Sabía que la idea popular de que King Kong y Dwan debían estar juntos (no nos engañemos, más de uno lloró por eso), estaba súper turbia, pero ahora con esta historia me sentí el triple de eso. No es de extrañar que Guillermo de Toro siempre nos deje sorprendidos con su infinita creatividad al momento de crear criaturas fantasiosas, pero de las muchas que le he  conocido, puedo agregar una más a mi lista de favoritos: El Hombre Anfibio de La Forma del Agua. Y para ser sincera, había estado un poco renuente por verla, sin ninguna razón aparente, porque sabría que es buena… solo le había dado largas. Además de que tengo un pasado oscuro con eso de encariñarme mucho con criaturas fantasiosas. Apartando un poco eso, esta película trae consigo un elenco que me encantó; creo que ya lo he dicho, pero lo repetiré: donde salga Octavia Spencer, ahí estoy como un clavel. Igualmente, cuenta con la presencia del actor estrella de Guillermo: Doug Jones, reconocido no solo por sus actuaciones en El Laberinto del Fauno, la lista es extensa y realmente que su presencia en cualquiera de esos films, es mágica (y no me refiero a la fantasía).

 

la forma del agua-el rincón cinéfilo-Isabel Londoño

 

Su argumento puede parecer sencillo, pero tiene lo suyo y separando un poco la ficción, en él se resaltan dos aspectos que nos dan qué pensar: la soledad y el conocimiento-ignorante como herramienta del poder. Esto último puede parecer confuso, pero un paso a la vez.

 

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El primero, la soledad: se presenta desde el inicio y seguirá apareciendo recurrentemente. Quizás no se note mucho por cómo se desarrollan los eventos, pero su presencia pisa fuerte. Elaiza, a pesar de ser muda, es completamente capaz; vive sola, su mejor amigo es un anciano y solo tiene una amiga en el trabajo. “Pero si tiene amistades, no está sola”. Se los dije, puede no notarse, pero está; la soledad puede presentarse de muchas formas. El mejor amigo de Elaiza, Giles, es pintor de posters publicitarios, trabaja por encargos, aunque siempre le rechazan los posters, vive solo con sus muchísimos gatos (común en personas solas) y, si no fuera por su amiga, moriría de hambre, porque el pobre no cocina, todas las mañanas se cuestiona sobre sus inseguridades, también está obsesionado con un joven de una franquicia de tartas (sí, es gay).

 

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También tenemos a Zelda, su única amiga también es nuestra protagonista, está casada con un holgazán bueno para nada, habla hasta por los codos (uno de las características de las personas solitarias) y aprovecha el mínimo gesto de socialización que recibe de parte de sus otros compañeros (aunque sea perjudicial, como fumar a escondidas). Por supuesto, no podemos dejar por fuera al Hombre Anfibio, fue sacado de su hábitat en el Amazonas y llevado a un tanque en USA para estar encadenado y experimentar con él, y aunque era adorado por una tribu, no tenía a nadie, era él solo como especie.

 

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Es entendible el porqué Elaiza se sintió atraída hacia El Hombre Anfibio. Primero por el hecho de ser un ser extraño, segundo porque pudieron empatizar casi desde el primer contacto, y eso la hizo sentir mejor consigo misma. Encontrar a “alguien” que la entendiera y no la juzgara por ser muda. Y no es complicado saber si lo mismo pensaba El Hombre Anfibio porque, aunque tampoco “hablaba”, se sobreentiende que era así y por eso conectaron a tal punto de enamorarse locamente. En este punto, quisiera recordarles ese sentimiento popular de “King Kong y Dwan juntos por siempre”, porque es justo lo que pasa aquí. Sabes que es irreal y turbio (muy turbio), muchas veces tu mente te lo recuerda, pero luego ves como este par se ven a los ojitos y ya quieres que tengan un final feliz en Atlantis por toda la eternidad (si, mezclé dos universos, pero igual hablamos de fantasía, ¿no?). Además, El Hombre Anfibio es, al alguna forma, muy tierno e intimidante a la vez, su aspecto tiene el equilibrio perfecto entre imponencia y afectuoso que hace que sientas simpatía en seguida.

 

 

Ok, ahora al segundo punto: el conocimiento-ignorante como herramienta de poder, y también me gustaría agregar “Control”. Ya sabemos la obsesión que tiene USA por tenerlo todo, y si eso incluye un tritón humanoide, mejor aún. La idea era tan vacía como estúpida: aprovechar como “recurso”, el haber encontrado esa criatura para superar a los rusos (siempre han estado enamorados de ellos) en temas espaciales. “Si ellos lanzaron un perro y les aplaudieron, nosotros lanzaremos un pez y seremos mejores”. Saben que es una especie extraña, que era venerado como un Dios por las personas de donde lo secuestraron, saben que puede respirar dentro y fuera del agua; pero no saben por cuánto tiempo puede hacerlo, no saben cómo es su organismo, no sabían sobre sus habilidades… en fin, solo tienen un objetivo para “el recurso”: lanzarlo al espacio y estudiar qué pasa. ¿Ya entienden el conocimiento-ignorante? Bueno…

 

 

En este proyecto, estaba infiltrado un científico ruso (realmente no entiendo, la obsesión con los rusos), que sí está interesado en estudiar al Hombre Anfibio y proteger su integridad. Y a pesar de que siempre quiso hacer el papel de héroe, tristemente no tuvo un buen final. Tampoco entendí qué querían realmente los rusos con la criatura, pero es claro que también los colocaron como los malos de la historia. Muchas veces el poder y el control es más bien negativo.

 

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Tal vez le estoy sacando mucho hilo a una simple historia de fantasía y ciencia ficción, pero si deja mensajes de los cuales sacar una que otra enseñanza y reflexión. No se vayan a lo radical, de pensar que es normal y aceptable el tema de relaciones inter-especies, es el hecho de coexistir en tranquilidad a pesar de las múltiples diferencias, que eso no sea limitante para relacionarnos efectivamente. Así que si quieres un film utópico que exprese de distinta forma un mensaje universal, este está súper recomendado, aparte de que toda la escenografía y musicalidad es una obra de arte, no por nada ganó varios premios en la industria; y como les digo siempre: “Si no la han viso, véanla, y si ya la vieron, vuélvanla a ver, no tiene perdida de nada”.

 

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Isabel Londoño-columna El Rincón CinéfiloIsabel Londoño, egresó de la Universidad de Carabobo (UC) en el área psicosocial, tiene también estudios universitarios en turismo y sistemas.

Es una apasionada de la música y del Séptimo Arte desde que tiene memoria, siendo el cine y sus distintos géneros la pasión a la que ha dedicado más horas y análisis. Sus reseñas sobre clásicos o estrenos del cine aparecen ahora, cada viernes, en Ciudad Valencia desde “El Rincón Cinéfilo”.

 

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