“Joropo y cotorrea” por Vielsi Arias

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Vielsi Arias, autora de la columna de Ciudad Valencia "Ciudad Escrita"

En Venezuela, todos bailamos joropos, taconeando o rastrillando el piso, todo venezolano se mueve cuando oye un joropo. Esta palabra de origen árabe alude a un un jolgorio que se realiza en muchas regiones de Venezuela.

La palabra deriva del árabe xarop, que significa jarabe, y en la época de la colonia se escribía xoropo. Su forma musical es muy cercana al jarabe tapatío, musicalmente hablando, que existe en Veracruz, México, donde se baila acompañado de instrumentos muy parecidos a los instrumentos larenses como el seis, el quinto, el sexto, donde se evidencia una coincidencia por la raíz hispana.

El pasado 15 de marzo, los músicos venezolanos Ismael Betancourt, Braulio Boada, Ezequiel Boada, Juan Pablo Riera, Álvaro Granadillo, Trino Morillo, la niña Rosario Chirinos, el Esamble D’ A Ratico y los bailadores Pedro Riera y Luzmar Salazar se reunieron, en la sala María Luisa Escobar del Museo de Arte Valencia (MUVA), para conversar, bailar y festejar del Día Nacional del Joropo, declarado así en el año 2014 por el Instituto de Patrimonio Cultural de Venezuela.

Para conocer el origen de este baile tradicional venezolano hemos conversado con Euclides Rojas, investigador, músico y responsable de la Plataforma de Patrimonio Cultural del Ministerio de la Cultura, en el estado Carabobo:

 

JOROPO-Vielsi Arias-Ciudad Escrita

 

Ese “xoropo” llega a Venezuela en el siglo XVII. En el siglo XVIII se hablaba del xoropo en una ordenanza de 1749 que decía que el joropo que se hacía en algunas villas y lugares de la Capitanía General de Venezuela, se trataba de un baile denominado xoropo “y por su estremoso movimiento y taconeos y otras cosas ha sido mal visto por algunas personas”.

Esa ordenanza prohíbe el xoropo en época colonial. Se considera grosero y obsceno para la iglesia católica.

Investigadores del tema consideran que el  joropo es de origen andaluz y llega a Venezuela a través del fandango, cuya cadencia musical proviene de allí. Antes de denominarse joropo se le llamaba fandango. Una evidencia de ello es que en algunas regiones del país todavía se le denomina fandanguillo, como es el caso de Cojedes, donde existe una forma musical denominada fandanguillo, denominado también bomba y fandanguillo.

Bomba es un recitativo jocoso en forma de guasa donde una mujer hace una copla jocosa al hombre y el hombre contesta, y el fandanguillo es una forma de movimiento del joropo. Entonces según esa teoría, el joropo como ritmo musical, mas no como baile, proviene del fandango andaluz.

El joropo es una fiesta, no es solamente una ejecución musical, sino un baile. Se trata de una danza que implica todo un jolgorio, una celebración Vamos a un joropo, dicen en el llano que significa el encuentro y el entorno es la comunidad. Los bailes junto con la música representan una expresión cultural.

Como este baile se interpreta y celebra en muchos estados del país. El Instituto de Patrimonio Cultural declaró, a partir de un expediente creado por músicos e investigadores de los estados donde se práctica esta tradición, fundamentalmente, los estados llaneros: Cojedes, Apure, Barinas, Portuguesa, Guárico y otras regiones, el joropo y sus variantes como patrimonio cultural de la nación.

 

JOROPO-Vielsi Arias-Ciudad Escrita

 

Estructura literaria y musical del joropo

La estructura literaria del joropo es la copla. Se trata de cuartetas de versos que son recitadas por el coplero. Existen variantes del joropo por diferentes géneros, y que no han desaparecido, pero los más conocidos son: el zumba que zumba, la periquera, el San Rafael, el gabán, el merecure, el pajarillo, soysolita, el seis numerao, el figuriao, el corrío y el seis por derecho.

Rítmicamente tiene una estructura distinta, que es lo que da origen… el arpista toca ese ritmo y el cuatrista lo acompaña y ahora el bajo, el joropo en principio se tocaba con arpa, cuatro y maraca, sin ese instrumento.

El joropo también se toca y baila en los estados Sucre, Monagas,  Bolívar, Anzoátegui, Lara, Yaracuy y la región andina

Existe el joropo coloniero, de la Colonia Tovar que tiene su descendencia alemana, el joropo central, que es joropo con el arpa de cuerdas de acero de otro tamaño, el joropo carabobeño con violín, el joropo central, se le llama también joropo tuyero, donde intervienen dos músicos el arpista y el cantador. Esto te da una idea de que el joropo es una fiesta de carácter nacional.

 

JOROPO-Vielsi Arias-Ciudad Escrita

Pero en oriente, El joropo de ellos es distinto, lleva percusión, un tamborcito. En Lara el joropo lleva percusión se le llama golpe, porque en principio esa palabra de origen español significaba eso, un golpe. Con varios descendientes del cuatro, unos más grandes de cuerpos que otros, llamados quinto, octavo, sexto requinto y que también lleva percusión, una tambora.

En el oriente del país el joropo se denomina joropo y estribillo y toma una característica particular, pues el discurso musical se ejecuta en dos partes, una primera parte y luego pasa a una segunda donde el baile se realiza más rápido, popularmente conocido como el trancao, porque el joropo se hace más recio y se canta con estribillo, es decir, se recitan pequeños versos poéticos improvisados y por ello se le llama joropo estribillao o cotorrea.

 

 

La bandola

JOROPO-Vielsi Arias-Ciudad Escrita-bandola

Uno de los instrumentos que acompaña la ejecución del joropo es la bandola, un instrumento que toma características propias por la influencia de la bandurria española utilizada en el fandango,  llega a Venezuela en el siglo XVIII y tiene su origen en el laud árabe.

