Delfín Martell-columna Espacio y Tiempo Sonoro-Alirio Díaz-Rodrigo Riera

Navidad  y Año Nuevo  son celebraciones conectadas por línea de tiempo pero en esencia diferentes. La tradición festiva del Año Nuevo en la era Pagana de la humanidad data, más o menos en Babilonia, (Irak) alrededor del 2000 (a. C.). Una tradición que el pueblo babilonio fija  hacia finales del mes de marzo, fin del invierno y  tiempo adecuado y lógico para comenzar un nuevo año.

En otro escenario cronológico y hacía el año 153 (a. C.), el senado romano decreta el día primero de enero como inicio del año nuevo. El decreto corrige el error de fondo del mencionado calendario y le permite salir de la sincronía con el sol.

La nueva fecha de celebración no posee significado especial de índole agrícola o estacional para los romanos. Pero en lo civil tuvo una connotación importante por el tema de  los cónsules romanos elegidos, que tomaban posesión de sus cargos el primer mes del año, y dato curioso: “El mes de enero se llama así por el dios romano Jano, que posee dos caras y es representando mirando hacia atrás (año viejo) y hacia adelante (año nuevo)”.

 

En otro contexto…

El tema de hacer propósitos de Año Nuevo es tan antiguo como la celebración misma. Uno de los más populares propósitos en los babilonios era devolver las herramientas agrícolas, y los antiguos romanos también hacían propósitos de año nuevo, el más popular, conceder el perdón a sus enemigos.

Los pueblos dominados por el Imperio Romano ofrendaban alimentos, frutas y bebidas a los dioses vinculados con la prosperidad y colocaban dichas ofrendas frente a cada hogar con el objeto de que propios y extraños compartieran la fortuna del hogar en cuestión.

En países como el nuestro, el Año Nuevo es celebrado con una cena de bienvenida al nuevo año. Esta acción incluye el tradicional estreno, prendas de vestir,  brindis, las uvas del tiempo y en algunos hogares se realizan ritos de prosperidad, que  en el fondo  afirman que el año que llega trae prosperidad, salud y éxitos para todos sus miembros.

En contacto…  Una semana después del día de la Natividad del Señor celebramos el fin de año y advenimiento del Año Nuevo. Para muchas personas es el momento más esperado y para otros simplemente el resumen de un año más o menos productivo. Pero definitivamente para todos la espera de las doce campanadas es magia que anuncia un nuevo amanecer, amanecer que afirma la llegada de un año cargado de dicha, salud y prosperidad…

Gloria a Dios en las altura y paz a todos los seres humanos, que en nuestro (s) corazón (es) abrigamos buena voluntad y habitamos en esta nave espacial llamada “planeta azul”.  Aleluya, aleluya, Rey de reyes, Señor de señores. Gracias por brindarnos un espacio donde habitar y compartir. Continuará…

 

 

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Ejercicio: ver y escuchar la obra musical de hoy: “Aleluya” de Jorge Federico Haendel, obra musical, perteneciente al “Oratorio el Mesías”.

Interpretado por las orquestas: Sinfónica Carabobo, Orquesta del conservatorio de la Sinfónica Carabobo y parte del coro sinfónico y voces blancas de la misma institución. Todos bajo la conducción del Magister Delfín Martell González. “Concierto red de bibliotecas y en honor a los cronistas del Edo Carabobo”.   

Recomiendo: visualizar luz de color Naranja; decretando un Año Nuevo colmado de paz, salud, prosperidad y entendimiento para nuestro país.

 

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Delfín Martell González es licenciado en Arte, mención Dirección Orquestal, con Maestría en Antropología Cultural, por el Instituto Politécnico de Arte Manuel de Falla, San Juan de Puerto Rico-Puerto Rico. También es productor y conductor de radio y TV, y actualmente conduce el programa radial “Cápsula Sonora” por la señal de la emisora valenciana Arsenal 88.9 FM.  

 

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