El mundo ha padecido una nueva serie de fenómenos meteorológicos extremos, desde temperaturas récord hasta inundaciones devastadoras.

Pero una de las tendencias más preocupantes ha sido lo que los científicos han denominado: Olas de Calor Oceánicas, sin precedentes en todo el planeta.

En junio se registraron las temperaturas medias más altas de la historia en la superficie de los océanos, con récords locales desde Irlanda hasta la Antártida.

En Florida (Estados Unidos), las aguas alcanzaron los 38°C. El Atlántico Norte registró en julio la temperatura más alta de su historia.

Y el mar Mediterráneo alcanzó los 28,7 °C, un máximo histórico, los expertos afirman que las temperaturas récord repercuten profundamente tanto en la vida oceánica como en la humanidad.

Los efectos de las olas de calor oceánicas son diversos y extremadamente perjudiciales, los bruscos incrementos de temperatura pueden provocar mortandades masivas de la vida marina, aumentar la acidificación de los océanos y alterar las corrientes que influyen en nuestros patrones meteorológicos, lo que podría causar cientos de pérdidas económicas y suponer un grave riesgo para la seguridad alimentaria mundial.

Las olas de calor se debe al cambio climático. A medida que la humanidad quema combustibles fósiles, la atmósfera recibe cantidades ingentes de gases de efecto invernadero que calientan el planeta. Gran parte de ese calor es absorbido por el océano.

Esto no sólo provoca un aumento de las temperaturas marinas, sino que también hace que el océano sea menos eficaz en la absorción de dióxido de carbono, dejando que más gases de efecto invernadero penetren en la atmósfera.

La crisis climática se ve agravada por el evento natural de El Niño, que está incrementando la temperatura del océano Pacífico.

La ola de calor oceánica también tiene otras causas. Los vientos, más débiles que su promedio habitual, han reducido la cantidad de polvo sahariano en la atmósfera, que suele reducir la temperatura del mar al bloquear parte de la energía solar.

Olas de calor oceánicas afectan las especies marinas

Asimismo, las olas de calor oceánicas pueden provocar la proliferación de algas nocivas, el blanqueamiento de los corales, el desplazamiento de especies marinas (que buscan aguas más frías) y la interrupción de las cadenas alimentarias.

El océano es un sumidero de carbono vital que absorbe el 90% del exceso de calor generado por las emisiones de dióxido de carbono y genera el 50% del oxígeno que necesitamos.

El PNUMA calcula que entre el 25% y el 50% de los arrecifes de coral del mundo han sido destruidos, y que todos ellos habrán muerto en 2100 si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.

Por otra parte, el aumento de las temperaturas marinas puede perjudicar a las zonas terrestres, ya que provoca fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas y huracanes.

A medida que aumenta la temperatura del agua (y la temperatura media de los océanos ha subido 1,5 ºC en el último siglo), se reduce la capacidad de los ecosistemas marinos para absorber los aumentos locales de temperatura, lo que aumenta aún más la probabilidad de que se produzcan más olas de calor marinas.

Todos estos hallazgos deben servir de alarma para asumir una actitud de respecto con la Naturaleza y disminuir las emisiones de CO2 por parte del Norte Global.

 

 

 

 

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Autora: Gabriela Jiménez, bióloga y ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (@Gabrielasjr)

 

 

 

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