas”.
Culminamos este recorrido con una reflexión de Rodolfo Izaguirre publicada en 1993 en la revista Imagen No. 100-96, de alguna manera vigente aún, a pesar del tiempo transcurrido:
Una cinematografía no adquiere nombradía o resonancia sino a través de una producción organizada, continua, sistemática; a través de un volumen de películas bien estructuradas, con un lenguaje de imágenes y proposiciones formales liberadas del peso conceptual que heredamos de la imprenta de Gutenberg, capaz de contar historias que puedan interesar por igual a un venezolano, a un colombiano, al espectador de Montreal o de Calcuta, si es que alguna vez llegan a comercializarse allí nuestras películas.
(Continuará). ¡Salud, Poetas!
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Mohamed Abí Hassan (El Tigre, 1956). Poeta, artista visual y editor independiente. Licenciado en Educación, Mención Artes Plásticas (cum laude), por la Universidad de Carabobo (UC). Ha ejercido la docencia en la UC y en la Universidad Arturo Michelena. Ha sido colaborador en las revistas Poesía y La Tuna de Oro (UC). Primer Premio II Bienal de Literatura Gustavo Pereira, Mención Poesía 2013; Primer Premio IV Bienal de Literatura José Vicente Abreu, Mención Poesía 2016; Primer Premio Concurso Nacional del II Festival 3.0 de Historias Comunales Ramón Tovar (2022).
Formó parte de la Comisión Rectoral del Encuentro Internacional de Poesía de la UC. Coordinó el Taller de Formación de Cronistas Comunales en Mariara, estado Carabobo, auspiciado por el Minci, la Revista Nacional de Cultura y el Centro Nacional de Historia. Actualmente se desempeña como facilitador de talleres de iniciación en la creación literaria, así como talleres sobre patrimonio histórico.
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