Pedro Tellez-Dobrov

En un primer momento recordé al Goya de los desastres de la guerra. Son comunes las mutilaciones causadas por el invasor. En Goya son muertos mutilados. En retratos de Gennady Dobrov son mutilados sobrevivientes. Estos héroes de guerra, lo señalan sus medallas, ahora luchan consigo mismos. Tratan de compensar o sobre compensar su inferioridad corporal.

El retrato “Recuerdos de tiempos de guerra” del escritor manco de ambas manos es paradigmático. Con alegría sublima a través de la escritura su discapacidad. Como no recordar al manco de Lepanto. En el dibujo, su personaje coloca en espera el placer oral de fumar por el goce en la composición del texto. Un fondo con montañas de inéditos delata el despertar de una vocación.

 

Gennady Dobrov
Vassili Lobachev fue herido durante la defensa de Moscú. Se puso gangrena y tuvo que amputarle las manos y los pies. Habría estado totalmente indefenso si no fuera por su esposa Lidia, quien también había perdido los pies en la guerra. Vivían juntos ayudándose mutuamente y tenían dos hijos.

 

Otro retrato titulado “Escribir una carta a un combatiente”, este soldado sublima la ausencia de brazos (arma en otro idioma) escribiendo con los pies. Los personajes de Francisco de Goya son anónimos, representativos del bajo pueblo español, simbolizan el coraje y gallardía colectivos. Los de Gennady Dobrov son retratos de nombre y apellido, personas antes que personajes, que les visitó,  y con ellos varias veces conversó, antes de dibujarles.

Se estableció entre el dibujante y su modelo una  transferencia, intercambio de afectos positivos, donde la obra fue más un medio que un fin. La relación con el discapacitado no es necesariamente asimétrica o de ayuda, involucra valores y empatía, tolerancia. No hay lastima. Desde el punto de vista plástico la mutilación, como en Egon  Schile, puede ser una de las puertas del alma.

 

Boris Milyeyev 2-Gennady Dobrov

 

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Más que expresionistas, los de Dobrov serían retratos realistas del mundo interior. El cuerpo o la cara sobre un fondo longitudinal que coloca el fragmento de su presente de resiliencia, entre un antes y un futuro. Son retratos sobre un fondo personal, propio, cotidiano: un cuarto, una sala o una cama. En la mayoría de los retratados encontramos un sentido a la vida. El retrato interior de sus emociones reporta alegría, creatividad o amor. Pueden estar solos o acompañados por un familiar que le sostiene el teléfono (“Una familia”) para hablar con un tercero tras las líneas: Aquí hay alegría momentánea, pero en otros vemos el resentimiento o la desesperanza permanente.

 

Dobrov
Boris Milyeyev, de Moscú, había perdido sus manos en la guerra, pero no se resignó a la suerte de un inválido. No podía vivir haciendo nada. Aprendió a escribir y ha sido mecanógrafo durante muchos años. Mientras lo dibujaban, estaba escribiendo sus recuerdos de tiempos de guerra.

 

Aun en cuadros de personajes aislados y desesperanzados, su representación provoca en el espectador de estos dibujos de gran formato, una catarsis como la que describía Aristóteles en la tragedia. Y estas emociones negativas, por medio del arte plástico de Gennady Dobrov, se purifican en el espectador. Y es entonces cuando entendemos, y sentimos, que esta no es una pintura de guerra, es un arte de paz.

 

Pedro Téllez* / Ciudad Valencia

*El Dr. Pedro Téllez es Profesor de Psicopatología y Clínica de la UNERG y de prácticas de Psiquiatría de la UAM. Director del hospital Dr. José Ortega Duran en Bárbula. Exdirector del Instituto de Altos Estudios de Salud Publica Arnoldo Gabaldón del MPPS