Cuando escuchamos o usamos la palabra roca, habitualmente pensamos en una formación compacta de uno o más minerales cuyo diámetro varía desde algunos milímetros hasta varios metros.
Sin embargo, los geólogos consideran rocas no solo a tales formaciones, sino también a cualquier tipo de aglomeración mineral, sin importar el aspecto que presenten.
Para ellos, los distintos tipos de arena, arcilla y grava que existen también son rocas. De igual modo, incluyen bajo esa denominación los hidrocarburos líquidos como el petróleo y el asfalto.
Ahora bien, a menos que hablemos con geólogos, las rocas son lo que dijimos al principio, formaciones minerales de diversos tamaños, que contienen algunos de los muchos elementos que conforman nuestro mundo.
Para ellos, existen tres tipos de rocas, diferenciables según su origen.
Unas son ígneas o magmáticas; otras, sedimentarias, y un último grupo, metamórficas.
Las rocas magmáticas o ígneas se forman cuando el magma volcánico sale a la superficie, desde grandes profundidades subterráneas, y se solidifica. Por lo general, estas rocas están constituidas por mayores o menores cantidades de sílice.
Las sedimentarias se forman cuando los residuos de diversas rocas de menor tamaño se compactan. Tales residuos –conocidos como sedimentos–, provienen del desgaste que los fenómenos naturales como el viento, la lluvia, el granizo y las variaciones de temperatura provocan en las rocas existentes.
Por su parte, las metamórficas son aquellas que, por cambios en la temperatura ambiental, por la presión a la que las someten otros materiales que están sobre ellas o por la conjunción de ambas causas cambian su constitución física.
El caso más ilustrativo de lo anterior es el del diamante que, igual que el grafito, es una de las dos formas alotrópicas que presenta el carbono.
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La diferencia entre uno y otro se debe a que el primero –el diamante–, ha sido sometido a condiciones de temperatura y presión muchísimo más elevadas que el grafito.
En los cómics originales de Supermán era frecuente ver al superhéroe apretando en una de sus manos un trozo de carbón y transformándolo en un refulgente diamante. Tal vez por ello, la idea de que el grafito sea propenso a convertirse en una joya nos resulta familiar a quienes crecimos leyendo tales cómics.
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Armando José Sequera es un escritor y periodista venezolano. Autor de 93 libros, todos publicados, gran parte de ellos para niños y jóvenes. Ha obtenido 23 premios literarios, ocho de ellos internacionales (entre otros, Premio Casa de las Américas, 1979; Diploma de Honor IBBY, 1995); Bienal Latinoamericana Canta Pirulero, 1996, y Premio Internacional de Microficción Narrativa “Garzón Céspedes”, 2012).
Es autor de las novelas La comedia urbana y Por culpa de la poesía. De los libros de cuentos Cuatro extremos de una soga, La vida al gratén y Acto de amor de cara al público. De los libros para niños Teresa, Mi mamá es más bonita que la tuya, Evitarle malos pasos a la gente y Pequeña sirenita nocturna.
«Carrusel de Curiosidades se propone estimular la capacidad de asombro de sus lectores».
Ciudad Valencia / Foto del autor: José Antonio Rosales
