El cebollín y el ajo porro dos tipos de hortalizas de aspecto similar muy utilizadas en la elaboración de sopas, cremas, guisos, ensaladas, entre otros; por su practicidad y buen gusto que le otorgan a cualquier preparación.
Cabe destacar, el ajo porro y el cebollín pertenecen a una misma familia botánica pero hay ciertos aspectos en los que difieren, desde su cultivo y sabor hasta sus propiedades medicinales y culinarias.
El ajo porro
También llamado puerro, es una planta que consta de hojas largas de aspecto plano, un tallo grueso y un bulbo de color blanco que contiene unas pequeñas raíces.
Resiste temperaturas frías y requiere de un suelo profundo y su recolección consta de dos a tres meses.
Posee un sabor similar al del ajo pero mucho más suave; cuenta con sus mismas propiedades medicinales pero con un principio activo más ligero.
En la cocina, se utiliza el tallo y las hojas en sopas, acompañante del arroz y las ensaladas, le da buen gusto a los guisos de carne, salsas.
El cebollín
Se le conoce como cebollino y trata de una planta que tiene un conjunto numeroso de raíces con bulbos pequeños, de las cuales brotan unos tallos finos con unas delgadas hojas largas. Se cultiva en temperaturas frías, sobre suelos arcillosos y requiere de dos meses para su maduración durante la primavera, mientras que si se plantan en invierno necesita unas treinta semanas para crecer.
Su sabor se asemeja al de la cebolla pero más delicado, sirviendo como reemplazo de la misma en ciertos platillos donde se utilice crudo. Tienes efectos sobre la salud similar a los de la cebolla y el ajo pero su eficacia es menor.
En la cocina se utilizan sus hojas de ligero sabor picante, para realzar el sabor de las sopas, cremas, en tortillas, como complemento de ensaladas. Conviene utilizarlo crudo ya que conserva mejor sus propiedades y aroma.
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