El número 100 de Tito Rodríguez… Son muchos los buenos intérpretes del Bolero que han existido hasta el presente en varios países de Latinoamérica desde su creación a finales del siglo XIX en Cuba por José “Pepe” Sánchez.
En Puerto Rico, uno de los países abanderados, el cantante más destacado y reconocido en este género, sin lugar a discusión, fue Pablo Francisco Rodríguez Lozada, conocido artísticamente como “Tito Rodríguez”, con su estilo inconfundible y una personalidad que impartía cátedra para otros artistas de la época.
El pasado 4 de enero de 2024 hubiera arribado a su cumpleaños número 100, ya que nació ese día del año 1923, en Santurce, Puerto Rico, de madre cubana, Severina Lozada, y padre dominicano, José Rodríguez.
Entre los aspectos importantes y curiosidades presentes en la vida artística de Tito están el hecho de que su carrera no la inició como bolerista; él fue uno de los mejores exponentes del Mambo, del Cha cha chá, la Pachanga, la Charanga y hasta coqueteó con el Jazz y el Latin Jazz (este último aún no formalizado o llamado así para la época).
Tito era timbalero, y aunque no fue un virtuoso de ese instrumento se puede apreciar su habilidad en el tema “El mundo de las locas”. Aparte de cantante, timbalero y director de orquesta fue un destacado compositor, algunos de sus temas son “El sabio”, “La batea”. “El que se fue”, “El oso y la osa”, “Ritmo Charanga”, “Baila la Charanga” y “Que lo gocen todos”, por sólo mencionar algunos.
También probó suerte como empresario al crear su propio sello disquero conocido como TR, obviamente alusivo a las iniciales de su nombre. Fue un excelente bailador de Mambo aunque de eso no se hable.
Por otra parte, Tito fue el primero en reconocer con seriedad el talento de un joven que trabajaba para él como atrilero (encargado de cargar los instrumentos y organizarlos en la tarima) y cantaba bien, por lo tanto, se lo recomendó a su primo Joe Cuba para que le diera una oportunidad, ese joven era José “Cheo” Feliciano.
En cuanto a su etapa como bolerista en parte obedeció a que el reinado de las grandes orquestas como las de Frank Grillo “Machito”, la de Tito Puente y la del propio Tito Rodríguez, culminó con el cierre de ese magistral negocio llamado El Palladium, el lugar por excelencia de los grandes eventos, maratones de baile y concursos de Nueva York.
Y fue a principios de los años 60´s cuando Tito se inicia como bolerista destacando de manera sorprendente. Su momento cumbre en este género vino de la mano de ese inmortal tema que lo consagró: “Inolvidable”.
Esta canción le dio a Rodríguez un sitial de honor, fue el éxito de su vida y a partir de allí se le identificó como “El inolvidable; tema compuesto por el cubano Julio Gutiérrez y grabado en 1964, ningún otro vocalista ha podido superar la versión de Tito y, como dato curioso, el día de la grabación estuvo presente en el estudio, como observador, el pianista venezolano Aldemaro Romero, eso fue en la ciudad de Nueva York.
Algo de lo que siempre se habló del “Inolvidable” fue sobre esa supuesta férrea rivalidad con su tocayo Tito Puente. Cosa que fue más mediática que real, ya que, para los empresarios, representaba un atractivo comercial para promocionar sus presentaciones.
Hay un paralelismo en las carreras de los Titos, ya que eran contemporáneos y trabajaron juntos en la orquesta del pianista cubano José Curbelo. Rodríguez como cantante y Puente como timbalero. Rodríguez picó adelante al independizarse y formó su orquesta en 1947, a la cual llamó “Los Diablos del Mambo” y, por su parte, Puente creó la suya en 1948, a la que llamó “Picadilly Boys”.
Tocaban los mismos géneros musicales y se destacaron en el mismo ambiente musical, principalmente en el ya mencionado Palladium de la Gran Manzana. Esa difundida rivalidad hubiera cobrado mayor fuerza si ambos hubiesen sido cantantes o Rodríguez un destacado timbalero, pero no fue así, los dos destacaron en roles distintos, y en cuanto a la calidad y sonido de sus orquestas ambas estuvieron siempre fuera de serie, fenomenales e integradas por la élite de los mejores músicos de Nueva York, Cuba, Puerto Rico y de otras naciones radicados en EEUU.
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La maquinaria Fania, creada a finales de los 60´s por Jerry Masucci y Johnny Pacheco, le abrió las puertas a Tito Rodríguez, pero éste no quiso entrar, algunos dicen que fue porque no tenía interés en formar parte de ese sello discográfico, ya que poseía el suyo y tenía su orquesta o porque ya sabía de su enfermedad y, por tanto, no quería comprometerse.
Quedó para la imaginación de sus seguidores cómo hubiera sido su presencia en esa gran orquesta que fue Las Estrellas de Fania, la cual le rindió un sentido homenaje en 1976 en una grabación interpretando sus temas.
El 28 de febrero del año 1973 falleció “El Inolvidable” por causa de leucemia, tenía 50 años de edad.
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Ramón Emilio Toro Martínez (Caracas-Venezuela, 1966) es licenciado en Educación, mención Lengua y Literatura, de la Universidad de Carabobo (UC) en 1993. Es también Productor Nacional Independiente y locutor con experiencia en el desarrollo de programas radiales sobre música afrocaribeña en la ciudad de Valencia, estado Carabobo: Ciento por ciento Natural, por Lago 91.5 FM; Letras y Notas, por Salsera 96.3 FM, y Óyelo que te conviene, por RNV Región Central 90.5 FM. Es autor del libro «Letras y Notas sobre la Música del Caribe» (2020), presentado en la FILVEN Caracas 2020 (Casona Cultural Aquiles Nazoa) como el único proyecto editorial independiente de ese año.
Ciudad Valencia / Foto de RT: Edicson Dávila