Existen varios tipos de bandolas: la bandola llanera, quizás la más conocida, es la bandola con cuatro órdenes simples de cuerdas, cuatro cuerdas, y se dice es más antigua que el arpa, su llegada a Venezuela.

La bandola central tiene cuatro órdenes dobles, es decir, tiene ocho cuerdas de metal y se toca en regiones centrales como San José de Guariba y Altagracia de Orituco. La bandola guayanesa es similar, tiene ocho cuerdas, lo que varía entre una y otra son los géneros que se tocan y la bandola de los Andes.

 

La bandola oriental tiene ocho órdenes de cuerda, pero a diferencia de la central, son cuerdas de nailon, con ella se tocan jotas, joropo y estribillo, llanto, punto polos, malagueñas, son diferentes ritmos que se dan en Sucre y Margarita.

 

Los géneros

Nos dice Euclides Rojas que los ritmos del joropo se crearon de forma espontánea. Los músicos de la época, por lo general, se reunían a tocar bajo un árbol y allí le colocaban nombres de pájaros y árboles a los géneros.

Sin embargo, aunque buena parte de los géneros son de origen popular, algunos músicos más académicos como Ignacio Figueredo, Cupertino Ríos y Juan Vicente Torrealba también se dedicaron a la investigación del género y crearon nuevos ritmos.

En el caso del arpa,  instrumento de origen europeo, que llega a Venezuela con la conquista, sufre una adaptación:

El arpa nuestra o el arpa central, las cuerdas eran de tripa de animal, en principio, tanto las de bandolas como del arpa, pero hay algo importante y es que hay un innovador un arpista Juan Vicente Torrealba por los años cuarenta agarra el instrumento por sugerencia de María Luisa Escobar, músico y promotora cultural, y comienza a estudiar el arpa. Estudia en la academia y le resulta incómodo y decide darle otra forma ergonómica y cambia la forma.  Busca unos artesanos y cambia el sonido de las cuerdas. Viaja a los EEUU y le propone a la empresa Dupont diseñar cuerdas de nailon. Es así como le quita dos al arpa, tenía treinta y seis cuerdas, y la hace más pequeña. Hace más amplio el cuerpo y crea ritmos destinos. Él estiliza la música llanera, ya no ejecuta el joropo recio, sino que crea ritmos como el barpasaje.

Juan Vicente Torrealba toma estudios de arpa en México y continúa experimentando como compositor  en las nuevas posibilidades e incorpora  un bajista en su conjunto musical y unas vocalistas.

En los años cincuenta, un empresario caraqueño le contrata para tocar en su hacienda donde da un concierto. La forma estilizada con la que ejecuta el joropo agradó a los presentes y a partir de ese momento el músico comenzó a profundizar en esta manera de ejecutar la música llanera.

 

JOROPO-baile

 

Más tarde viaja a Alemania y sus estudios de electrónica le llevaron a hacer cambios en el arpa. La tonada llanera, que se usa para cantos de trabajo en el llano venezolano la incorpora a su propuesta artista y la transforma en una pieza musical.

Con los cambios que propuso Juan Vicente Torrealba, el joropo venezolano se estiliza y comienza a comercializarse por el mundo. De esta manera el joropo pasa de ser una expresión cultural a un espectáculo de difusión masiva. Este movimiento se genera por los años cincuenta cuando llega a la región central y Caracas y se dan a conocer grandes cantantes contemporáneos como Jesús Guerrero, Luis Silva, Reynaldo Armas, Hugo Blanco, entre otros.

Se ha dicho que el joropo es colombiano por las relaciones comerciales y culturales con ese país vecino, sin embargo, existen algunos documentos  que dan cuenta de la existencia de este baile durante la época colonial. Así lo refiere Aldemaro Romero, músico e investigador venezolano en su texto Cosas de la música, editado por la gobernación de Carabobo en el cual refiere lo siguiente:

 

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En una ordenanza de 1749 se decía del joropo que en algunas villas y lugares de la Capitanía General de Venezuela se acostumbraba un baile que denominan Xoropo escobillao, que por sus extremosos movimientos, desplantes, taconeos y otras suciedades que le infaman, ha sido mal visto por algunas personas de seso.

 … fue prohibido junto con otros bailes, por el obispo Díaz Madroñero, quien advertía contra el dragón infernal que por medio de los bailes burla y hace estériles las obras debiendo tener entendido los hombres y mujeres cuán grande y peligrosa acción sea la de bailar juntos. 

El joropo forma parte de un expediente que se entregará este año a la UNESCO, para ser reconocido como patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad.

 

*Agradecemos a Euclides Rojas y Eddy Díaz, músico e investigador, por su colaboración con esta nota.

 

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Vielsi Arias Peraza, Valencia, Venezuela (1982), docente egresada de la Universidad de Carabobo (UC) Mención Artes Plásticas. Ha publicado Transeúnte (2005), colección Cada día un Libro, editorial El Perro y la Rana; Los Difuntos (2010), editorial Fundarte, galardonado con Mención Honorífica Premio Nacional Estefanía Mosca; Los Difuntos (2011), reedición del sistema de imprentas regionales de Carabobo; La Luna es mi pueblo (2012), editorial El Perro y la Rana; Luto de los árboles (2021). Ha publicado también en distintas revistas nacionales literarias y académicas como: Cubile, A plena Voz, Revista Estudios Culturales UC, entre otras. Actualmente coordina la Plataforma del Libro y la Lectura del Ministerio de la Cultura en el estado Carabobo.

  

Ciudad Valencia / Foto de la autora por Luis Felipe Hernández